Crónicas desde la ciudad

Corpus Christi (I)

  • Suspensión. Debido al estado de alerta sanitaria, la procesión del Corpus no se llevará a efecto según confirmó el Obispado. Las calles de Almería dejarán de ser su escenario el próximo mes de junio

Corpus Christi (I)

Corpus Christi (I) / D.A. (Almería)

Cabe suponer que, independiente de los cultos correspondientes a la onomástica del día, la procesión tendrá carácter claustral en el interior de la catedral diocesana de San Indalecio (La Encarnación), al igual que en otras capitales. Se ha cumplido una década desde que en el Diario publiqué (2010-2011) siete artículos en los que pretendí recopilar la secuencia más fiable y extensa posible de lo que históricamente supuso la celebración del Corpus Christi en nuestra ciudad, hasta entonces dispersa o inédita en legajos archivísticos. Aunque inmersos en la maldita pandemia vírica, ahora, dada su proximidad, trataré de resumirlos en tres consecutivas entregas dominicales.

 

ORÍGENES LITÚRGICOS 

Para conmemorar solemnemente la institución de la Sagrada Eucaristía, la Iglesia católica estableció la fiesta del Corpus, a celebrar el jueves siguiente a la octava de Pentecostés. Su origen se retrotrae a un suceso tenido por milagroso en el siglo XIII. Cuenta la tradición que la monja belga Juliana de Cornellón, enamorada del Stmo. Sacramento, gozaba de visiones celestiales. Nacida próxima a Lieja en 1193 y elevada a los altares como santa al fallecer en abril de 1258 en un convento cisterciense, con 16 años,“siempre que se ponía en oración le parecía ver la luna llena; pero oscurecida por un lado. Imagen con la que el Señor quería representarle el luminoso ciclo de las fiestas eclesiásticas; menoscabado, empero, por una ligera deficiencia que había de llenarse con la institución de una fiesta. Creyó Juliana ser esto una nueva tentación del mal espíritu, y rogó con mucha instancia al Señor la significación de tal imagen. Y éste le dio a entender que aquella sombra había de iluminarse con los esplendores de una fiesta nueva que debía celebrarse todos los años en honor del Santísimo Sacramento. Ella había de ser la primera en celebrarla y en anunciar a los demás la voluntad del Señor de que todos la celebrasen”.

 

La procesión podría tener carácter “claustral” por el interior de la catedral almeriense

RETRASO

Por alguna razón el tema se demoró en manos de la Clerecía; hasta que llegó a conocimiento del papa Urbano IV, por cuya intercesión se extendió a todo el orbe cristiano (…). En septiembre de 1264 expidió la bula Transisturus, “en la cual, después de ensalzar y conmemorar el amor de Jesucristo que resplandece en la Eucaristía, ordenó la celebración anual de la fiesta del Corpus Christi”; otorgando, además, numerosas indulgencias a los fieles que asistiesen a la misa y oficio divino. Nada decía dicha Bula respecto a procesiones; debiendo esta esperar un prolongado tiempo. Al relato anterior hemos de incorporar lo sucedido al sacerdote alemán Pedro de Praga: cuando celebraba misa en Roma (1262) se le rompió la hostia consagrada, de la que brotó sangre. Tenido igualmente por sobrenatural, el hecho acrecentó el interés vaticanista por el Stmo. Sacramento, siendo Tomás de Aquino su máximo difusor ecuménico.

 

Salvo en Toledo, Granada, Sevilla y alguna otra localidad de menor rango, la festividad del Corpus Christi pasó de jueves a domingo en toda España. En Almería capital su celebración externa tiene igualmente lugar el domingo, aunque excepcionalmente por la tarde. Los panegiristas eclesiales coinciden en señalar que fueron los reyes Isabel y Fernando, quienes “impusieron que con el mayor boato posible se santificase, en los territorios conquistados”. Ordenando “que tal solemnidad se celebrara en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad”. La ampliación de indulgencias a la feligresía por asistir a la procesión fueron dictadas por los papas Martín V y Eugenio IV.

Obispo, escudo. CORPUS Obispo, escudo. CORPUS

Obispo, escudo. CORPUS / D.A. (Almería)

ARCHIVO CAPITULAR

El archivo catedralicio es lógicamente su mayor depositario escrito. De ahí se han nutrido distintos sacerdotes en su condición de historiadores eclesiásticos: del deán catedralicio Pascual de Orbaneja o Carpente Rabanillo a los contemporáneos Tapia Garrido y López Martín. De Tapia (“Almería, piedra a piedra”) es la siguiente referencia:

(Junio, Corpus de 1585): Se manda dar a los gitanos diez ducados por el canto y baile de villancicos (no sólo se interpretaban tales canciones populares durante la Natividad) que hicieron en la plaza de la Catedral ante el altar del Santísimo, y que tanto agradó al obispo.

 

Una centuria después, el prelado fray Andrés de la Moneda y el Cabildo suprimieron “las zambras y baile de gigantones, atentos a que en ninguna parte se hacen y porque no está bien que canten en la Iglesia y se digan en las Representaciones cosas indecentes”. Sin embargo, años más adelante restituyeron zambras y autos sacramentales en el interior del templo diocesano y en la plaza.

 

El apartado musical de la seo almeriense fue concienzudamente investigado por Cristina Bonillo y Albina Requena (“Noticias y catálogo de Música en el Archivo de la S. y A.I.C. de Almería”. Centro de Documentación Musical, Junta de Andalucía, 1997). De sus libros de actas anotaron la gratificación anual (1579 a 1603) a la capilla musical por su participación: “A los cantores se les pagan dos ducados por el almuerzo del Corpus”. Además de estas, otras varias citas atienden el estipendio a músicos propios o aficionados externos, por tocar o cantar durante el Corpus y su Octava.

 

Salvo excepciones puntuales, la festividad del Corpus se trasladó del jueves al domingo

Tapia Garrido seguía prestando atención a la manifestación barroca por excelencia del ciclo litúrgico de primavera:

Desde principios del siglo XVI la fiesta litúrgica de más alborozo popular era la procesión del Corpus. Los capellanes y los acólitos de la Catedral preparaban la “danza del Corpus” y el Cabildo los agasajaba con un almuerzo.

Se alfombraban las calles de la Estación (carrera oficial) con aneas y poleo; hasta 80 cargas se gastaron en 1555. En la procesión los racioneros llevaban las sencillas andas de madera, adornadas con telas de seda, sobre la que se colocaba “una caja dorada en medio, en que se pone la custodia”.

Para el día del Corpus se componían entremeses, escarnios, chanzonetas y villancicos. En 1608 se representa en el crucero, entre la Misa y la procesión, “cierta comedia o auto” preparada por los del Ayuntamiento. En 1616 son los colegiales del flamante Seminario los que representa la comedia dirigidos por el preceptor (…). Desde 1521 el Santísimo sólo salía en procesión el día del Corpus; durante la Octava esta era claustral. Después los Dominicos comenzaron a hacer la procesión de la Infraoctava… 

 

Las aportaciones al tema del fallecido canónigo archivero, Juan López Martín, pueden consultarse en los dos tomos dedicados al episcopologio de la Diócesis: “La Iglesia de Almería y sus Obispos” (Diputación Provincial, 1999). Hasta la siguiente entrega el próximo domingo, aquí lo dejamos.

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