Un patrimonio perdido

Declaraciones a la causa de la Iglesia de San Sebastián tras la Guerra Civil

  • ALMERIA 1936-2019. La Guerra Civil Española fue difícil para Almería, que aunque no fue frente de batalla, en la retaguardia sufrió serios bombardeos durante el período bélico

Declaraciones a la causa de la Iglesia de San Sebastián tras la Guerra Civil

Declaraciones a la causa de la Iglesia de San Sebastián tras la Guerra Civil / D.A. (Almería)

La iglesia de San Sebastián tras las declaraciones a la Causa General después de la Guerra Civil sobre los daños ocasionados en la contienda, hay que destacar la declaración a la Causa General de D. Juan García Pérez, donde indicaba que el día 21 de julio por la noche comenzó la destrucción de la iglesia “rociando de gasolina el interior del templo y le prendieron fuego, después de amontonar las imágenes cerca de la puerta principal para que ardieran“.

El desmantelamiento de la iglesia fue general, quedando las paredes ennegrecidas por el humo. Sólo se salvaron dos custodias de plata y una cruz parroquial también de plata que guardaba el feligrés “Antonio Balzunces Cervantes”. Entre los objetos artísticos indicados de “excepcional interés”, se encontraba un crucifijo, que se guardaba en la sacristía y dos tallas, una de San Francisco y otra de San Antonio. Del archivo parroquial no se pudo salvar ni un solo libro, igualmente fueron incendiados los libros de la biblioteca particular del declarante Juan García Pérez, que se guardaban en el archivo parroquial.

IGLESIA SAN SEBASTIÁN IGLESIA SAN SEBASTIÁN

IGLESIA SAN SEBASTIÁN / D.A. (Almería)

Según declaración de D. Manuel Rodríguez González, a los pocos días del Alzamiento, se levantó la solería del templo parroquial de San Sebastián para pavimentar con ella dos salones del convento de la Compañía de María de la capital, que había sido incautado instalando en él un parque de artillería.

Posteriormente se construyó bajo la nave central del templo, al igual que en el templo de San Pedro, un amplio refugio antiaéreo. Con motivo de los bombardeos, la obra de fábrica del templo Parroquial de San Sebastián, sufrió serios deterioros al haber sido alcanzada la techumbre de la nave central del mismo por un obús el 31 de mayo de 1937 a las seis de la mañana . Dicho obús destruyó parte de la techumbre y el 18 de abril de 1938 un bombardeo aéreo que alcanzó a la ciudad, ocasionó que una bomba destruyera la techumbre del altar mayor, dañando también la cúpula central del templo.

Una de las pocas cosas que quedaron a salvo de los bombardeos fue el magnífico relieve que hay sobre la puerta de entrada principal al templo.

La iglesia una vez finalizada la Guerra, fue reconstruida siguiendo fielmente su arquitectura primitiva. D. Manuel Rodríguez González señalaba que en la iglesia de San Sebastián había once retablos, detallándolos a continuación:

  • El retablo del Altar Mayor, que ostentaba un lienzo que representaba al mártir San Sebastián. En el Altar mayor, se encontraban además, dos grandes lienzos que representaban al la Virgen de Guadalupe y a la Virgen del Sagrario. “dos pinturas interesantes y antiguas”. También se encontraban en dicho altar dos imágenes: una imagen de “San Cayetano”, “muy artística y antigua talla en madera”, y otra de “San José”, escultura moderna.

- Dos retablos laterales, uno al lado del Evangelio, de gran valor, tallado en madera, del tiempo de la fundación de la iglesia o procedente de otra iglesia, y en cuyo altar se veneraba una talla del Nazareno. El otro lateral, del lado de la Epístola, también tallado en madera y de la misma época del anterior y de igual valor y mérito artístico, en cuyo altar se veneraba una imagen de la Virgen de los Dolores, que siendo párroco el que después fue canónigo pontificio de la S.I. Catedral, don Pío Navarro Moreno, fue sustituido por otra de su propiedad, ignorándose el paradero de la primitiva.

  • Dos altares en el crucero; el del Evangelio, de piedra tallada, destinado a Sagrario, venerándose en la hornacina de su altar la Virgen del Carmen, tallada en madera, de autor desconocido. En honor de dicha imagen, funcionaba una Archicofradía y Hermandad. Era la patrona de las Huertas, que gozaba de especial veneración entre los feligreses. El del lado de la Epístola, era del mismo estilo que el mencionado anteriormente venerándose en su altar una excelente talla de San Sebastián, atribuida a Alonso Cano, aunque en el archivo no existieran suficientes datos que lo corroboraran.
Figura Virgen Figura Virgen

Figura Virgen / D.A. (Almería)

- Siguiendo en la nave de la Epístola, se encontraban los siguientes retablos: el de “San Francisco”, que a pesar de mencionar dicho Altar como “pobre”, sin embargo, la imagen era descrita como “soberbia talla de madera”, no existiendo en el archivo datos acerca del autor. Otro de los retablos era el del “Ecce-Homo”, con un cuadro que representaba al Ecce-Homo, y catalogado por el declarante de “escaso valor artístico”. Finalizando la nave de la Epístola, se encontraba sobre un sencillo altar, un lienzo apaisado que representaba el descendimiento de Cristo, de autor desconocido, y catalogado en la declaración de “muy subido valor artístico” .

- En la nave del evangelio, en un retablo calificado como “pobre”, se encontraba en la hornacina una antigua imagen de San Antonio, que el declarante afirmaba ser de “escuela sevillana” y de “mérito artístico”. También en esta nave se situaba un pequeño retablo calificado de “interesante y antiguo”, de madera tallada, que tenía en la hornacina de su altar un lienzo que representaba la “Anunciación de Ntra. Sra.” Y finalizando la nave del evangelio, se encontraba un retablo de madera tallada, que tenía en su altar un destacado lienzo que representaba a San Ramón Nonato.

Con el incendio a la iglesia producido el día 22 de julio de 1936, a las seis de la mañana se voló con dinamita la puerta principal del templo parroquial de San Sebastián y el interior fue rociado con gasolina, incendiándolo. Las llamas destruyeron todo el templo parroquial, con excepción de la sacristía y las habitaciones anejas, entre ellas un salón-escuela y la pequeña casa del sacristán, destruyéndose por completo todo el archivo, no pudiéndose recuperar ningún documento. Se destruyó todo el interior del templo, quedando en pie la obra de fábrica, aunque ennegrecida y desaparecida toda la pintura. Sólo quedó sin arder, la imagen de San José y la de la Virgen del Carmen, esta última colocada en el crucero en un altar portátil, al ser los días en los que se celebraba la solemne novena en su honor. Finalmente el día 30 de agosto de 1936, se procedió a un registro minucioso de la casa del declarante y a la destrucción de imágenes.

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