Almería

'¡Viva España!' y '¡Viva la Legión!'

  • Sentimientos de un eterno legionario que, en el pasado mes de octubre, renovó su juramento a la bandera

El pasado día 18 de octubre, tuvimos el patriótico acto de la renovación del juramento a la bandera de España, en la enseña que pertenece al Tercio Don Juan de Austria, III de la Legión de la Brigada Alfonso XIII, en el Campamento Álvarez de Sotomayor, de Viator. Dicha renovación la realizamos los militares veteranos, que habíamos prestado nuestros servicios en los cuerpos y armas destinados en el antiguo Sahara español, sus familiares y el personal civil que lo había solicitado. Siguiendo un orden de actuación, citaré primeramente la entrada a la explanada del campamento, de la Banda de música de guerra del III Tercio.

A continuación, a los acordes de una marcha, entró en la dicha explanada la compañía de honores que nos acompañaría durante toda la ceremonia. Después llegó la Bandera española, acompañada con los sones del himno nacional. A continuación llegó el General Llago Navarro, Jefe de la Brigada Alfonso XIII que, una vez recibido con los honores de ordenanza, pasó revista a la citada compañía. Seguidamente se dirigió a las autoridades civiles y militares, y al personal que íbamos a renovar el juramento, con unas breves palabras de salutación y bienvenida.

Desde el extremo Este del patio de armas apareció una escuadra de gastadores legionarios del III Tercio, portando la Imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, acompañados con música y letra del Himno del Legionario: “El Novio de la muerte”, cantada por todos los presentes, hasta llegar a un pequeño altar, donde fue depositada para presidir la ceremonia de la Jura. La ofrenda de una corona de laurel y el toque de oración por todos los caídos por España, finalizó el acto.

La ofrenda del laurel y el toque de oración por todos los caídos por España, finalizó el acto.

Seguidamente el Coronel Cepeda Lucas, Jefe del III Tercio, realizó la toma del juramento a los que lo íbamos a renovar. Una vez celebrado este acto se pasó a besar la Bandera, que como siempre fue emocionante, sobre todo para los que sentimos España muy dentro de nuestros corazones. La Banda de música entonó el españolísimo pasodoble de la canción marcha “Soldadito español”.

Terminada la Jura, se despidió la Bandera del III Tercio, con los mismos honores que a su llegada.

A continuación se despidió a la compañía de honores, marchando con la disciplina y marcialidad, que es característica de este glorioso cuerpo, acompañados en su despedida, lo mismo que la Bandera, con el fervor y entusiasmo de los aplausos de todos los presentes.

Finalmente, el General dio por finalizados todos los actos de la Jura.

Como nota curiosa citaré la de un militar veterano del Sahara español, que llevaba la palabra “SIROCO” impresa en su camisa; se ve que no quería olvidar que alguna vez tuvo que soportar las inclemencias del viento arenoso sahariano.

Otro detalle que quiero citar es el recuerdo, al ver a los dos legionarios que portaban la corona de laurel, en la ofrenda a los caídos, que vestían con el uniforme y atuendo legionario en el Sahara: vestían gorra de campaña (quepis), gafas para la protección del viento arenoso, pañuelo “siroquero” y calzado de bota-alpargata de tejido de lona. El verles me ha recordado mi presencia y estancia en El Aaiun (Sahara español), a donde llegué hace cincuenta y nueve años. En dicha población estaba el cuartel del Tercio D. Juan de Austria, III de la Legión. Era la Comandancia militar de plaza de todos los cuerpos y armas allí destinados. Por allí pasábamos a realizar todos los trámites y gestiones administrativas, pasaportes y todo lo relacionado con nuestra actividad militar, a cobrar los haberes, a comer, a cenar, y asistíamos a los diversos actos castrenses que se programaban. En el patio, que era bastante amplio, se celebraban competiciones deportivas. Una vez se celebró un partido de fútbol, entre un equipo de la Legión francesa, desplazado de Fort-Trinquet, creo que estaba cerca de Tinduf (Argelia), entonces protectorado francés, y el equipo del III Tercio español. Ganó el nuestro ampliamente.

Los del Grupo de Sanidad Militar, atendíamos al Hospital cívico-militar, donde había salas de hospitalización para españoles y nativos, civiles y militares. Éstos últimos tenían auxiliares de clínica nativos. Entre ellos recuerdo a la mora “Ju” y a su hermano Hamed. Para la atención médica había un Capitán Médico, cirujano de Sanidad Militar, Jefe del Equipo Quirúrgico, un Capitán Médico, anestesista, y un Teniente Médico ayudante, que atendían lo mismo en consulta que en intervenciones quirúrgicas, a todas las personas que lo precisaran, lo mismo españoles que nativos. Los A.T.S. de Sanidad Militar ayudábamos en todos los actos médicos. Incluso realizábamos radiografías con un equipo móvil de campaña.

Tras la Jura, se despidió la Bandera del III Tercio, con los mismos honores que a su llegada.

En aquella época estaba de Gobernador Militar del Territorio el General D. Mariano Alonso Alonso, y el Jefe de las fuerzas militares, el General Goñi.

Perdonadme el que me haya desviado un poco del acto de la renovación del juramento a la Bandera. Vuelvo para recordar los momentos vividos esa mañana, con la compañía del III Tercio de la Legión, que son para no olvidarlos y siempre quedarán como una gratísima jornada castrense.

Tuvimos la presencia y compañía, en los actos, del coronel Soriano Trujillo, Presidente de la Real Hermandad de Retirados de los tres Ejércitos y Guardia Civil, y del Comandante A.T.S. de Sanidad Militar, Jesús Díaz, compañero del cuerpo y también veterano del Sahara Español: estuvo prestando sus servicios en el III Tercio, en el destacamento de Smara.

A destacar la magnífica interpretación de las marchas e himno nacional, por parte de la Banda de música de guerra, que nos acompañó y animó los actos.

Por último, agradecer al General Llago Navarro y a las fuerzas legionarias a su mando, el honor que nos hicieron con su presencia, acompañándonos en estos actos tan patrióticos, e igualmente el regalo del “pin” con la enseña de la Legión y con el fondo de la Bandera de España, que me impuso una atenta dama legionaria, y que llevaré siempre prendida en mi uniforme de la Real Hermandad de Veteranos de los tres Ejércitos y Guardia Civil.

Me despido con un respetuoso saludo militar, y con un “Viva España” y “Viva la Legión”.

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