El Brujo, en la piel de las mujeres de Shakespeare

La representación de 'Las mujeres de Shakespeare' contó con un sobrio escenario y el sonido de un violín.
La representación de 'Las mujeres de Shakespeare' contó con un sobrio escenario y el sonido de un violín.
Fran Murcia / El Ejido

29 de mayo 2012 - 01:00

Un escenario sobrio y oscuro, solamente iluminado por la luz de las velas y con el sonido de un violín que fue el encargado de poner la banda sonora durante la noche del domingo. La iluminación llegó cuando Rafael Álvarez El Brujo entró en escena para comenzar su espectáculo Las mujeres de Shakespeare.

Los diálogos, aunque bien estudiados, parecían improvisados. Su forma de relatar llegó al público desde un primer momento, y la sonrisa se le escapaba en algunos de los momentos que más humor provocaba al público.

No faltaron las referencias a la actualidad para describir al escritor: "Shakespeare, como todo genio, tenía un lado idiota como Einstein, Beethoven, Mozart, hasta Rubalcaba. Rajoy es un enigma cuántico, a Rajoy no lo entiende ni Punset".

El actor puso en valor a las mujeres que eran protagonistas de las historias de Shakespeare por encima de Hamlet, que lo definió como un muermo. "Son inteligentes y siempre carismáticas". El autor explicó que de vacaciones en El Caribe se planteó hacer algo sobre las comedias de Shakespeare porque "no pegaba hacer tragedia".

Rafael Álvarez contó a los asistentes que este espectáculo ha sido realizado gracias a uno de los entendidos de Shakespeare, Harold Bloom. El actor aseguró que sus libros La invención de lo humano y El canon occidental. Leyendo esas publicaciones conocí mejor el papel de la mujer y me resultó más interesante".

El intérprete presentó a Rosalinda, la mujer que aparece en casi todas las historias del escritor universal y la mostró como su amante.

La crítica hacia la figura masculina se hacía patente en algunos de los textos que interpretó: "El hombre necesita el reflejo en los ojos de su amada porque necesita desesperadamente enamorarse de si mismo. Puedes taladrarme con vuestros ojos, de ningún modo dijo ella, con mi puñal".

No faltó la referencia a Romeo y Julieta. El actor señaló la forma tan inteligente de hablar de la protagonista femenina frente a la menos del personaje masculino. La escena tan conocida del balcón fue la que empleó El Brujo para realizar este paralelismo.

Rafael Álvarez no dudó en mostrar su lado más cómico. Con una falda con un diseño un poco particular, El Brujo se metió de lleno en el papel de la mujer y desfiló en esa especie de cuadro que se encontraba sobre el escenario.

El público mostró su agrado durante todo el espectáculo y no dudó desde el momento en el que se terminó la función en levantarse rápidamente de sus butacas. Rafael Álvarez El Brujo mostró su emoción y devolvió el cariño a los espectadores lanzando unos cuantos besos y saludando con una sonrisa.

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