El Círculo Mercantil no pone precio al Teatro Cervantes

Lo dice el eslogan publicitario de una conocida tarjeta de crédito, pero es cierto que hay cosas que no tienen precio. Es el caso del edificio del Teatro Cervantes, cuyos propietarios, la sociedad Círculo Mercantil, aseguran que el valor de este Bien de Interés Cultural (BIC) y también monumento es "incalculable".

El Ayuntamiento de Almería deberá negociar mucho y duro, si no decae en su apuesta por conseguir la titularidad del inmueble o parte del mismo -el cajón escénico-. El presidente del Círculo Mercantil, Francisco Balcazar, considera imposible poner cifras al BIC porque "no se puede valorar, no tiene precio. Es -remachó- incalculable".

De hecho, el Círculo no dispone de ningún documento de tasación actualizado. Se solicitó una valoración pero, según ha explicado Balcazar, era tal el número de datos que la tasadora exigía que al final la sociedad propietaria retiró su petición.

La cuestión tampoco se reduce al desembolso monetario que la administración pública debería hacer, si la sociedad propietaria accediera a la operación de compraventa. El Círculo no ha cambiado de criterio y mantiene inamovible la misma postura que viene repitiendo desde el año 2000 surgieran las primeras voces municipales a favor de la adquisición del Teatro. Ya en 2006 los socios convocados en referéndum votaron en contra de la venta del Cervantes.

Lo recordó ayer Balcazar, quien dijo que "en principio" no hay cambios de criterio. Las nuevas opciones municipales, entre las que se encuentra la adquisición del cajón escénico del Teatro, dejándole en propiedad a los socios del Círculo los salones de reuniones, no ha sido valorada por Balcazar hasta que no haya sobre la mesa una oferta formal. Por ahora, el Círculo tiene conocimiento de esta propuesta a través de la prensa. De formularse la misma, el presidente de la sociedad recuerda que siempre deberá ser sometida a la opinión, mediante voto, de sus socios, hasta el momento más inclinados en alquilar el Teatro por un largo plazo de tiempo -sin concretar-, de colaborar en la rehabilitación del inmueble o participar en una fundación.