El Casino Cultural de Almería y sus daños en la Guerra Civil
Un patrimonio perdido
El antiguo Casino Cultural es una de las monumentales viviendas palaciegas burguesas más relevantes que aún se conservan en el Paseo de Almería que llaman poderosamente la atención. Su ubicación es singular dentro de la estructura urbanística de la ciudad a finales del siglo XIX. En este sentido, el arquitecto municipal Trinidad Cuartara Cassinello, presentará en 1874 un proyecto de prolongación del Paseo que se organizaba como bulevard con calzada central y dos paseos laterales con árboles y aceras.
En este lugar se situaron las viviendas de la alta burguesía almeriense y las construcciones de ocio para dicha burguesía como es el actual Teatro Cervantes, que aunque sus planos datan de la segunda mitad del siglo XIX, finalmente, tras varias circunstancias, se inaugurará en 1921. Al final del boulevard se va a construir en 1890 la Plaza Circular (Plaza Emilio Pérez Ibañez) en la confluencia del Paseo y la Rambla, así como una calle (Reina Regente) para unir el Paseo con el Puerto.
En dicho lugar, y concretamente al final del boulevard, destaca el edificio más representativo del período ecléctico perteneciente a la alta burguesía almeriense: la vivienda de D. Emilio Pérez Ibáñez (Almería, 1849-1903), político conservador, que a lo largo de su vida en política ocupó diversos cargos públicos, siendo entre otros primer Teniente de Alcalde y Diputado a Cortes por Almería. La conocida como “Plaza Circular” lleva su nombre. La vivienda, se construye en 1888 en la prolongación del Paseo, en el llamado “boulevard” por Enrique López Rull. Es el tipo característico de vivienda burguesa de la segunda mitad del siglo XIX, adoptando todo el conjunto un carácter palaciego.
Hay que subrayar que cuando Francisco Silvela viajó hasta Almería para comprobar el estado desolador en el que había quedado la ciudad tras las trágicas inundaciones de 1891, se alojó en la gran mansión de Emilio Pérez. De la vivienda, destacan las tres fachadas que conforman el conjunto en paramentos de ladrillo rojo. La fachada principal de la mansión, consta de tres cuerpos: la planta semisótano a modo de basamento de piedra, de donde arrancan La planta baja con la portada monumental adaptada para la entrada de carruajes y donde en unas de sus ventanas laterales se encuentra el salón “árabe”, que en su interior tiene una profusa belleza decorativa de corte musulmán, y la planta primera con la espectacular balconada que corresponde al salón de baile. Remata el conjunto una gran cornisa.
En el interior de la vivienda, desde el propio vestíbulo arranca una escalera de gran prestancia y monumentalidad que lleva directamente a la parte noble del edificio y al antiguo salón de baile, un gran espacio decorado de corte clasicista francés con grandes ventanales que dan a la calle. Este salón es la joya arquitectónica y artística de la vivienda por su elegante, minuciosa y trabajada decoración, resaltando los óleos que adornan el techo, obras de Carlos López Redondo que representan las alegorías de la Fortuna, la Abundancia, la Música, la Poesía, el Amor y La Danza.
El edificio a principios del siglo XX pasó por diversas reformas interiores convirtiéndose en Casino Cultural y en un edificio de ocio y reuniones sociales de la burguesía almeriense, celebrándose en él, entre otros actos lúdicos, elegantes bailes de carnaval, donde las damas lucían sus vestidos más lujosos y sus máscaras más espectaculares. El salón árabe fue diseñado en 1921, igualmente en los años 20 se realizaron reformas en el salón de baile dedicado a las grandes recepciones, que vio ampliado y mejorado su mobiliario. Durante la Guerra Civil, y a causa de los bombardeos, sufrió graves daños en sus estancias, estructura arquitectónica y decoración que a continuación indicamos.
DAÑOS DEL CASINO CULTURAL EN LA GUERRA CIVIL
El edificio a causa de los bombardeos, sufrió destechado de varias habitaciones y agrietado de los muros, amenazando derrumbarse gran parte de él, e igualmente al ser ocupado desde el primer momento fue objeto de destrozos de consideración en las diferentes estancias. El edificio, sufrió graves daños tras ser incendiado parcialmente el 21 de julio de 1936 y posteriormente por parte de la Aviación Nacional. Tales daños dieron lugar a que sus sótanos fueran desprovistos del revoco y revestimiento, y que una de las cancelas de nogal del edificio fuese destruida por el incendio.
Igualmente los daños, alcanzaron a las habitaciones destinadas a tocador de señoras y a los damascos que tapizaban el salón principal de fiestas, resultando muy deteriorados. La cornisa del edificio quedó muy maltratada, así como la cristalería interior que sufrió graves daños por los bombardeos. Los daños sufridos en el edificio, fueron valorados por el arquitecto provincial Juan Hofer Manzuco en 128.319 pesetas.
Después de una larga andadura para su restauración entre los años 1940 y 1950, finalmente el edificio fue comprado en los años 80 del pasado siglo XX por la Junta de Andalucía para convertirse en la sede de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, conservando su gran y artístico salón de baile de la primera planta con su decoración primitiva. Asistir a una conferencia en dicho salón o presenciar algún otro acto, es todo un lujo para los ojos, que nos hacen retroceder a aquella época.
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