Enderezar en cuatro meses "un árbol que tenía las ramas torcidas"

Horas después de la elección de las listas al Congreso y al Senado, el PSOE pasa página sobre la anterior dirección · La apuesta por personas bien vistas en todos los sectores, fue su objetivo principal

Óscar Lezameta / Almería

25 de septiembre 2011 - 01:00

Más que la aprobación de 'sus' listas al Congreso y al Senado, lo que más deseaba el secretario general de los socialistas almerienses en los momentos previos a la celebración del Comité Provincial celebrado en la tarde del viernes en la localidad de Vícar (último de los feudos que le quedan al PSOE en la provincia) era que esta se consiguiera por unanimidad. Cualquier debate por nimio que hubiera sido, le hubiese puesto a los pies de unos caballos que aún pueden patear. De hecho, las llamadas desde las filas populares aludiendo a posibles enfrentamientos con los candidatos derrotados en el Congreso Extraordinario de julio, denotaban esas ganas de que hubiera más pelea que acuerdo. José Luis Sánchez Teruel ganó su segunda batalla.

Pocas horas después del Comité, Sánchez Teruel reconocía a Diario de Almería su "enorme satisfacción por el consenso con el que la Ejecutiva ha valorado la idea de renovación, de aire fresco en el partido", aunque reconoce que ha contado con la que se convirtió en la sorpresa por su entrada en las listas, el ex delegado de Asuntos Sociales Luis López, que dimitió de su cargo en plena disonancia con la dirección anterior y después de pedir con insistencia su relevo inmediato. "Es una persona con una amplia trayectoria política y muy querido dentro del partido, además de gozar de un amplísimo prestigio en la sociedad almeriense. Ha sido uno de los nombres que no aparecían en ninguna de las quinielas que se hicieron en los días previos". También se refirió a su número 3 al Congreso, Gracia Fernández Moya, directora del hospital de la Inmaculada de Huércal Overa y de la zona sanitaria de El Ejido, con un "perfil profesional altísimo y aún mejor como persona". De Juan Carlos Pérez Navas destacó su "gran trabajo como concejal en el Ayuntamiento" y de Consuelo Rumí su "experiencia en la vida parlamentaria".

Son los nombres de Sánchez Teruel, los primeros de sus listas, aquellos que lo defienden a capa y espada, su primer movimiento como secretario general y, hasta ahora, su segundo triunfo; el primero fue el de recomponer una estructura rota hasta en sus raíces y no perecer en una labor a la que muchas voces ya auguraban un fracaso estrepitoso.

La ilusión se sobrepone a un cansancio y los mensajes de ánimo para el futuro no dejan de salir de lo que queda de su garganta y de un ánimo que reconoce tocado ya que cuando pones a alguien en una lista, "significa que no pones a otra persona que también podría ir en las mismas; ha sido una elección en la que se buscaba "lo mejor para el partido".

La unanimidad se consiguió también contra todos los pronósticos. La presencia de sus dos contrincantes a la Secretaría General, Luis Caparrós y Juan Antonio Segura Vizcaíno, hacía suponer una contestación a las mismas, un debate y una votación que iba a hacer de todo menos ayudar en el camino que ha emprendido Sánchez Teruel. Al final no fue necesaria ya que se aprobó por aclamación. "En la vida política, muchas veces se impone la responsabilidad. En julio se cerró el proceso de relevo en la dirección del partido y hay que pasar página. Hoy mis dos rivales están trabajando con los demás militantes del partido, como el que más y no hacen nada en contra de la labor de la Ejecutiva. Sé que desde fuera puede parecer que estamos a la gresca, pero las cosas son muy diferentes".

Aun así sabe que la victoria puede tener los días contados. Un más que previsible batacazo electoral el próximo 20-N le complicaría y mucho el paso por el Congreso del año que viene, especialmente si viene acompañado de una derrota, de nuevo más que previsible en las autonómicas de marzo. A pesar de que "no contemplo, ni quiero contemplar esa posibilidad aunque reconozco que las cosas están muy difíciles" sí es plenamente consciente de que "en cuatro meses es imposible enderezar un árbol que tenía las ramas torcidas".

No quiere, como no ha querido desde que se hizo con el partido, hablar de la etapa anterior. Aún así, es inevitable. Los años en los que nada se hizo sin pasar por las manos de Soler-Asensio y lo traumático de su salida ya que fue algo que se gestó desde dentro, todavía hace que la herida sangre. La ausencia de signos de esos años, a pesar de que algunos de los que figuran en las listas, como no podía ser de otra manera también ostentaron cargos en la etapa anterior, hacen que los elegidos respondan a "la coherencia con lo que se decidió en julio y son los nombres que nos van a devolver la ilusión en las próximas semanas".

Mucho tendrán que hacer para vencer a la inevitable derrota. Con que no se cumplan los vaticinios realizados hace unos días por el presidente de los populares almerienses que habló de "derrota histórica de los socialistas" y se apuntó a "5 escaños para el PP y 1 para el PSOE", puede tener más que suficiente para salvar su primera bola de partido.

Los puestos de Consuelo Rumí y Juan Carlos Pérez Navas son seguros; no lograr el de Luis López para el Congreso sería una derrota sin paliativos. Cualquier nombre que se añada a estos tres, una sorpresa mayúscula.

La aclamación que tuvo Sánchez Teruel en el Auditorio de Vícar marca, esta vez de una manera que parece casi sin vuelta atrás, el camino que deberá seguir el PSOE en los últimos años si quiere, al menos intentar, volver a reconocerse a sí mismo, volver a ser el que fue. Sánchez Teruel vende ilusión, no humo como algunos augures le vaticinaron hace apenas cuatro meses.

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