Cabo de Gata quiere recuperar su imagen de pueblo blanco pesquero
Los vecinos proponen al Ayuntamiento la creación de una ordenanza específica para el barrio que ponga coto al 'libertinaje' urbanístico y establezca materiales, colores y alturas
Los vecinos de Cabo de Gata se han propuesto recuperar la antigua imagen de pueblo blanco pesquero y de arquitectura tradicional que vuelva a atraer a los turistas a sus calles. Piden al Ayuntamiento de Almería la elaboración de una normativa urbanística "estricta y específica" para este barrio con la que cambiar la línea constructiva actual y retornar a las raíces que otras localidades del Parque Natural, como la Isleta del Moro, Rodalquilar o Las Negras, han sabido conservar. Quieren de nuevo casas con fachadas blanqueadas y el empleo de materiales que otorguen ese sabor tradicional de la costa mediterránea.
La iniciativa ha partido de la Asociación de Vecinos Virgen del Mar, cuya nueva directiva se ha marcado dos primeros objetivos. La rehabilitación y uso público del Torreón de San Miguel y esta nueva ordenanza municipal. "El tipo de construcción que se ha venido desarrollando en los últimos años en Cabo de Gata ha creado una imagen que nada tiene que ver con lo que fuimos. Aquel atractivo turístico, de pueblo blanco, de pescadores y de arquitectura popular ha desaparecido por completo", lamenta José Montes, uno de los impulsores de la propuesta y secretario de la asociación vecinal. Los vecinos recuerdan que el Cabo, además de la playa y su salitre, ofrecía un amplio muestrario de construcciones singulares, que lo dotaban de encanto y magia. "Este emblemático enclave se ha había convertido en uno de los preferidos por aquellos que decidían visitar Almería, así como de los mismos almerienses para desconectar de la rutina diaria".
La iniciativa vecinal, que está siendo impulsada a través de las redes sociales, llega en buen momento, cuando el Ayuntamiento de la capital está dando las últimas pinceladas al nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pendiente de aprobación y en el que podría insertarse la ordenanza urbanística. En opinión de la Asociación Virgen del Mar, esta debe tener como musas a la hora de inspirar su redacción las viejas cortijadas, "sencillas, en las que predominaba el color blanco que, a menudo, aparecía vetado con otros tonos como el azul o el negro.
Respondían -continúa Montes- al tipo de construcción mediterránea, con planta rectangular, no demasiado altas y con un sistema rústico que les permitía aislarse del calor, mientras que las cubiertas eran planas para recoger el agua de la lluvia".
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