Calle Reyes Católicos (I)

crónicasdesdelaciudad

Prensa escrita. Es la calle que presumiblemente más cabeceras periodísticas acogió: La Alpujarra, La Crónica Meridional (diario decano almeriense), Patria y Poesía, El Pueblo y El Radical

Antonio Sevillano

26 de febrero 2017 - 02:30

Fue costumbre inveterada en la España imperial y grandilocuente que en ciudades, pueblos y villas de significado rango se rotulara como calle Real a la principal vía pública. O, en su defecto, de los Reyes Católicos, uncidos ambos cónyuges con el yugo del matrimonio. Con mayor énfasis patriótico si cabe en Almería, no en vano a finales del siglo XV Isabel de Castilla y Fernando de Aragón vinieron al frente de las huestes cristianas a tomarla pacíficamente, sin disparar un arcabuz, tras capitular con el rey nazarita El Zagal. También es norma secular que al cambiar el Régimen político imperante, el entrante, como primera providencia, borre buena parte del callejero anterior. Sorpresivamente, durante la República y guerra civil conservó su denominación monárquica. Discurre desde la puerta oeste del Mercado Central a c/. General Tamayo (antes Instituto), aunque durante un tiempo el tramo superior -de la Plaza a Navarro Rodrigo, con una acera ocupada por el palacio de Diputación o casa de Juan Lirola- la dedicaron a José Antº Martínez de Castro: abogado, cronista de la Ciudad e impulsor de la Sociedad de Estudios Almerienses (antecedente del IEA), bajo el lema "Todo por Almería y para Almería"; empadronado en el nº 3 con su esposa, Emilia O`Connor, de origen irlandés, padres e hijos. Y actualmente a Juan Leal, fundador del ensolerado bar El Quinto Toro, con el "huevo frito y patatas a lo pobre" como tapa estrella de su carta.

El segmento final del eje paralelo al Paseo y Obispo Orberá, entre la primitiva de La Vega (Rueda López) a la referida General Tamayo, se llamó Quesada y, en la posguerra, General Sotomayor. Aquí se erigió la minúscula iglesia de la Sagrada Familia, a la que regresaremos la semana próxima. Incluso la actual calle Marqués de Comillas fue un tiempo nominada como Baja de los Reyes Católicos. Peatonal en gran parte, más recoleta y menos ostentosa que el Paseo en cuanto al estatus económico exhibido por sus moradores, la de Reyes Católicos acogió a destacados personajes de la vida social almeriense: profesores, periodistas, comerciantes y propietarios agrícolas, médicos, abogados y funcionarios o militares de alta graduación. Para ellos construyeron viviendas, locales de negocios y cocheras los más prestigiosos arquitectos en el tránsito de los s.XIX-XX: Enrique López Rull, Trinidad Cuartara y Guillermo Langle Rubio. Veamos tres vecinos a modo de ejemplo:

La actual calle Padre Santaella estuvo dedicada al diario decano La Crónica Meridional

Al Dr. Torrecillas Leal de Ibarra, nacido en 1896, lo destinaron a Cádiz durante la epidemia de gripe de 1918, donde falleció por contagio. En honor a su heroísmo trocaron a su nombre a la c/. Mineros, en cuya esquina se mantiene un bello edificio de Langle

El profesor Julio Rull Calderón de la Barca abrió academia privada, requisada en la guerra y convertida en oficina gubernativa.

Hasta el edificio con doble fachada a c/. Zaragoza se vino la Organización Nacional de Ciegos desde la plaza Marín, segundo domicilio tras el de Obispo Orberá

PRENSA ESCRITA

A lo largo y ancho de ella se establecieron varias cabeceras periodísticas. A saber:

La Alpujarra, de periocidad semanal y escasos números publicados. Dirigido desde septiembre de 1896 por Francisco Villaespesa Martín. Con redacción y administración en el nº 15, casa en la que el insigne poeta laujareño vivió de niño con su padre, Juez Municipal. En la Hemeroteca "Sofía Moreno", de Diputación, solo se conserva el ejemplar núm. 7.

l La Crónica Meridional, fundada en 1860 por Francisco Rueda López -durante décadas diario decano de la prensa almeriense- se trasladó ese mismo año de la plaza san Pedro a la esquina con la hoy Padre Santaella (y antes La Crónica), en cuya planta baja hay establecido un bingo y previamente la sala cinematográfica "Reyes Católicos". Aquí falleció en julio de 1903; su hijo Guillermo Rueda Gallurt continuó como director del periódico hasta su cierre definitivo en plena guerra civil.

l Patria y Poesía, revista semanal de Literatura (impresa en 1916 en la tipografía de Celedonio Peláez), de Fernando Salvador Estrella. Propietario a su vez de una Academia de declamación y librería en la calle Real, donde tenía lugar la tertulia literaria La Trastienda, de considerable influencia entre la sociedad culta de la época

l El Pueblo. En su etapa final (1930) se autoproclamaba "Diario de Libertad y Democracia. Dirigido por José Mª Muñoz Campos, la administración y redacción ocuparon el local anterior de El Radical; con talleres en plaza de La Libertad (Plaza Vieja).

l El Radical vio la luz en los kioscos y ante cientos de suscriptores en octubre de 1902, inicialmente en la calle Castelar y bajo la dirección de José Rumí Abad. Seguidamente, administración y oficinas pasaron al nº 3 de nuestra céntrica vía (junto a la escalinata del Mercado). José Jesús García, su fundador, ya ejerció aquí como máximo responsable.

José Jesús García Gómez, hijo de modestos trabajadores, nació en la calle Engendro (Antonio Vico, subida a san Cristóbal) y se domicilió en el mismo edificio de la redacción al casarse con María Bulner Díaz, de la que enviudó sin descendencia; contrayendo segundas nupcias con la hermana de ésta, Ángeles, con la que fue padre de cinco criaturas. Falleció el 10-III-1916 tras una severa cardiopatía, cumplidos los 54 años. En 1888 se licenció en Derecho por la Universidad de Granada, ejerciendo la abogacía en el despacho abierto en la propia vivienda. Pepe Jesús, como le conocían sus amigos y correligionarios, estaba considerado como el más destacado sucesor ideológico y correligionario del alhameño Nicolás Salmerón Alonso. Abogado brillante, su prestigio social, generosidad, honradez, caballerosidad e influencia periodística lo convirtió en un personaje querido, respetado y temido por los círculos políticos más reaccionarios de la provincia.

Generosidad que quedó de manifiesto en la siguiente anécdota: encontrándose en la puerta conventual de Santo Domingo (sin entrar) le entregó a un mendigo, sin ostentación alguna, su chaqueta y pantalón, debiendo pedir urgentemente nueva ropa a su casa. Diputado a Cortes en la legislatura 1905-1907 e impulsor de distintas publicaciones, fundó en 1880 el semanario La Ola; en La República, diario de la tarde y órgano del Centro Republicano, firmó como Perico el de los Palotes -seudónimo adoptado puntualmente por Carmen de Burgos "Colombine" y su pareja sentimental, Gómez de la Serna- y dirigió el referido El Radical, su gran obra. Entre su producción novelística destacan Quitolis, Tomás Iº y La Aparcera. Ante las dificultades económicas de la familia, el Ayuntamiento, al que perteneció como concejal en distintas etapas, costeó a perpetuidad su enterramiento en el Cementerio Civil de san José. En la posguerra la tumba fue profanada por desalmados fascistas, los mismos que destruyeron la lápida. Y así sigue, sin que al concejal responsable, Carlos Sánchez (y a sus antecesores en el área) se le caiga la cara de vergüenza.

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