Cajamar y Ruralcaja aprueban su fusión con un acento almeriense

Al final la prudencia que rige los comportamientos en el sistema bancario, su excesivo celo a la hora de facilitar la información sobre cualquier asunto antes de que esté completamente cerrado, se termina hoy, fecha elegida por los respectivos consejos de Cajamar y Ruralcaja para anunciar lo que era un secreto a voces; una fusión que tiene un marcado acento almeriense, especialmente porque se mantendrá en Almería la sede de la entidad resultante. No obstante, el misterio permanece incluso a pocas horas antes de formalizarse. De la nueva composición del consejo rector que deberá incluir a miembros de la entidad valenciana, nada se conoce de manera oficial.

Se pondría así punto final a una fusión deseada por ambas partes; una (Cajamar) vería consolidada su posición de líder entre la rurales y estaría en una posición ventajosa de cara a los movimientos que el próximo Gobierno realizará de cara al más que necesario reordenamiento del sector de las cajas; el otro (Ruralcaja) tendrá a partir de mediodía de hoy un colchón más efectivo con el que paliar uno de sus problemas más acuciantes de resolver; una tasa de morosidad próxima al 12,5% que ahoga cualquier tentativa de crecimiento posterior.

A pesar de que nada había oficialmente (de hecho nada lo habrá hasta hoy) a lo largo de las últimas semanas, los contactos entre ambas entidades financieras se intensificaron a pesar de que ninguna de las partes implicadas quiso confirmarlo. Desde Cajamar, cabecera del Grupo Cooperativo Cajamar, se reconocía abiertamente que una operación de este calado tendría "importantes ventajas" para ambas entidades. A partir de las 12:00 horas, los consejos rectores de Cajamar y Ruralcaja aprobarán el protocolo de fusión y al mismo tiempo las líneas generales del acuerdo, que posteriormente tendrá que recibir el visto bueno final de sus respectivas asambleas.

El sector financiero considera que Cajamar verá en la fusión con Ruralcaja para consolidar su posición de liderazgo entre las cajas rurales de toda España y culminar un proceso de ampliación mantenido incluso en medio de la tempestad que azota al sector financiero en su conjunto.

Por su parte, Ruralcaja, que lidera el grupo Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM), con una morosidad próxima al 12,6 %, vería mejorar sus principales ratios, inusuales en un sector prudente como el de las cajas rurales. Después de que Ruralcaja apruebe su fusión con Cajamar, el resto de rurales que forman parte del grupo CRM (Torrent, Crédit Valencia, Altea, Burriana, Callosa d'En Sarriá, Nules, Alqueries, Cheste, Alginet, Vilavella, Almenara, Xilxes y Vilafamés) pasarían a formar parte de un nuevo grupo cooperativo encabezado por la entidad resultante.

En los últimos meses, CRM instó al grupo Caja Rural, del que forma parte, a constituir un SIP "reforzado" para compartir el 100% de sus resultados además de solvencia, como han hecho las cajas de ahorros y conforme al modelo actual de la propia CRM. Esa estructura, que proponía al Banco Cooperativo Español como líder del proyecto, unificaría servicios de apoyo y permitiría ahorrar costes, al tiempo que preservaría la personalidad de cada entidad y sus marcas locales. Al no prosperar esta propuesta, directivos de CRM se empezaron a plantear la alternativa de unirse a Cajamar, que en los últimos años ha crecido a base de absorber a entidades de menor tamaño repartidas por toda la geografía nacional. La nueva entidad que surgirá de la fusión de las rurales andaluza y valenciana contará con 31.000 millones en activos y 22 cajas rurales

Cajamar tiene 5.262 empleados y 1.027 oficinas, frente a los 1.900 trabajadores y 509 sucursales que posee Ruralcaja. En 2010, la andaluza obtuvo unos resultados después de impuestos de 33 millones y la valenciana cerca de 5 millones, con un volumen de negocio de 52.000 y 18.645 millones, respectivamente. Cajamar y CRM trabajan en procesos de fusión y de integración de cajas rurales "desde hace décadas". De hecho, la primera nació de la fusión de las rurales de Almería y Málaga, a la que siguieron otros procesos de fusiones, y Ruralcaja surgió a partir de la fusión de las cajas rurales de Elche, Alicante, Castellón y Valencia.