Almería

Despedida al 'freno' de Berja

  • El municipio 103 se despertaba ayer resacoso tras su primera fiesta por la independencia. El futuro se presenta esperanzador para un pueblo que no tiene, por ejemplo, cementerio.

Balanegra se levantó ayer resacosa, aún con los ecos de los cohetes y el sabor del champán resonando en la cabeza de sus vecinos. No es para menos. Conseguir la segregación de Berja es un hito histórico sin precedentes para un municipio que está anclado aún al pasado más reciente, al que el municipio matriz le ha aferrado durante décadas. "Aquí llevamos más de treinta años de retraso con El Ejido, Dalías o Adra", afirma Francisco, un septuagenario jubilado que ha vivido en primera persona el hastío y el desdén al que se ha sometido a su pueblo por parte de Berja. "Nos tenían puesto un freno, no querían que nos fuésemos y no nos daban ni un duro", espeta.

En su mirada, como en la de sus amigos Fernando, Luis y Juan, se denotaba la felicidad. Ellos, ya todos jubilados y con siete décadas de vida a sus espaldas, son el claro ejemplo de que la perseverancia y la paciencia son siempre dos buenas consejeras para afrontar los retos que te depara la vida. "Estamos muy felices. A partir de ahora vamos a decidir qué queremos hacer con nuestro pueblo. Nos hacen falta muchas cosas", afirma Juan.

Así, a bote pronto y confeccionando una lista rápida, en Balanegra no tienen piscina, ni pabellón deportivo, ni instituto, y lo que es aún más sorprendente, ni cementerio. Los balagrenenses que se van al otro mundo tienen que realizar un último viaje, en coche, hasta los camposantos de Dalías, Balerma (El Ejido) y Adra. La mayoría se quedan ahí y no van a Berja porque les pilla más lejos. Hasta en eso tenían claro que había que independizarse.

Lo que tienen muy claro estos cuatro balagrenenses es que no le guardan ningún rencor a Berja. Ni siquiera durante el proceso de segregación, que cumple este próximo 8 de junio una década, cuando el Ayuntamiento virgitano ha puesto todo tipo de trabas para evitar este final para muchos inesperado, pero muy deseado.

Una noticia que a muchos les cogió el martes por sorpresa. La vida en Balanegra, aferrada a la agricultura y a un turismo aún muy precario, lleva a los vecinos a estar ensimismados en sus quehaceres diarios y las noticias no fluyen a la velocidad que lo hace en el resto de la comarca del Poniente. Tal es así que la fiesta que se celebró a partir de las diez de la noche en las inmediaciones de la Casa Consistorial fue totalmente improvisada y corrió a cargo del que fuera el primer impulsor del germen de la independencia, Miguel Peralta, el que fuera alcalde de Balanegra hace más de dos décadas y tutor de este proceso de la actual alcaldesa en funciones, Mercedes Tapia (PP).

De ellos solo hay buenas palabras. "Hay que ponerles un monumento. Se han matado a trabsajar para conseguir que Balanegra sea independiente y tengamos un futuro mejor", afirma Luis. "El que diga una mala palabra de Mercedes es que no la conoce", añade Fernando.

Razón no les falta. Mercedes Tapia, que la semana que viene cede el testigo a Nuria Rodríguez (PP), ha sido la punta de lanza de Balanegra en este proceso de segregación. Sus vecinos no olvidan que se encerrase en el Ayuntamiento de Berja para exigir iniciar la segregación o la huelga de hambre que protagonizó. Ahora, ya con 62 años, y con ganas de disfrutar de su familia, que ha sufrido la obsesión de este balanegrense por conseguir un sueño que finalmente ha terminado cumpliéndose. Por eso, estos balanegrenses no dudan en afirmar que habría que ponerle "una estatua y rendirle un homenaje".

El pueblo ayer estaba todavía adormecido. Calles con poco trasiego de gente y de coches. Todo el mundo está trabajando. Aquí hay invernaderos familiares y hay poco paro. Las casas son unifamiliares y los edificios plurifamiliares brillan por su ausencia. El retraso que ha sufrido Balanegra le ha permitido escapar de los pelotazos urbanísticos. "Algo bueno teníamos que tener", afirma Luis.

Cerca de allí, del pequeño parque donde conversamos con estos balagrenenses a la sombra de un sol de justicia, se ubica el Ayuntamiento. El teléfono no para de sonar. El segundo día de independencia está provocando un plus de trabajo a los dos administrativos que se encargan de gestionar en la planta baja el Consistorio. Al lado de ellos, separados por una pared, está el despacho de Mercedes Tapia. Impresiona verla rodeada de papeles, de informes, de mapas de planeamiento y alguna foto áerea de Balanegra. Ahí uno se da cuenta de que tiene forma de U y su crecimiento, estipulado en 1.300 viviendas para la próxima década, puede acabar con esa peculiar fisionomía en la que predominan sobre todo las explotaciones bajo plástico.

Tapia no puede esconder su sonrisa. El día anterior cuando hablaba para Diario de Almería no se creía lo que había sucedido tras el anuncio del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía que aprobaba la segregación de Balanegra y le convertía en el municipio 103 de la provincia. Ayer, 24 horas después, seguía igual. "Esta noche no he podido pegar ojo. Estoy en una nube. Por fin ha llegado nuestro momento. Balanegra echa a andar y tenemos mucho por hacer", afirma.

Ayer ya tenía ganas de poner en funcionamiento la Comisión Gestora que se encargará de articular el funcionamiento del Ayuntamiento. "Tenemos tres meses pero si lo hacemos en dos semanas, mejor", afirma. Ella ya se encargará de asesorar a Rodríguez. "Es joven y viene con muchas ganas de trabajar. Y no le va a faltar trabajo", añade.

Ante la posibilidad de que el Ayuntamiento de Berja recurra esta aprobación del Consejo de Gobierno, Tapia se muestra tranquila. "Esto ha sido un proceso muy largo y tenemos todos los informes favorables. Confío en que entiendan que es lo mejor para ambos. Las leyes y las decisiones políticas hay que acatarlas tanto para bien como para mal", señala.

Su teléfono no para de sonar. Muchos alcaldes de otras Entidadades Locales Autónomas de toda Andalucía la felicitan. Ella es un ejemplo para las otras 14 que en Andalucía trabajan estos días para conseguir también la independencia.

De primeras, en la fachada del Ayuntamiento se eliminará en breve las iniciales "E.L" (Entida Local). "Las pusimos en pequeño porque sabíamos que acabaríamos independizándonos", concluye Tapia.

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