Almería

Edén de la pulcritud y el narcisismo

  • El municipio, que pertenece a la red de pueblos más bonitos de España desde 2013, fusiona atemporalidad y tradición Sus blancas calles llenas de geranios, su seña de identidad

Una decena de gatos se arremolinan en la plaza del pueblo. Es una mañana soleada de un jueves y toca la visita del pescadero. "Allí se ponen todos junto a los maceteros para estar calentitos a la espera de su hombre favorito", afirma una vecina. En Lucainena de las Torres el tiempo tiene otra medida. Todo lleva otro ritmo para un pueblo que ciega a los imprudentes que no llevan gafas de sol. El blanco de sus paredes deslumbra, la inmensa mayoría adornadas con geranios rojos y rosas. Todo ello aderezado por calles empedradas y limpias que le han hecho ganarse con merecimiento ser uno de los pueblos más bonitos de España. Sus paisanos no tienen duda alguna. "Esto no se ve en todos sitios", apunta un vecino que rondará los setenta años y que masca su palillo de dientes con virulencia.

Y es que darse un paseo por Lucainena de las Torres, enclavado en la comarca de Los Filabres, es un clamoroso y necesario baño de tranquilidad, belleza visual y silencio. Todo ello bajo el empaque del citado piropo que comparte con Mojácar en la provincia.

Todo comenzó en 1998 cuando la pequeña localidad (que cuenta con algo más de 600 vecinos) recibió el primer premio por embellecimiento de municipios almerienses por parte de la Junta de Andalucía. Todo un acicate para seguir trabajando en esta línea de cuidada fisionomía y respeto férreo de las tradiciones urbanísticas que, casi dos décadas después, se mantienen inalterable. Y es que no verá el visitante construcciones mastodónticas o chalets de lujo con palmeras. Solo hay casas blancas de diferentes alturas, no más de tres, y cuyo particular skyline lo marca la iglesia de Nuestra Señora de Montesión, el rascacielos de Lucainena que se puede vislumbrar desde muchos kilómetros de distancia a la redonda.

Un galardón, el del más bello, que como le sucede a las modelos de la pasarela, lleva implícitos ciertos sacrificios. "Aquí pagamos más de basura que en Almería. Tenemos a muchas personas con barredoras y eso se paga pero también se agradece", afirma una vecina. Y la prueba es evidente. Encontrar un papel tirado en el suelo es casi una misión imposible. Un hecho que coarta al visitante incívico a hacerlo de igual modo y que retroalimenta la sensación de estar en el edén para los amantes de la pulcritud.

Si a todo eso se le suma el hecho de que en esta pequeña y blanca localidad tienen la sana costumbre de antaño de saludar por la calle y hacerlo con una sonrisa en la cara, la ecuación de satisfacción se duplica.

Llama también la atención la obsesión por las flores en grandes maceteros o colgadas en macetas de menor tamaño en las paredes de las casas. Una tradición de hace décadas que se ha intensificado para dotar a Lucainena de una imagen característica y propia que se conjuga, para detalle del visitante, con letreros de las calles personalizados con una silueta de la calle en sí. Una curiosa forma de honrar a la calle o vía que se nombra con una imagen de sí misma.

Lucainena de las Torres pertenece al selecto grupo de los pueblos más bonitos de España desde enero de 2013. Comparte esta distinción con otros 43 municipios de toda España. Todo un gancho turístico que convierte a la localidad en destino preferencial los fines de semana llegando a duplicar en alguna ocasión su población perfectamente los sábados y domingos "porque vienen numerosos autocares para hacer una ruta por la Vía Verde, conocer nuestro legado minero y perderse por nuestras calles blancas", asegura el alcalde de la localidad, Juan Herrera.

Sus vecinos presumen de su particular piropo en plan narcisista. Si ya de serie en Almería hay tradición de presumir de pueblo, si encima éste es considerado de los más bonitos de España junto con Mojácar, todo se intensifica, como el olor de sus geranios.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios