Depuradora del Bobar

Obras de emergencia para evitar la emisión de fangos y gases, y garantizar el riego

  • Situación comprometida por la aparición de grietas y fisuras

  • Tomadas ya medidas paliativas, este jueves comienza la construcción del nuevo digestor

Vertido de fangos en la playa. Emisión de malos olores con barrios como la Vega y Nueva Almería afectados. Incapacidad para cubrir las necesidades de riego del campo almeriense. Emisión de gases inflamables con riesgo de explosión y derrumbe, con el consiguiente peligro para los trabajadores. Son algunas de las consecuencias que podría entrañar el deterioro que registra uno de los dos digestores de la estación depuradora de aguas residuales del Bobar (Edar), que esta semana se somete a obras de emergencia decretadas por el Ayuntamiento de Almería. Se construirá un nuevo digestor que garantice la funcionalidad de la Edar, recuperando así también el cumplimiento de la normativa medioambiental vigente.

La estación contiene dos digestores, o depósitos donde se acumulan los fangos y son tratados para la eliminación de contaminantes que permita la reutilización de las aguas residuales. Con una antigüedad de casi 25 años, Aqualia, ante la aparición de grietas y fisuras en la cubierta, informaba el pasado año de la "gravedad" en el estado del digestor primario B, fuera ya de su vida útil, y de la necesidad de sustituirlo por uno nuevo. Se redactó de inmediato un proyecto y las obras, con un coste próximo a los dos millones, finalizaron en diciembre.

3.000 hectáreas de cultivo esperan nutrirse del agua tratada en la instalaciones del Bobar

Con semejantes deficiencias, ahora es el digestor primario A el se encuentra en una situación límite, descrita ayer en rueda de prensa por el concejal responsable del área de Servicios Municipales, Juan José Alonso, con la palabra "grave". Hasta el punto de que, antes de que este mismo jueves comiencen los trabajos para crear un nuevo digestor, el Ayuntamiento ha adoptado medidas paliativas.

Acordadas en una Junta de Gobierno celebrada el pasado día 17 de agosto, las mismas han consistido en la construcción de un zuncho de fibra de vidrio alrededor de todo el perímetro, agujeros en la base de las placas exteriores para evitar posibles acumulaciones y testigos que informen de futuros movimientos, medidas adoptadas a las que se sumó el encargo, por vía de urgencia, de la redacción del proyecto y construcción de un digestor de fangos de 4.100 metros cúbicos por parte de la concesionaria del servicio municipal de agua, Aqualia.

La misión ahora es sustituir este digestor primario A por un nuevo con el que poner fin a los riesgos evaluados y garantizar el correcto funcionamiento del sistema de depuración de aguas en el término municipal, con una inversión de 1.605.000 euros redondeados. Según ha explicado el edil, a principios de año, sobre el digestor "empezaron a advertirse igualmente fisuras y grietas en su cúpula, originándose vertidos de fango y emisiones de gases a la atmósfera, situación agravada a raíz de un informe técnico, el pasado mes de julio, que alertó de la necesidad de una intervención sobre la estructura del mismo y planteándose la construcción de un nuevo digestor con un volumen similar que sustituyera al ahora deteriorado".

En estos momentos, este digestor estar funcionando únicamente como depósito de lodos, mientras que el nuevo está asumiendo la función de reducir la carga contaminante antes de la deshidratación de los lodos y su tratamiento. "La planta no puede funcionar con un solo digestor, algo que comporta además un riesgo medioambiental evidente", afirma Alonso, que avanza que la construcción del nuevo estómago del Bobar "viene además a solventar los problemas de olores que sufren especialmente los vecinos de Nueva Almería y garantizamos la integridad de los trabajadores de la EDAR, ante el peligro que supone la explosión de gases inflamables o el derrumbe de la estructura de hormigón ante su actual estado".

El responsable municipal añade a los motivos de estas obras de emergencia evitar las "sanciones de la Junta, si la planta no funciona correctamente, cumpliendo con ello los parámetros de vertidos", así como garantizar "el regadío de miles de hectáreas de invernadero, dado que la Junta de Andalucía ha otorgado recientemente la concesión de las aguas depuradas del Bobar a la Junta Central de Usuarios, compuesta principalmente por Cuatro Vegas y el Sindicato de Riego". Son, pues, 3.000 hectáreas de cultivo las que están pendientes de recibir agua correctamente tratada para el regadío.

La inversión, así como la propia emergencia de las obras de construcción del nuevo digestor, ha sido justificada por Alonso con otra motivación más: "Evitamos poner el riesgo la campaña turística de verano por posibles vertidos incontrolados", ratificando con esta actuación "el compromiso del equipo de gobierno con el medio ambiente y la sostenibilidad. Es -concluyó- una obra sumamente importante que no admite demora".

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