Entrevista a un director de cine. Un bastardo, una ciudad y los muertos
Almería
El director alemán Dirk Roche ha rodado su último wéstern en los míticos estudios cinematográficos de Fort Bravo - Texas Hollywood, situados en pleno corazón del desierto de Tabernas
Dirk Roche nació el 13 de octubre de 1969 en Berlín y vive en Hamburgo desde 1970. Es un director de cine, guionista y actor que trabajaba en la aviación. Su tío y abuelo eran propietarios de la Contrastfilm Kopiergesellschaft G.B.H., una productora de cine que copiaba y reproducía las grandes películas internacionales para los cines de los años 70 y 80 en Berlín, Alemania. Esto le permitió ver una gran cantidad de películas en privado a una edad muy temprana. Recuerda especialmente como a los 10 años de edad vio La noche del terror ciego (Amando de Ossorio, 1972), causándole tanto miedo que no pudo dormir durante varias noches. Los spaghetti westerns, aunque "eran wésterns más sucios, desagradables y brutales que los americanos", también le fascinaban, sobre todo las películas El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966) y Vamos a matar, compañeros (Sergio Corbucci, 1970), que aún hoy en día siguen siendo sus favoritas. Y es que su manifiesta devoción por el cine europeo le ha llevado a viajar, y rodar, por Alemania y España. En 2018 dirigió su primer cortometraje: Execution! y después vinieron Aimless-Ziellos (2019) y Un hombre, una ciudad y un Ave María (2019), este último un mediometraje muy bien acogido. Con Un bastardo, una ciudad y los muertos (2022), que con sus setenta minutos es un largometraje fácil de ver y disfrutar, es cuando ha logrado mayor notoriedad como director. Se trata de la película más cara que ha hecho hasta ahora, que ha contado con un presupuesto de unos 41.000 euros. En ella, tanto él como su esposa, han invertido mucho dinero para las licencias de música, los efectos especiales y el doblaje al inglés y, en general, para toda la película, que ha sido producida por Film Produktion D.E.D., su propia productora con la que lanza todos sus proyectos. Roche conoció a su esposa, Martina Mazanti, en 1987, y se casó con ella en una estupenda ceremonia realizada en Las Vegas (EE. UU.), en 2012, después de estar juntos durante veinticinco años. No tienen hijos. En cuanto al rodaje del largometraje, Roche recalca que fue una experiencia emocionante, pero agotadora. Rodó la película en 18 días con actores no profesionales, y a veces pasaba 10 horas sin descanso en el plató a más de 30 grados. Por otro lado, cuando llegó el coronavirus, el trabajo en la película se detuvo durante casi 6 meses. Para las escenas de equitación tenía un doble de riesgo, a Ricardo Cruz Fernández, más conocido como "el Pala". Dentro de este contexto, Roche apunta que: raramente filma con un trípode, porque le gusta que la cámara se mueva y esté viva, para lograr así unas imágenes ligeramente borrosas, como a él le agradan. El alemán se muestra muy contento con el resultado de Un bastardo, una ciudad y los muertos, un wéstern en el que ha dado rienda suelta "al pistolero que lleva dentro", y que será presentado por primera vez en un evento VIP (al que estamos invitados mi mujer y yo) en el Teatro Municipal de Tabernas el próximo 25 de septiembre, tres días antes del comienzo del Almería Western Film Festival 2022.
-Hola Dirk, ¿qué van a encontrar los espectadores en la pantalla cuando vayan a ver Un bastardo, una ciudad y los muertos?
-El público se encontrará ante un spaghetti western de setenta minutos de duración con escenas brutales, una gran banda sonora y una interesante historia de muerte y venganza. La película se centra en una ciudad fronteriza que está siendo aterrorizada por unos forajidos malvados, hasta que un buen día un misterioso hombre que viste de negro llega al lugar y se enfrenta a cada uno de ellos a disparos.
-¿Cómo surge la idea para Un bastardo, una ciudad y los muertos?
- Una noche estaba en la cama y de repente me vino a la cabeza una idea, inmediatamente la escribí, y se convirtió en una historia enérgica e intrigante. Así surgió Un Bastardo, una ciudad y los muertos.
-En otra entrevista comentas que el benaducense Andrés Macho (a quién tuve la oportunidad de entrevistar el año pasado para este mismo periódico) es el actor que siempre habías estado buscando. ¿Tan bueno es actuando? ¿Y qué me puedes decir de Dakota, el personaje que interpreta en esta película?
-Andrés Macho está fantástico en la película, no lo cambiaría por nadie. Su actuación es magnética, te atrae de una manera casi hipnótica, mágica. Es un actor que no necesita decir una palabra: su cara y sus gestos lo dicen todo. No me canso de decirlo, Andrés es el actor principal que siempre había buscado. Como dices, en Un bastardo, una ciudad y los muertos interpreta a Dakota, un hombre perverso que asesina sin razón alguna y maltrata a las mujeres inocentes. Bueno discúlpame, mejor hago una corrección. Andrés no hace de Dakota, Andrés es "Dakota". Cuando le veo en la película me quedo helado, el papel está hecho a su medida. Ya lo verás.
-¿Y cómo sabes cuándo una actuación es buena?
-Simplemente lo sé por experiencia. Por eso únicamente trabajo con la gente que me gusta. Y al igual que Sergio Leone, que siempre estuvo rodeado de un equipo de personas altamente cualificadas (con las que trabajó desde el principio de su carrera), yo también lo estoy, y dispongo de mi propio grupo de actores de primera. En este mundillo del cine hay actores y actrices que se lo creen, que se piensan que son buenos y buenas, pero a estas personas yo nunca les daría un papel, porque un mal reparto estropearía cualquier proyecto cinematográfico.
-En el reparto principal de la película encuentro, además de a Andrés Macho, a otros grandes actores y amigos míos, como lo son John Hutchins, Ricardo Cruz Fernández (el Pala) y Francisco José Cuadrado Salmerón (Franky J. Doc), entre otros. ¿Qué me puedes decir sobre ellos? ¿Y cómo ha sido trabajar con el resto de compañeros y compañeras de reparto?
-John Hutchins es un actor muy original con el que te diviertes de verdad. De Ricardo Cruz que te voy a decir que no sepas ya, Rubén; es un grandísimo actor de acción que trabaja en el poblado de Fort Bravo - Texas Hollywood haciendo espectáculos de "tiros", al que le he dado un pequeño papel en mi película como asesino. Sobre Franky J. Doc te puedo asegurar que él mismo es "mi amuleto de la suerte" y que por ello nunca le dejaría morir en una de mis películas. Trabajar con Emi López Salmerón es siempre "un sueño". Todos los actores y actrices son únicos. José Manuel Hita, José Uroz, Martina Mazanti (mi esposa), Marzia Liuzzi, José Corral Martínez y su hijo Darío, Didier Methivier, Álvaro Alonso, Raymond y Justin Isenberg (que vinieron a Tabernas desde USA expresamente para el rodaje), Chris Keller, Anne Hagel, Janine Hutchins (esposa de John), Michael Cholewa y Enrico Borra, complementan a la perfección el cartel.
-Además de director, tienes un papel como actor en la película. ¿Cómo te has preparado tu personaje? ¿Y a quién interpretas?
-Para mi papel en la película tuve que aprender a tirarme al suelo y dar volteretas, con un doble de riesgo en Hamburgo, porque tenía que hacer muchas escenas de acrobacias. Me divertí realizando piruetas (sonríe). Mi personaje es Ramón "el Bastardo", una persona con el corazón roto que sufre muchísimo. Él mata a sangre fría sin pensar en nada, por lo que nunca podrá llegar a ser un verdadero ganador.
-Chris Keller ha sido el encargado de realizar la banda sonora de la película, que está compuesta por nueve canciones y que tiene una duración de 8 minutos. Sin duda una BSO excelente que te contagia del espíritu wéstern. ¿Cómo surgió esta colaboración musical?
-Conozco a Chris Keller desde hace mucho tiempo, él es un director de cine y un gran compositor musical alemán. Me ofreció algunas canciones y me enamoré de ellas inmediatamente. Chris es como yo: un loco que ama los spaghetti westerns y Tabernas, y al que le encanta hacer películas.
-¿Estás contento con el resultado final de Un bastardo, una ciudad y los muertos?
-Miro hacia atrás y veo una gran producción cinematográfica, que ha contado con un excelente equipo de profesionales tanto para el sonido, los efectos especiales, producción, etcétera. El sonido se masterizó en Hamburgo. Las voces se doblaron al inglés (aunque algunas escenas están en español) en Estados Unidos en el famoso estudio de doblaje alemán Carpe Diem Studios. Todos los subtítulos en castellano también los realicé en Hamburgo con dos amigos españoles, Paco e Ismael de Vigo. Y, para la banda sonora de la película, tuve el honor de contar, asimismo, con la importante participación de Stefano Sacchi y la Orquesta Sinfónica de Budapest. Con respecto al escenario cinematográfico, disponía del mejor de todos los decorados de Tabernas: los estudios de Fort Bravo - Texas Hollywood y su desierto. Sí, realmente te puedo asegurar que estoy contentísimo con mi película.
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