Almería

Brindis por el centenario de la Casa de las Mariposas con el vaso del año 1911

  • Cajamar ha rescatado de la cúpula del edificio el recipiente utilizado por Trinidad Cuartara · La rehabilitación iniciada concluirá en el primer trimestre de 2011

La reforma iniciada el pasado mes de septiembre de la Casa de las Mariposas albergaba bajo recaudo una historia centenaria. Un total de 99 años han tenido que pasar para que Cajamar recuperara de la cúspide del emblemático edificio el mismo vaso con el que el arquitecto Trinidad Cuartara celebrara su inauguración con todos los trabajadores que habían participado en las obras de un edificio que se convertiría como uno de los inmuebles más representativos de las viviendas plurifamiliares de la alta burguesía de comienzos del pasado siglo.

Una arroba de vino y un vaso que fue pasando de mano en mano, así se festejó la conclusión de las obras. Entre los trabajadores, un niño que fue el encargado de subir el recipiente a la cúspide del castillete más representativo de Almería. Desde entonces, el vaso ha sobrevivido no sólo tormentas y tempestades, sino también los bombardeos de una guerra civil.

Se trata de un hallazgo "humano y social", según calificaba el director de Comunicación de la entidad financiera, Manuel Gutiérrez Navas, quien resalta la feliz coincidencia de que la inauguración de la rehabilitación también pueda celebrarse el centenario del inmueble, puesto que se espera que su apertura al público pueda producirse en el primer trimestre del año 2011. "Lo vemos como el símbolo del esfuerzo y el trabajo de los operarios de la construcción", por lo que la anécdota volverá a repetirse con los actuales obreros antes de colocar de nuevo el vaso en su ubicación originaria, para engrandecer la historia de la ciudad.

Ante el peligro que suponía mantener el vaso en el castillete, finalmente se decidió retirarlo antes del inicio de las obras del interior y de la fachada, en lo que serán la segunda y tercera fase de intervención de un trabajo que se está desarrollando "mañana, tarde y noche, en muchas ocasiones, porque queremos que afecte lo menos posible al vecindario".

Hace tan sólo un año que Cajamar se hacía con el edificio, entonces propiedad de Cajamar, por un respetable montante de 10 millones de euros, a los que se deberá sumar el dinero de su habilitación como sede social de la entidad financiera, lo que permitirá un uso "semipúblico", del inmueble, según resaltó el redactor del proyecto de rehabilitación, Manuel Jiménez, quien ya fue contratado por los anteriores propietarios y que ha tenido que reajustar la actuación al cambio previsto en el uso del inmueble.

Por el momento, se ha realizado el vaciado de su interior y se ha procedido a un nuevo solaje que permitirá la cimentación de la nueva estructura. A partir de ahí, y con el sistema de minería, se excavará el futuro sótano que albergará el salón de actos con aforo de 300 personas que se convertirá en el espacio más destinado al uso público de la nueva sede. Hasta entonces, quedan aún muchas horas de obras, puesto que hasta febrero no se iniciará la restructuración del interior y la actuación de rehabilitación en la fachada.

Según explicó Gutiérrez Navas, el edificio no hace mejorar el patrimonio arquitectónico de la ciudad, puesto que "no existe un gran número de elementos y menos con una ubicación tan señalada como Puerta Purchena". Este edificio se encuentra catalogado con el grado 2 dentro del Plan General de Ordenación Urbana de la capital en vigor. Pese a ello, el arquitecto del proyecto que se encuentra en ejecución, reconoce que el estado de conservación del mismo era malo, sólo solventado por la gran calidad de la construcción, "que permitirá incluso utilizar la solería".

A partir de hoy luce sobre el edificio una lona con la imagen ya rehabilitada del inmueble y que no se retirará hasta que no se completen los trabajos.

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