Capri, un plato para elevar a lo sublime la mesa de Navidad

Tradición, modernidad, vocación, profesionalidad... Los productos de elaboración propia de la Confitería Capri hacen historia en Almería y provincia siendo un plato para elevar a lo sublime la mesa de Navidad. Y es que los tradicionales dulces de estas fechas, y la gran variedad de aperitivos salados de este establecimiento con solera, son una seña de identidad almeriense. Roscos de vino, de anís, de almendra, de hojarasca; mancheguitos, moritos, mantecados; pan de Cádiz, turrón de Sicilia; frutas escarchadas; huevo hilado... Empanadillas de atún, de carne, agujas, empanadas surtidas, saladitos, murcianitos… Todo realizado en un obrador dotado del mejor equipamiento técnico que posibilita un óptimo resultado en la elaboración de las recetas tradicionales.

"Por supuesto, nuestro sistema de trabajo parte de las mejores materias primas. Y no sólo cumple con todos los requisitos básicos para cuidar de la seguridad alimentaria sino que además contamos con asesoramiento específico en materia de trazabilidad que nos hace mantener la atención sobre la calidad de nuestros productos. Pero eso sí, en Capri tenemos claro que sin el cariño por el oficio es muy difícil ofrecer la mejor calidad. Es nuestra seña de identidad. La garantía Capri. Y así trabajamos cada día para que siga siendo". Así lo ha destacado el gerente de Capri, David Amate, que ha añadido que "el esfuerzo diario es la única vía para consolidarse y situarse como líder en el sector".

Durante estas fiestas navideñas el equipo humano se refuerza para atender con la máxima calidad los pedidos de todos aquellos que deseen que los productos de Confitería Capri, formen parte de sus comidas y cenas navideñas. Para hablar de Capri hay que remontarse a 1940. Fue la época en la que don Manuel Martínez Mora adquirió en el Paseo de Almería la confitería denominada La Victoria. Posteriormente, en el año 1963, decidió trasladarse con todo el personal a una nueva ubicación en calle Méndez, comenzando su andadura profesional como Confitería Capri. En ese momento, y como una medida innovadora y pionera, se optó por incorporar la sección de Cafetería en el mismo local, algo que supuso un gran éxito para el negocio y en general para todos los establecimientos del sector, que fueron adaptándose a los nuevos hábitos de los ciudadanos.

En el año 1972 la adquieren como propietarios David Amate Tortosa y Juan Soriano Cruz, que durante muchos años la regentaron junto a sus sucesores, gestándose la mayor época de consolidación del local y en definitiva de la marca Capri. Después, en los últimos tiempos de este ciclo, fue el sucesor de David Amate, su hijo David, el que se ha mantenido al frente de la gerencia de todo el establecimiento junto a su hijo José David que a su vez desarrolla también labores en el obrador como profesional del sector. En la actualidad, desde el 24 de Enero de 2012, ambos regentan el nuevo establecimiento de Confitería Capri en calle Navarro Rodrigo. Un nuevo local que pretende aunar el mejor equipamiento técnico con la tradición artesana de siempre. A día de hoy "Capri sigue trabajando duro para responder a esta meta que nos hemos planteado con mucho tesón y profesionalidad. Esta es la manera con la que trabajaba nuestro antecesor y gracias a él, que supo formarnos adecuadamente, esperamos mantener la tradición", ha aseverado el actual gerente. Y la saga continúa con José David Amate, hijo de David, que tras realizar su formación en la Escuela de Hostelería se incorporó a Confitería Capri "donde aprendo la tradición gracias a los buenos maestros que han dedicado su vida a este establecimiento". "En la actualidad, junto a mi padre, tengo el placer y la oportunidad de dirigir el nuevo establecimiento, alternando mis funciones en la elaboración de los productos artesanos Capri con la gestión de dirección. Siendo consciente del esfuerzo que todo ello requiere, lo afronto como un reto ilusionante y de superación cada día.