crónicas desde la ciudad

Encarna Sánchez y un padre "rojo"

  • Ejecución. Acusado de un delito de Rebelión Militar por los tribunales franquistas, Juan Sánchez Martínez fue fusilado ante las tapias del cementerio de San José en la mañana del 8 de agosto de 1939

Encarna Sánchez.

Encarna Sánchez.

Este jueves se cumplieron 22 años del fallecimiento de Encarna Sánchez Jiménez, una de las mujeres más influyentes de la Radio nacional contemporánea. Dada la actualidad de la efeméride rescato lo publicado anteriormente en Diario de Almería

Jamás me atrajo la vida sentimental de Encarna ni su discurso ideológico frente al micrófono. Nunca fue santo de mi devoción aunque sí me interesó como paisana mediática; temida por los poderes públicos y con enorme influencia gracias a los programas en la COPE de Encarna de noche y Directamente Encarna, por los que consiguió tres Premios Ondas… Y la parodia de Martes y Trece a cuenta de Móstoles y unas empanadillas.

Su estilo agresivo y demagógico le granjeó las simpatías de un sector fiel asimismo a un Jiménez Losantos o a Intereconomía. Gran trabajadora, sin duda, aunque renegó -al principio- de sus raíces carboneras y almerienses; quizás en irracional correspondencia a la miserable infancia padecida en la posguerra. Sin embargo, su rencor, si lo hubo, bien podía haberlo canalizado hacia los causantes del sufrimiento familiar.

SEMBLANZA

Cuando nada más morir los vomitivos programas del corazón comenzaron en Tv a arrojar basura, acopié distinto material sobre sus orígenes y los archivé. Tras la edición de su biografía ("Ahora es mi turno…", de Julián Fernández) es el momento -decía en el artículo original- de salir al paso de leyendas, patrañas, inexactitudes y falta de rigor, incluido lo manifestado por un sobrino y alimentadas en el pasado por la propia interesada. Vamos a tratar de poner un poco de luz, no sin antes agradecer la amabilidad de Charo Fernández, Teniente-alcalde de Carboneras, y de una funcionaria municipal.

Encarna se restaba años: cuatro y a veces ocho. Y mentía a sabiendas de que su Certificado de Nacimiento dice muy claro que vino al mundo a las 22,45 del 19 de septiembre de 1935. Y no en la calle Sorbas (posterior de la República, Generalísimo y de nuevo Sorbas), sino en la de Armadores, s/n; hija de Juan, 43 años, carabinero, y de Juana Encarnación, 37, naturales de Almería. Encarna vuelve a errar a sabiendas al afirmar a la revista Interviú (ya clausurada) que no conoció a su padre "porque fue asesinado por gente del Gobierno pasado cuando yo tenía dos meses". Adelanto ya que fue en agosto de 1939, próximo a cumplir ella 4 años; hermana menor de Carmela, Carlos, Matilde y Francisco.

En fecha sin determinar, madre e hija se instalaron, muy en precario, en Almería (calles Almanzor Alto y Huérfanas). Lo que realmente gustaba a la niña era cantar por Marifé de Triana. Figuró en el coro de zarzuelas de Educación y Descanso y Enrique Valles la llevó (hacia 1953) a Radio Almería. Y de ahí, tras un incidente que no viene al caso, a Radio Juventud, donde participó sin éxito en "Cantando se va a la Fama", concurso para aficionados noveles. La revista Mercurio, dirigida por el hermano del compositor Antonio Ruiz de Padilla, la citaba como Encarnita de Almería. Pero de su pasado radiofónico local mi amigo Paco Moncada les dará más detalles en un libro de próxima aparición (se encuentra tiempo en librerías).

LEYENDA URBANA

En un diario local narraban una historieta rocambolesca. Según este, la ambiciosa esposa de Juan le conminó a desplazarse a la capital para exponer méritos ante las autoridades republicanas y lograr un ascenso. Llegado a una oficina de reclutamiento se jactó ante a la miliciana-funcionara de haber "paseado" (eufemismo por fusilado) a once destacados derechistas de la comarca, sin sospechar que ésta no era de los "suyos" sino una infiltrada. Terminada la contienda, la quintacolumnista entregó la comprometedora declaración a las nuevas autoridades (ella no aparece en el sumario), quienes sin más dilación le dieron "matarile" (otro eufemismo) en primavera. Al poco los once cadáveres resucitaron. La leyenda urbana, tenida por cierta sin mayores comprobaciones, es digna de un guión surrealista. Un cuento chino.

Mentira sobre mentira: un sobrino, habitual en platós de televisión con el nombre de la difunta por bandera, endosó al desgraciado padre de Encarna una presunta filiación falangista y se inventó un amigo que le acreditó como brigada de música para evitarle problemas. No hombre, no. Pertenecía al Partido Comunista, era carabinero desde 1910 e hijo y hermano de carabineros. En el Padrón capitalino de 1897 figuran censados en La Garrofa -destacamento de la Guardia Civil- el cabeza de familia, Evaristo, casado con Carmen, y sus seis hijos (Juan y su gemela Isabel, con 5 años, son los pequeños).

MOVIMIENTO GOLPISTA

El 21 de julio del 36, tres días después de producirse el alzamiento militar contra la II República, el Ejército en Almería se sumó a la rebelión, uniéndoseles la Guardia Civil y Carabineros (200 hombres). La Guardia de Asalto en cambio se mantuvo leal al Gobierno. Esa mañana dos columnas del Batallón de Ametralladoras salieron del cuartel de La Misericordia, ocupando rápidamente centros como Correos y Telégrafos y Radio Almería, mientras que en el Gobierno Civil resistían a los ataques.

Por unas notas manuscritas ("escritos disolventes") halladas en su poder al detenerlo sabemos que Juan participó en una de esas columnas, aunque trató (y consiguió) escapar de los golpistas a media tarde y refugiarse en Correos. Se trata de dos cuartillas, a lápiz, a modo de diario con sus actuaciones más significativas y en las que se muestra despechado por no recibir recompensa alguna. En resumen: defendió la sede del Gobierno en Javier Sanz, participó en el asalto al convento de Las Adoratrices, custodió el Mercado de Abastos y acalló a varios francotiradores en la Compañía de María. Jamás pudieron acusarle de delitos de sangre.

JUICIO SUMARÍSIMO

Nada más tomar la ciudad el ejército de Franco, es apresado en su casa de la calle Hércules, 1 (Las Perchas). El dictador se la tenía jurada a aquellos militares y agentes de Orden Público que no hicieron "causa común con las fuerzas armadas que en Almería se levantaron a favor del Movimiento Nacional" (entre los 370 abatidos por el odio fascista -más 270 muertos en la cárcel- figuran dos guardias civiles). A comienzos de abril Juan Sánchez ingresa en la cárcel de El Ingenio y el día 5 el Juez Instructor, Garvayo Dinelli, incoa la sumaria nº 19.166 que desemboca en un Consejo de Guerra Permanente Sumarísimo. La suerte está echada y sólo una vecina, Filomena Mora Martínez (quien gozaba de crédito ya que a su marido lo habían matado los rojos), alega sin éxito en su favor. Con fecha 20 del citado mes el juez Miguel Alcántara dicta sentencia:

FALLAMOS: Que debemos condenar y condenamos al procesado Juan Sánchez Martínez como autor de un delito ya definido de rebelión militar por adhesión, con la concurrencia de agravante de su peligrosidad y de la gran trascendencia de los hechos, a la pena de muerte.

En una cuerda de ochos reos fue fusilado en las tapias del cementerio al amanecer el 8 de agosto de 1939. Está sepultado en tierra y sí alguien decide exhumar sus restos no tengo inconveniente en proporcionarle las coordenadas de la fosa común.

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