Almería

Ejido Hotel cumple su 20 aniversario

  • Su director, Pedro Cano, mitad sevillano, mitad almeriense, dice que quiere acabar sus días en el municipio · Llegó hace 23 años, aunque ha viajado por toda España

Con 59 años muy bien llevados, hace poco meses que hubo que ponerle un marcapasos porque "mi corazón a veces se paraba, no quería funcionar, pero ahora estoy estupendamente", afirma Pedro Cano, director de Ejido Hotel, un hombre cuya profesión es desde hace casi treinta años la de director de hotel. Pero Pedro Cano Pacheco empezó en la hostelería como botones por 1.500 pesetas, con 15 años, siendo su historia similar a la del botones que acaba de directivo. Encarna es su mujer, y sus hijos Pedro, Lucía y Rocío. Todos sevillanos. Desde hace 44 años él trabaja en el sector, 25 de director.

Tras el bachillerato comenzó a trabajar. Al comienzo por las mañanas trabajaba y por las tardes estudiaba idiomas, contabilidad o Turismo entre otras materias. El secreto de su carrera no ha sido más que el trabajo, trabajo y mucho trabajo. Se declara "sevillano militante, porque creo que Sevilla es una de las ciudades más bonitas del mundo", pero antes que nada, Pedro Cano es bético, del Real Betis, a muerte, una pasión que trasladó a su familia hasta el punto que su hijo, que trabaja en Gran Bretaña (Bristol) como ingeniero aeronáutico en Airbus, acudió a ver al equipo de sus amores cuando jugó recientemente en Gales. "La saga continúa", comenta con humor el padre. Además de almeriense es sevillano, nacido en la capital hispalense, y tiene claro que Almería es profundamente andaluza. "Esa teoría de que Almería es más levantina que andaluza no acabo de compartirla. Aquí somos tan andaluces como cualquiera, aunque tenemos nuestra idiosincrasia, como todos", defiende.

Hace 23 años que llegó a Almería aunque su trabajo le ha obligado a viajar por toda España, con destino también en Francia. Desde hace nueve años es director de Ejido Hotel "donde espero acabar mi vida laboral, porque estoy encantado aquí", asegura, al tratarse de una instalación con unas 80 habitaciones y muy ligado a la vida social de El Ejido, nada que ver con hoteles de más de mil turistas de vacaciones a los que hay que satisfacer. En ese estrés se gestó posiblemente su dolencia de corazón, aunque esos tiempos ya están lejanos. Donde disfruta es en su residencia de la Urbanización de Roquetas de Mar, donde vive, o especialmente en Cabo de Gata, donde le gusta perderse y conoce todas las calas. "Vuelvo nuevo de allí, es otro mundo", exclama satisfecho.

Ejido Hotel es el primer lugar donde los ejidenses de toda la vida realizan sus celebraciones, sean bodas, bautizos, comuniones, reuniones de empresas, actos sociales..., "y las asambleas del Poli Ejido. Aquí hemos vivido los ascensos, los descensos, asambleas, concentraciones y todo. Tenemos cinco salones para más de mil comensales y estamos por lo tanto muy ligados a la actividad de la ciudad. Raro es alguien que viva en El Ejido y no haya pasado varias veces por aquí, porque este es el hotel del pueblo, por decirlo así, ya que fue el primer hotel que se construyó aquí, y precisamente en 2011 estamos celebrando los primeros veinte años de vida del hotel. Fue la primera gran instalación del Poniente y todos los socios que lo construyeron son ejidenses" recuerda orgulloso. La crisis le ha tocado de lleno, como no podía ser menos, y según sus datos "este año vamos a aumentar un 15% el número de bodas, pero sin embargo vamos a disminuir un 15-20% la facturación del hotel, ya que hay un descenso brutal en el número de personas. Las bodas de antes, con 400 invitados, se acabaron, ahora la mitad, y ha bajado el precio del menú y se recorta en todas partes", explica. Está muy implicado con la vida social de esta provincia, habiendo formado parte de la patronal Asempal "y será muy difícil que me mueva de aquí, estoy muy a gusto", afirma.

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