Dando a conocer la feria de Almería en el 1900

La Feria de Almería ya está aquí. Este año se celebra del 18 al 26 agosto. Se ha elegido el correspondiente cartel, elaborado su programa y los tan deseados abanicos, todo ello con el objetivo de darle la máxima difusión.

En este artículo vamos a conocer otra forma que se utilizó para su promoción: las primeras viñetas sin valor postal que se efectuaron con motivo de las fiestas que se celebraron en 1900, que curiosamente fueron del 18 al 28 de agosto.

Recordemos que estas viñetas eran una imitación de los sellos, se parecían a ellos en que se efectuaban en hojas bloque, por lo que tenían dentado y estaban engomadas. Para autorizarlas no podía contener ni la palabra “España” o “Correos”, ni indicación alguna relativa al valor o de otra clase que pudiera inducir a confusión con los signos de franqueo.

De origen alemán se crearon con el objetivo de servir de promoción, las podríamos considerar como verdaderos carteles publicitarios en miniatura, lo que favorecía que se convirtieran en un peculiar vehículo para la publicidad a nivel local. Estas podía adherirse a los envíos postales, lo que le facilitaba un importante medio de difusión.

La comisión de festejos de ese año consideró interesante utilizar estas viñetas como una forma de propaganda que llamara la atención a los numerosos forasteros. Por esta razón se decidió encargarlas al taller de litografía de Hilario Navarro Vera, situado en la calle Real, para que diseñara tres modelos que representaran a Almería. También se encargaron unos sobres especiales.

Hilario Navarro era un artista relevante dentro del género de paisaje y fue pintor y grabador. Su obra más interesante es un álbum de estampas titulado «recuerdo de Almería» que se publicó en 1895 y que en 1899 volvió a editar nuestro Ayuntamiento, con motivo de la inauguración de la línea de ferrocarril de Almería a Baeza. En él aparecen elementos emblemáticos de la ciudad como la Catedral, la Iglesia de San Pedro, la Estación de Ferrocarril o la Alcazaba.

El presidente de la Comisión de festejos, Carlos Giménez Orozco, se encargó de solicitarlos. Se elaboraron tres clases de sellos. En el primero se representaba la Virgen del Mar, nuestra patrona. En el mismo se indica «SOLEMNE PROCESIÓN EL 26 DE AGOSTO DEL AÑO 1900, EN LA CIUDAD DE ALMERÍA». Se decide realizarlos en dos colores: rosa y azul, y de diferente tamaño. En la parte inferior izquierda aparece la «firma» de su autor: H. Navarro Vera.

El siguiente motivo es el escudo de Almería. En él se indica «GRANDES FIESTAS DEL 18 AL 28 DE AGOSTO DE 1900 EN LA CIUDAD DE ALMERÍA». Se le superpone un ancla como símbolo marinero. También se confecciona en dos colores, rojo y verde.

La última se dedica a la Alcazaba. La imagen reproduce la vista desde el cerro de San Cristóbal y es semejante a la litografía que aparece en el su álbum Recuerdo de Almería. En la viñeta se indica «FERIA Y FIESTAS 18 DE AGOSTO 1900», en una banda, y «Almería». Solo disponemos de uno, de color morado, pero no sería de extrañar que se realizara otro, como en los casos anteriores.

Estas viñetas son tratadas como «pequeñas obras de arte», empezando por la elección del artista que las va a diseñar y las técnicas con las que se imprimirían. Nada tiene que envidiar a la elaboración de un sello, por eso no es de extrañar que se las denomine como tales.

El resultado del trabajo efectuado por Navarro se reconoció a través de la prensa, en la Crónica Meridional del 26 de abril se indica Los sellos están muy bien hechos, habiendo dado el Sr. Navarro de Vera una prueba más de ser un artista inteligente y de haber conseguido un adelanto grande en el ramo que con tanta facilidad maneja.

El importe de los sobres y de los sellos, según nos indica la Crónica Meridional del 15 de mayo, fue de 425 pesetas.

Estas viñetas tuvieron que ser autorizadas por la Administración de Correos de Almería, que en aquel momento tenía la categoría de principal de tercera clase. Su administrador era el Sr. Pineda. Por la Crónica Meridional del 19/2/1889 sabemos que esta se había trasladado al Paseo del Príncipe núm. 1, a la misma casa donde estuvo establecida la imprenta de La Provincia. Este nuevo local era más espacioso y se había arreglado para que las oficinas dispusieran de todas las comodidades posibles. También se disponía de un buzón que llama la atención por su elegancia y construcción.