"Crisis eran las de antes, no había ni agua"
El alcalde de Armuña, José Berruezo, artífice de los cambios de su localidad
Es miércoles 11:30 de la mañana. Un calor abrasador nos recibe en Armuña del Almanzora. José Berruezo, alcalde de la localidad, viene de supervisar la limpieza del lecho del río. Pasamos a su despacho y comenzamos la charla. Lo primero era sacar cuentas. Si asumió en mayo de 1983, ha cumplido 29 años como alcalde de Armuña. Sonríe y confiesa "asumí siendo un niño, tenía 26 o 27 años". Lo piensa porque las fechas coinciden con su cumpleaños el 25 de mayo. También coinciden con la edad de su hija mayor Elena, que tiene 29 años. Le siguen José Carlos de 25 y Pablo de 17. Está casado con Julia. Eran otras épocas, "por no haber, ni siquiera había agua. Para tener agua los comuneros nos permitían colocar una bomba que nos posibilitaba llevar el agua a las casas, no nos cobraban nada a pesar de que se quedaban sin regar". Ese mismo año hicieron un pozo, "tuvimos suerte, cuando llevábamos 20 metros de profundidad y 40 de largo reventó."; la suerte fue que hallaron agua y que el pozo explotó de noche, "si no se hubiera llevado a alguno". El pozo se hacía a pico y pala, y cada metro que se avanzaba, había que anillar y tapar, igual que en una mina.
El primer pozo, de los dos existentes, lo hizo Pepe Berruezo con la ayuda de los parados del pueblo. En 1984, ya salía el agua por los grifos, un agua que sirve para bañarse, cocinar o beber. Los tiempos han cambiado, "y tanto, de chavales salíamos a las 7 de la mañana para jugar al fútbol contra el Higueral (barriada de Tíjola). Llegábamos sobre las 10:30 para cuando finalizaba la misa. Jugábamos, y volvíamos andando". Tiempos en que la crisis era diferente, estructural; por eso para el alcalde es incomparable, "las vacaciones para los niños eran un solo día al año. Se preparaba la burra, una sandía y ese día nos bañábamos en la fuente de Cela. La gente se iba a Francia y se traían veinte mil duros y eso era un dineral. Lo demás lo daba la tierra". Al alcalde le comienzan a aflorar los recuerdos, y hasta su época de deportista "jugué al balonmano en Vera porque allí hice el bachiller superior". Fue campeón provincial a principios de los 70'.
Después vino la mili; "tuve que hacer la marina; imagina 18 meses sin cobrar nada, esperando que tu madre te mandara 20 duros". De vuelta en casa, "me puse a trabajar con mi padre que tenía un camioncillo. En temporada acarreábamos uva, y luego en la construcción. Dejé de estudiar para echar una mano en casa ya que mis padres ayudaban a mis hermanas a sacarse la carrera".
Armuña tiene alrededor de 300 habitantes, cuenta con una serie de servicios que no tienen nada que envidiar a poblaciones más numerosas. Cuentan con médico, ATS y a una residencia de mayores. Además poseen un tanatorio, centro Guadalinfo, piscina, pistas de pádel y de fútbol; un completo combo que da respuesta suficiente a los vecinos. Le preguntamos si hay alguna obra que le quite el sueño, y responde sin dudar, que "uno de los desafíos es poder encauzar el río Almanzora al paso por nuestro término municipal, ya que las dos veces que ha salido nos ha metido miedo. No olvidemos, que Armuña es como una isla". En cuanto a su relación con otras instituciones, confiesa "mi relación con la Junta y la Diputación siempre ha sido buena, independientemente de quien haya gobernado en esta última. Nunca nadie me ha discriminado".
Es hora de finalizar, Berruezo además de alcalde es hijo, y debe darse una vuelta para ayudar a atender a sus padres.
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