El Colegio de Enfermería baña en emoción 125 años de historia

El salón de actos del número 113 de Pablo Iglesias está a rebosar de enfermeros veteranos y nobeles, de familiares y amigos, de miradas de cristal que observan clavadas en el cuerpo rígido de 13 maniquíes. Portan los uniformes de todas las épocas. Franciscano, militar, con velo y con la cara medio tapada. Casi al fondo de la sala, vestida de rojo, al lado de su hija, está Dolores Ferrer. Quiere que la llamen Loli, porque así es como la conocen sus compañeros y todos los enfermos a los que ha ayudado desde hace 42 años. Actualmente se dedica a las vacunas internacionales. "Soy una enamorada de mi profesión", destaca. Una hora más tarde, iban a llamarla a la palestra, para recoger una placa conemorativa.

En la mesa presidencial están sentados el secretario de la Junta de Gobierno del Colegio, Juan Bautista Alcázar, la presidenta del Colegio de Enfermeros, María del Carmen del Pozo, Josefa Márquez, que acudió en representación de la UAL, el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y el delegado de Salud de la Junta de Andalucía, Manuel Lucas así como el presidente del Consejo Andaluz de Enfermería, Florentino Pérez. Todos coincidieron en destacar el trabajo de los enfermeros, su paciencia y constancia y la importancia de una vocación que es el detonante para conseguir agradar a pacientes y familiares.

La recepción se desarrolló en un ambiente en el que primó la emoción y las distinciones en forma de los premios Santiago Vergara y los homenajes a los jubilados, a aquellos que alcanzan sus Bodas de Plata como colegiados y la inauguración de la muestra de maniquíes y vestimentas.