Crece el negocio negro en la Avenida de la Estación con latinoamericanos
La próxima semana los comerciantes se reúnen, de nuevo, con las comunidades de vecinos. Los afectados aún esperan que el Ayuntamiento les conceda una cita
Los comerciantes de la Avenida de la Estación ya preparan una reunión para la próxima semana con las diferentes comunidades de vecinos de la zona. El principal motivo es tratar de llegar a un acuerdo y proponer soluciones para hacer frente al incremento del negocio negro que se ha generado en esta calle tan céntrica y comercial de la capital y que parece no tener coto.
Así lo indicaron a Diario de Almería los propios empresarios de la zona, quienes además están a la espera, desde hace meses, de que el Ayuntamiento de Almería les conceda una cita con el alcalde o con los concejales responsables para intentar buscar una solución al problema. Están teniendo pérdidas, además de por la crisis, por la sensación de "inseguridad" que el grupo que se dedica a trapichear con artículos de segunda mano en plena vía pública está generando entre los usuarios y viandantes, tal y como indican los dueños de las tiendas.
Las comunidades de vecinos también están cansadas de la actitud de estos grupos, que se han incrementado en los últimos meses y que además de ciudadanos de nacionalidad rumana también operan ya latinoamericanos.
Y es que son, según los propios afectados, más de medio centenar de personas las que se dedican a abordar a la gente para ofrecerle artículos o comprar sus pertenencias a cambio de dinero.
Para el trapicheo todo vale. Ocultan su mercancía en papeleras, techos falsos de cuartos de baño de bares y cafeterías, debajo de los coches que hay estacionados e incluso en las taquillas de algún comercio que haya por los alrededores. Tanto es así que hace apenas tres meses el dueño de un local de restauración de la zona encontró en el falso techo de un cuarto de baño casi una decena de teléfonos móviles con los que las bandas pretendían hacer negocio.
Los vecinos también apuntan a un incremento de los actos violentos. Aseguran que "no se puede decir que hayan sido ellos, pero sí es cierto que en esta calle se han incrementado los robos de bolsos, así como artículos que las tiendas ponen a la venta".
Cabe recordar que el Ayuntamiento de la capital, concretamente el Área de Seguridad y Movilidad que dirige la concejal María Muñiz, puso de forma permanente una patrulla de la Policía Local para que vigilara la zona. Pero de esta medida también se quejan tanto comerciantes como vecinos. Aseguran que "no sirve de nada que la Policía esté fija en la zona, porque además de dar una sensación de inseguridad a los clientes, hay horas del día en las que no están, porque también tienen que velar por el control de los taxis piratas que operan en la Estación Intermodal, y por el incremento de la prostitución de la zona de Artés de Arcos".
Tanto vecinos como empresarios quieren zanjar el problema. Quieren reunirse con algún responsable del Ayuntamiento y poner las cartas sobre la mesa.
Responsables de la tienda Cash Converters (de compraventa de artículos de segunda mano y, responsable según los demás comerciantes de la situación que se ha generado en la calle) ya enviaron al Consistorio una propuesta para modificar la Ordenanza de Comercio Ambulante e intentar dar las herramientas a la Policía Local para sancionar este tipo de conductas. Sin embargo, ya desde la administración local indicaron que esta medida estaba descartada y que dicha normativa no podía regular una actividad alegal.
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