Crónicas desde la ciudad

Don José Ponce de León y Molina

  • Al médico y químico nacido en Uleila del Campo (1753) y fallecido en Granada (1819), la 1ª edición del Espasa-Calpe le dedica una semblanza biográfica en virtud de sus evidentes méritos científicos

LA del alba sería cuando el Hispano Suiza de pasajeros rojo, reluciente y con la cenefa de Alsina Graells en blanco arrancaba, tras golpe de manivela, del Paseo -frente a Correos y kiosco de la Música- con destino a la cabecera del Almanzora. Tras avanzar con holgura por los llanos de Tabernas, giró a la izquierda y siguió serpenteando hasta divisar la torre-campanario de la parroquial de Uleila del Campo. Parada obligada antes de que la "alsina" emprendiese su subida -asmática y quejumbrosa- por la temida Cuesta de la Virgen: buena parte sin asfaltar y con tantas curvas como la etapa reina del Tour francés. Toda una aventura veraniega antes los ojos del crío de seis añillos que, desde Tíjola y a lomos de borrico, cumpliría viaje en el cortijo de Bacares donde le aguardaban sus abuelos.

Echaban a andar los años Cincuenta y yo era ese niño, asombrado, al que le quedó impresa la imagen soleada de Uleila, de sus casas ocres acostadas en un blanco labrantío de almendros en la estribación meridional de Filabres. Entonces desconocía, naturalmente, su historia y a sus laboriosas gentes. "Volví a Uleila" décadas después, a unas jornadas poético-literarias felizmente recuperadas gracias al IEA, Jacinto Soriano y Pilar Quirosa, aunque ya sin el añorado Manolo del Águila y Arturo Medina. Luego sí, entablé amistad con Ramón Ponce García, al que su proverbial elegancia y mesura me niega ponderar su amor por la patria chica y el "apostolado" sobre su historia y excelencias. Tampoco sabía que era descendiente de un uleilense gloria de las Ciencias en la España de los siglos XVIII-XIX.

Nace el sabio

En la Iglesia Parroquial de esta villa de Uleyla del Campo/ En el ocho días del mes de febrero de mil setecientos cincuenta y tres años. Yo, D. Thomás Martínez, cura teniente de dicha Parroquia, batipzé solemnemente a Andrés Joseph, hijo legítimo de Benito Ponze y de Luisa Molina su legítima mujer y mis feligreses naturales y vecinos de esta villa. Sus abuelos paternos fueron Bernardo Martínez Ponze y Rosa María García, naturales el dicho de Alcudia y la dicha de ésta. Maternos Sebastián Molina, natural de Gijona, Reino de Valencia, y de Micaela París natural y vecina de esta villa. Declarando dicho su padre no haber tenido otro hijo con los nombres de éste y haber nacido el día quatro de dicho mes y año. Fueron sus padrinos Juan Pedro Ponze y Dionisia Sorroche naturales de esta villa, a quienes advertí el parentesco espiritual con el infante y sus padres y la obligación de instruirlos en la Doctrina Cristiana, habiendo sido testigos D. Juan Peralta, Luis Sorroche y Joseph Cortés, todos vecinos de esta villa. De lo que doy fe y lo firmo. Fdo. Thomás Martínez.

El asentamiento bautismal no ha lugar a dudas sobre la cuna en que vio la luz primera nuestro vástago almeriense de los Ponce. Conquistadores, hombres de armas y leyes que hunden sus raíces en el primitivo solar familiar de Guipúzcoa o en la vecina Francia. Sin ánimo de agotar el tema, cabe señalar a una mujer de igual apellido: Francisca de León Ponce Molina, natural de Cuevas del Almanzora, quien destacó en distintas ramas del Arte coincidiendo con su residencia en Barcelona y Oriente Medio.

A su nacimiento, Uleila, agrícola y ganadera, estaba habitada por 525 vecinos; una centuria después el Diccionario Madoz la aumenta a 1.600 almas, mientras que en la actualidad supera ligeramente los 1.000. De mediana estatura, debió mostrar desde muy tierna edad una inteligencia superior en un ambiente en el que se cultivaba el campo y nada el intelecto. No se entiende de otra manera que el tercer hijo de modestos padres agricultores -además de maestro sastre para equilibrar el condumio doméstico- pudiese ser enviado a Granada -distante veinte leguas de malos caminos- a cursar estudios superiores (¿acaso intercedió a su favor el párroco del lugar?).

Don José Ponce jamás olvidó a su pueblo. Ya casado en la ciudad de Los Cármenes con Dª Clara de Bustos Baró, decidió que el primogénito, Juan Matías, fuese bautizado en la misma iglesia en la que a él acristianaron; y así se hizo el 23 de junio de 1781, cuando aún no había cumplido los 30 años y ya era un personaje respetado. Me aclaraba el amigo Ramón en unos folios que el vínculo familiar y de paisanaje se mantuvo inalterable:

"La mayor prueba de amor a su patria chica fue el referido bautizo… Sintiéndose obligado con sus orígenes rurales y su entorno familiar de Uleila del que nunca se separó, promocionándolos en torno a sus proyectos y de manera especial en la finca que cultivaba (comprada cuando aquí ejerció de médico) en Huéscar (Granada) y en la que investigó sus propias técnicas botánicas… Allí se trasladaron a trabajar… donde algunos se casaron con vecinos de aquella localidad… Los que retornaron lo hicieron bien preparados con estudios y oficios que se volvieron a incardinar en la vida social de la villa".

Cum laude

Si de Historia se trata en cuanto rigor y credibilidad, prefiero el Espasa-Calpe a cuantas enciclopedias con ínfulas colonizan Internet. Pese a lo selectivo de sus páginas biográficas, al "médico español nacido en Uleila" le dedica una en el tomo XLVI. De Anastasio Chinchilla (Historia de la Medicina en España) es una frase rotunda tras la edición en 1804 de Phisiología Chímica del Cuerpo Humano: "Si Ponce de León no hubiese honrado la literatura médica española más que con esta obra, ella bastaría para darle uno de los lugares más distinguidos entre los españoles del siglo XIX". De su propia investigación y de lo editado hasta ahora, amplía información el también médico José Antº García Ramos en su blogspot personal.

En Granada estudia Filosofía y Teología en Salamanca. Al tiempo que explica Física en una de sus cátedras, emprende la carrera de Medicina, doctorándose en Montpellier. Un nuevo traslado lo lleva a París, donde toma clases de Química con el profesor Chaptal (autor de un novedoso proceso de vinificación). De regreso a España, ya con varios idiomas aprendidos, lo hizo primero a Valencia y definitivamente a Granada. Socio fundador de aquella Sociedad Económica de Amigos del País, de la Academia Químico-Botánica, del Jardín Botánico y otras instituciones cultas, llegó a Rector Magnífico y fue profesor (1814-15) de Francisco Salmerón López, padre de Don Nicolás. Hombre ilustrado y liberal, vivió la Granada fernandina y falleció, en 1819, sin gozar del Trienio Liberal.

Obra escrita

Si al científico se le enjuicia por la obra publicada, en el caso de José de León Ponce y Molina, esta resultó vasta y bien ponderada. Valgan los títulos más sobresalientes:

-Sobre el uso de la Química en la Agricultura

-Sobre la animación del hombre

-Memoria sobre los terremotos de Granada

-Tratado de las aguas medicinales de Lanjarón

-Curso de Botánica

-Curso de Física (para la Colegiata del Sacromonte granadino)

-Sistema floro-sexual de Botánica

-Tratado sobre las fiebres y en particular sobre la fiebre amarilla

Y sus dos más conseguidos:

-Phisyología Chímica del Cuerpo Humano (1804) y

-Tópica Médica (1817)

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