El Corte Chino se extiende

En los últimos años ha sido considerable el aumento de establecimientos orientales en la zona del Levante · Ropa y alimentación centran las tiendas

El Corte Chino se extiende
Ricardo Alba / Mojácar

mojácar, 05 de mayo 2011 - 05:01

Al margen de cuánto invertirá realmente el Estado Chino en las maltrechas entidades financieras españolas, aún necesitadas de fondos pese a haber abducido la economía del ciudadano español, los comerciantes chinos invierten en sectores como el energético, las telecomunicaciones, los servicios financieros, los servicios empresariales y el comercio. El Levante almeriense, concretamente el municipio de Mojácar, no es ajeno a la implantación de comercios chinos, una nueva competencia con operatividad actualizada alejada de los clásicos bazares y restaurante asiáticos independientes. Se aprecia un concepto de comercio, de tienda, similar a como actúan las marcas del sector con cadenas que apuestan también por formatos de grandes superficies.

En un mercado libre como el imperante en nuestro país, los emprendedores chinos desafían la crisis incrementando su actividad mediante grandes bazares, moda o restaurante. Los expertos señalan a la crisis y la sensibilidad del consumidor por el precio, junto a la caída de las rentas de los locales comerciales y del coste de traspaso como las circunstancias que ha facilitado el auge de los establecimientos regentados por chinos. El comercio chino sigue creciendo y lo hará con más fuerza en los próximos años. En Mojácar existen actualmente ocho comercios o bazares chinos, más tres restaurantes. Ninguno de sus propietarios o empleados se prestan a realizar declaración alguna, están en su derecho y, sin embargo, este silencio obliga a preguntas retóricas: ¿Cuántos empleados tienen? ¿Cómo consiguen financiación? ¿Tributan impuestos?

En la mayoría de los casos, se trata de pequeños comercios, tiendas o negocios familiares, pero apoyados en un sector importante de importación y exportación, un comercio mayoritario por el que nunca se pregunta. Por lo que respecta a la ubicación de estos establecimientos, no hay preferencia determinada. Basta con que haya locales disponibles para que se implanten las primeras tiendas y se genere, a partir de ahí, un núcleo más grande. Luego, lo que hacen es adaptarse a las características de cada espacio. No sucede en Mojácar, al menos no se conoce incidente significativo, pero este tipo de comercio es diana de dardos lanzados desde organizaciones de comerciantes en forma de ilegalidades, horarios extralimitados, venta de falsificaciones cuando no de productos perjudiciales para la salud, explotación de menores, talleres ilegales, en definitiva, un amplio espectro de irregularidades. ¿Ilegalidades reales o rebotes ante la feroz competencia?

Los once establecimientos chinos establecidos en Mojácar, ocho comercios y tres restaurantes, guardan una discreción absoluta en sus relaciones con los vecinos y residentes mojaqueros; no se conoce imputación alguna; muy al contrario, su trayectoria es correcta tal vez porque son conscientes de los numerosos controles a los que están sujetos.

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