Da a luz en la acera de una calle del barrio de El Zapillo
María Isabel, la madre del bebé, se puso de parto justo antes de que llegara la ambulancia. Todo se desarrolló con normalidad y el pequeño nació totalmente sano
El pasado día 23 de julio el barrio del Zapillo vivió un acontecimiento cuanto menos insólito, y es que María Isabel González, una de sus vecinas, dio a luz en la calle, concretamente en plena vía de calle La Vega, donde reside. Todo empezó cuando María Isabel se despertó antes de lo habitual, en torno a las 5:00 de la madrugada por culpa de unas molestias que le hicieron pensar que eran simplemente ardores. Pero poco después , esa sensación de malestar se tornó en unos dolores que cada vez eran más intensos: "pensaba que todo sería más lento pero fue decirle a mi marido de prepararnos para irnos a Torrecardenas, cuando de pronto, rompí aguas".
La tranquilidad de la madre siempre estuvo presente pues, en sus anteriores partos, también vivió situaciones similares en las que todo sucedió con extrema velocidad desde que sufría las primeras molestias hasta que dio a luz a cada uno de sus tres hijos. Cuando el matrimonio bajaba por el ascensor aparecieron las primeras contracciones y al salir al portal: "el niño dijo de salir cuando estaba en la puerta de mi casa, ya en la calle; en ese momento le dije a mi cuñada que llamara a una ambulancia porque ya venía".
El vehículo sanitario apenas tardó cinco minutos en hacer acto de presencia en la puerta de la familia, pero ya era tarde: el cuarto hijo de la familia Ramón González ya había asomado la cabeza y la ambulancia solo venía con el conductor. Finalmente fue necesario tumbar a la madre en la calzada para dar a luz. Allí fue asistida en todo momento por su cuñada y el conductor de la ambulancia.
Por suerte, durante el parto no se produjo ningún contratiempo de última hora y todo fue totalmente normal. Francisco Jesús es un bebé sano y además "esta hecho un dormilón, es un niño muy bueno y tranquilo", asegura María Isabel. Para la madre, el único pero de la experiencia es que a pesar de lo intempestivo de la hora, "sí que asomaron algunas personas que pasaban por la calle e hicieron de observadores sin prestarse a ayudar, ni para darme una manta"., explica María Isabel.
Pasados ya unos días desde el feliz acontecimiento, la familia recuerda esos momentos con sentido del humor: "los bauticé a todos: a mi marido le puse el celador, a mi cuñado el enfermero y a mi cuñada, la comadrona". Pese a que "mi único miedo era que el niño viniera con algún nudo en el cordón o algo similar", todo salió bien y el barrio del Zapillo ya tienen entre sus vecinos a Francisco Jesús, un nuevo vecino ilustre, que engrosa la lista de historias que ofrece uno de los barrios más señeros.
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