Almería

Dilema resuelto, primero vender los huevos y luego poner la granja de gallinas

  • El veterinario y asesor avícola Alberto Picchi imparte un seminario en Albox La granja para huevos camperos en Arboleas cuenta con 900 gallinas

Existe el dilema de qué surge primero, ¿el huevo o la gallina? Lo que sí dejaba ayer claro Alberto Picchi, veterinario y asesor en avicultura, es que, actualmente, es necesario vender el huevo antes de producirlo.

El Ayuntamiento de Albox acogía un seminario sobre avicultura de puesta ecológica y campera, organizado por el centro Camino de Purchil (Granada) del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera y por la Oficina Comarcal Agraria del Alto Almanzora, con la colaboración del ayuntamiento albojense y las empresas Pupa Planet y Avivet. Éste, que impartieron Picchi y la también veterinaria Sara Ruiz, se fragmentaba en tres partes: quiero poner gallinas; ya tengo mis gallinas; ya tengo huevos… y ahora ¿qué hago con ellos? Alberto Picchi sentencia: "Lo ideal es ser primero vendedores y luego productores". Según el veterinario y asesor, hace en torno a cinco años todo lo que se producía se vendía pero, ahora, hay que ser cautos, "la comercialización de huevos camperos y ecológicos ha aumentado muchísimo en los dos últimos años, posiblemente por la concienciación sobre el bienestar animal, si bien esto no ha repercutido en un descenso de huevo en jaula". Para Picchi, esta actividad económica está siendo el refugio laboral de mucha gente, "pero no se sabe hasta qué punto el mercado puede absorber la producción. "Hay que ser sensato, por eso yo hago hincapié en que ya hay que cerrar la venta antes que producir". Una vez se tiene el mercado hecho, para el productor es más fácil dimensionar cómo tiene que ser su explotación.

Un ejemplo del trabajo bien hecho en la provincia es el de la explotación de José María Artero en Arboleas. Hace entre tres o cuatro años que convirtió una granja de pollos de engorde en una explotación de gallinas camperas en la que actualmente conviven 900 animales. Según explica su mujer, Noelia Granero, estas gallinas ponen como máximo un huevo diario, ya que todos los días no todas ponen huevos. Estas aves, que llegan a la granja con cuatro meses y producen durante en torno a un año, viven en libertad en una granja y con un campo en el que disponen de mínimo cuatro metros cada una. Esto repercute finalmente en el huevo, porque la gallina no padece ningún tipo de estrés. Tal y como detalla Granero, quien explica el encarecimiento de los piensos cuyo precio se ha más que duplicado en cuatro años, la explotación tiene todo automatizado, excepto la recogida de huevos a diario que se hace manualmente. Por la mañana abren las puertas de la granja, las gallinas tienen entonces libertad para entrar y salir al campo y son ellas mismas las que cuando se oculta la luz del sol se recogen.

José María Artero comercializa toda su producción con Huevos Inmaculada, empresa murciana con sede en Totana, cuyos huevos camperos en su totalidad tienen como origen la finca de Arboleas.

Respecto a la comercialización de los huevos, de acuerdo a las palabras de Picchi, que desempeña su trabajo en Andalucía, Badajoz y Ciudad Real, existen tres canales de venta: cortos, medios y largos vía exportación. Las explotaciones muy pequeñas optan por los canales cortos, si bien se abren nuevas oportunidades para granjas medianas, de unas 1.500 gallinas, en canales largos a través del asociacionismo o, incluso, comercializando los huevos con otros productos que ya tienen vía de comercialización hacia el exterior como el aceite, jamón o vino.

En la provincia almeriense, según los datos facilitados por la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, hay 10 explotaciones de la denominada avicultura de puesta alternativa, con gallinas dedicadas a la producción de huevos ecológicos, camperos y de suelo, entre ellas la de José María Artero. En total tienen una capacidad para unas 2.000 plazas. Son explotaciones familiares que normalmente venden en el comercio local y que utilizan este tipo de producción como complemento de renta, para las que suelen aprovechar instalaciones en desuso, con lo cual las inversiones realizadas no han sido muy importantes.

La venta de huevos (1 millón de docenas) , tanto de puesta alternativa o en jaula, reportó a los granjeros almerienses 1,1 millones de euros.

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