30 años dedicada al Colegio de Infantil y Primaria Rafael Alberti de Almería
La ‘guardiana’ de los niños y niñas del colegio
La conserje Pepi Ruiz Sánchez se jubila hoy y la comunidad educativa de este centro público de Almería capital quiere rendirle homenaje a través de estas páginas de periódico
Deja una imborrable huella en el AMPA, en todo el alumnado y en el profesorado
Ya no habrá más madrugones para ir al colegio a encender las luces, ni para abrir sus puertas, ni para vigilar que todo esté a punto antes del inicio de las clases, ni para hacer sonar la sirena (últimamente incluso poner música para amenizar la entrada a primera hora). Josefa Ruiz Sánchez, por todos conocida como Pepi, se jubila después de toda una vida como conserje del Colegio de Educación Infantil y Primaria Rafael Alberti de Almería.
Querida y respetada por decenas de generaciones, hoy se despide de los más de 220 alumnos y alumnas que hay matriculados este curso en el centro, de sus familias y del profesorado con el que ha compartido tantos momentos únicos en estos 30 años de impecable trayectoria en su profesión.
Hay recuerdos de alegría, otros de tristeza, también de incertidumbre, sobre todo de la época de la pandemia del coronavirus en la que tuvo un papel imprescindible, y cómo no, momentos y recuerdos de satisfacción por todos esos niños y niñas que ha visto promocionar desde el año 1993 y que a día de hoy cuando se cruzan por la calle aún siguen saludándola con cariño.
Y no podía ser de otra forma, porque Pepi es “la seño Pepi”, como los estudiantes del CEIP Rafael Alberti la conocen. Es toda una institución en este centro educativo de la capital donde docentes, alumnado y AMPA... todavía no saben cómo se van a apañar sin ella, que ha sido las manos y los pies de unos y otros durante tres décadas.
Una nueva etapa pero siempre vinculada al colegio
Tampoco ella sabe muy bien a día de hoy cómo se va a adaptar a no tener el trajín diario del colegio. De hecho asegura que la etapa que ahora le toca vivir no va a estar muy desvinculada de la que ha sido su casa y su familia en este tiempo. Sus nietos estudian en este colegio y de una forma u otra estará presente en los momentos más señalados de esta comunidad educativa en la que ha dejado huella. A buen seguro realizará visitas por las mañanas o en los mediodías cuando su hija le encargue la tarea de llevarlos o recogerlos del colegio. Estará al otro lado de la valla sí, pero seguirá estando. Y los niños y niñas seguirán saludándola y llamándola “seño Pepi” con el mismo cariño con el que hoy, su último día de trabajo, la abrazarán para despedirla como se merece.
En esta jornada laboral del 10 de noviembre abrirá y cerrará el portón del patio por última vez, apagará las luces y colgará las llaves..., y a buen seguro se llevará alguna que otra sorpresa. Porque se lo merece. Y es que Pepi no ha sido una conserje más. Ella ha sido un pilar fundamental para los niños y para los profesionales con los que ha trabajado codo con codo para que el CEIP Rafael Alberti sea a día de hoy uno de los colegios más elegidos por los almerienses a la hora de escolarizar a sus hijos. Sin duda, se ha hecho querer y así lo destacan todos los compañeros que han tenido la suerte de trabajar con ella a lo largo de estos treinta años de servicio.
La Asociación de Madres y Padres de Alumnos La Marina no tiene nada más que palabras de agradecimiento para la conserje que ha sido “guardiana” de todos los niños y niñas del colegio. Esos para los que cuando no tenían cerca a sus padres ella era la figura de consuelo, la que les ayudaba a ir al servicio, la que les curaba las heridas que se hacían en el patio y la que les daba cariño cuando se ponían enfermos y esperaban a que les recogieran.
Y los docentes más veteranos, los que han compartido infinidad de momentos y anécdotas con la que hoy firma su jubilación, Mónica Leal y Manolo Martínez, destacan de la protagonista que “siempre ha encontrado la llave adecuada para abrirle la puerta a todos y cada uno de los que han pasado y aún formamos parte de nuestro colegio Rafael Alberti”. Emocionados, señalan que “no se va una conserje, se va una compañera y amiga, una persona a quien recurríamos para cualquier cosa, profesional o personal, sabiendo que ahí estaba..., y seguirá estando”. Ellos en realidad son la voz de tantos y tantos compañeros que forman o han formado parte de esta familia.
“Es trabajadora, luchadora y, sobre todo, muy humana”
Pepi Ruiz Sánchez entró a trabajar al colegio Rafael Alberti de Almería con 35 años, en 1993. Ha visto pasar por el centro a cinco directores (Agustín Belmonte, Antonio Molina, Pedro Aybar, Isabel Iglesias y Antonio Alonso) y todos han guardado un cariñoso recuerdo de ella una vez que se han jubilado. Ha sido testigo de tres reformas educativas y ha participado en la gestión de una pandemia que afectó sobremanera a los centros educativos. Antonio Alonso es el actual director del centro y destaca que “Pepi es una persona muy comprometida y humana. Su labor, en estos 30 años de servicio en nuestro colegio, ha sido impecable. Sus ganas de aprender y ayudar son su carta de presentación. Pepi es una mujer muy trabajadora, luchadora y ejemplo de superación. Lo más destacable de ella es su humanidad. Nunca tiene una mala palabra para nadie y hacer el bien es su objetivo principal. La vamos a echar mucho de menos, sobre todo los niños y las niñas de su colegio, el CEIP Rafael Alberti. Le deseamos, en esta nueva etapa, todo lo mejor del mundo y esperamos que nunca nos olvide. Pepi, gracias de corazón”. Y como a ella, también al centro educativo le toca vivir una nueva etapa, con un nuevo conserje aún por conocer y con nuevos retos y metas de los que será partícipe en su papel de abuela de alumnos.
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