Culpable, el jurado no duda y dice que violó y degolló a su expareja
Violencia machista
Niegan que Francisco Salvador S.G. fuese presa de enajenación, de una intoxicación etílica o que no supiese lo que hacía
Unanimidad total y absoluta a la hora de declarar culpable a Francisco Salvador S.G., el acusado de violar y degollar en Huércal de Almería a Toñi, la mujer de 33 años que durante un mes había sido su pareja sentimental. El jurado popular no ha tenido dudas y ha negado que el procesado pudiese haber actuado bajo el efecto del alcohol, hubiese discutido con la víctima antes de agredirla de forma brutal con un cuchillo serrado, un porta retratos y una lámpara, o que éste hubiese sufrido una enajenación mental o le afectase un supuesto retraso mental.
No. Para los nueve miembros del jurado el único relato posible es el de un crimen concebido con alevosía y perpetrado con ensañamiento, declarándolo culpable de los delitos de asesinato y agresión sexual. En un detallado veredicto repleto de detalles, han concluido que durante Francisco Salvador se habría apoderado de una copia de las llaves de la casa de Toñi, recordando cómo los padres y hermanos de ésta manifestaron que era imposible que ella se las hubiese dado, pues ni siquiera le había facilitado unas a un novio con el que estuvo durante ocho años.
Así, tras acceder por una puerta trasera, se habría descalzado antes de subir las escaleras para llegar al dormitorio de Antonia para “no dejar huellas y no hacer ruido, para conseguir la sorpresa para cometer los hechos”. La mujer fue “sorprendida” cuando estaba dormida en la cama, donde la agredió sexualmente con “gran resistencia por su parte”, como demuestran los moratones que presentaba en las piernas, por ejemplo, y el que se haya encontrado ADN del hombre en los genitales de la asesinada pero no de otra persona, y que los testigos sólo lo vieron a él en el lugar.
Tras esto, Toñi recibió más de 50 golpes con un cuchillo con sierra, un portarretratos y una lámpara. Según los forenses, presentaba 26 heridas contusas en la cabeza y una mortal por “degüelllo” en el cuello, “cortante y penetrante” que se produjo en dos tiempos. Aunque nunca lo admitió, el acusado “admitió la posibilidad de haberlo hecho”, han recordado.
El cadáver, que había sido arrastrado desde el el dormitorio hasta el baño, presentaba el “mayor número de lesiones que recordaba -una forense- en toda su carrera” y a excepción de las que presentaban los genitales, todas habían sido realizadas mientras estaba viva y eran “muy dolorosas”. Han señalado que había huellas de sus pies descalzos, únicamente con calcetines, en la vivienda, así como en el muro del patio trasero por el que habría huido, y que en el acceso a un túnel en el que se escondió el acusado se localizaron enterrados el móvil de Antonia, el cuchillo serrado y prendas de la víctima.
Negativa a la suspensión y el indulto
El jurado, que se ha mostrado desfavorable al indulto y a la suspensión de pena, ha advertido que la propia forense aseguró en el juicio que era el cadáver “con mayor numero de lesiones que había reconocido en 20 años”, de forma que todas las heridas presentadas eran “vitales” salvo las posmorten de los genitales. En el veredicto ha pesado a la hora de rechazar las eximentes pedidas por la defensa, que ha mantenido una petición máxima de dos años y medio de prisión con eximiente completa, la declaración del médico de Urgencias del Hospital Torrecárdenas que lo atendió horas antes de los hechos después de que llegara al centro por una supuesta ingesta de alcohol en Níjar. Por su parte, la Fiscalía y las acusaciones particulares han mantenido sus peticiones de prisión permanente revisable por un delito de asesinato y 15 años de cárcel por otro de agresión sexual.
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