Colgado a 50 metros por los pagarés
Miguel Ángel Navarro, conocido como 'El camionero sin camión' se encaramó a una grúa frente a un colegio de Campohermoso para pedir la modificación de una ley que le ha arruinado a él y a "muchos autónomos"
Se llama Miguel Ángel Navarro Belmonte y le conocen como El camionero sin camión. Ayer, este vecino de Níjar se aferró a una grúa de la construcción en una obra abandonada, a una altura de entre 40 y 50 metros, junto al colegio de Educación Infantil y de Primaria La Libertad en Campohermoso para exigir que se modifique la Ley Cambiaria y del Cheque, que le ha hecho perder todo -le han quitado el camión y embargado dos casas en Campohermoso y un piso en Barcelona- ante la imposibilidad de pagar una deuda de 1.987 euros contraída con una sucursal bancaria de Campohermoso, al no poder cobrar hasta 24.000 euros en pagarés.
"Puedo decirlo más alto pero no más claro", explicaba ayer a este diario a través de su teléfono móvil encaramado en la grúa mientras era el centro de atención de centenares de curiosos y efectivos de la Guardia Civil trasladados hasta la zona para velar por el orden público. Miguel Ángel pide que se elimine la palabra sin de la citada ley que señala que "el portador de una letra de cambio tendrá derecho a proceder contra todas estas personas individual o conjuntamente, sin que le sea indispensable observar el orden en que se hubieren obligado".
Según El camionero sin camión, al eliminar esta preposición "miles de empresas y autónomos no habrían ido a la quiebra".
Por esta razón, ha remitido un escrito al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al líder de la oposición, Mariano Rajoy, instándoles a "impulsar esa modificación" y a que "se pongan en contacto conmigo para que les explique que esta corrección evitaría muchos despidos".
En caso de no producirse, Miguel Ángel Navarro amenaza con que "mi madre -que tiene 74 años- y yo nos vamos a las puertas del Congreso de los Diputados en Madrid y de allí no nos moveremos hasta que nos den una instancia con el presidente Zapatero".
Navarro lamenta que "por culpa de los pagarés mi mujer está también en la calle. Un primo mío tenía una empresa de hortalizas con 80 mujeres, entre ellas mi esposa. Y por los malditos pagarés se fue a la quiebra y tuvo que echar a todas las trabajadoras".
Y es que Miguel Ángel explica que los pagarés firmados comprometen a pagar a quien los suscribe, pero que la citada ley para la que solicita la modificación esta regulada de tal manera que "si el que firma que pagará no paga, automáticamente se lo pueden descontar a quien ha trabajado e invertido, y esto es la ruina para cualquier empresa".
Este nijareño, que afirma que no quiere transmitir el mensaje de que "estoy mal" ya ha protagonizado otras reivindicaciones similares como cuando hace unos meses viajó hasta Madrid para pedirle ayuda al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y también a informarle de su situación a la diputada del PP, Soraya Sáez de Santamaría.
Este vecino, que dice estar "cansado" de esta situación económica afirma que "si no me hacen caso venderé lo poco que me queda y me iré a vivir a Andorra".
Mientras tanto, si su reivindicación surte efecto o no, ayer fueron centenares de curiosos los que observaron su peculiar forma de protestar, menos los escolares del CEIP La Libertad que, según su director, Antonio Mañas, "no han visto el espectáculo ya que ellos salen por otra puerta aunque si que lo verán desde los tejados de sus casas".
Miguel Ángel estuvo tres horas subido a la grúa. Cuando descendió no precisó de atención médica y sólo recibió el mensaje de la Guardia Civil de que bebiera agua para que no se deshidratara para evitar el coste económico del desplazamiento de la Cruz Roja.
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