Español para árabes, libros obsoletos
El periodista Carlos Juan realiza un estudio sobre los recursos materiales empleados "La mayoría dan por hecho que los alumnos saben leer y escribir cuando a veces no es así"
En la sede provincial de Cruz Roja, en el barrio de El Puche, en espacios públicos de los ayuntamientos del Poniente. En la provincia hay muchos lugares en los que un árabe puede aprender español. Pero en el diseño de los materiales de estudio se pueden encontrar grandes carencias en comparación con los que se usan, por ejemplo, para que los españoles aprendan inglés. Los libros para que los de habla árabe aprendan español suelen dar prioridad a un determinado fin, como encontrar trabajo o aprender las normas básicas de tráfico. El voluntariado está presente en una tarea en la que los libros necesitan, cuando menos, un rediseño. A veces, una operación tan básica como incluir colores.
El periodista de Canal Sur Carlos Juan, columnista en los diarios del Grupo Joly, ha defendido en la Universidad de Almería el trabajo fin de máster "Análisis de errores en el proceso de alfabetización en español de los alumnos arabófonos", dirigido por Margarita Asensio. "El punto esencial es pasar de una lengua semítica a un alfabeto latino, algo que yo he estado haciendo a la inversa en la sección de árabe de la Escuela Oficial de Idiomas", afirmó el periodista. Un proceso con miles de equivocaciones en el camino. Errores que pueden ser estudiados e interpretados siempre que se disponga de las claves de la lengua a aprender y de la lengua de la que se parte.
"Y, ese es el problema. Tanto los voluntarios como los docentes hacen una labor importantísima. Sin embargo no he encontrado en el desarrollo de la investigación personas que enseñen español teniendo conocimientos de árabe", dijo Carlos. Disponer de nociones básicas ayudaría a entender por qué un árabe confunde las vocales, especialmente la 'e' y la 'o', o por qué jamás usa las letras mayúsculas.
Y ahí es donde Carlos ve mucha tarea por hacer. "Independientemente de que sean más bonitos o más feos, la mayoría de los libros de texto da por hecho que el estudiante sabe leer y sabe escribir en español. Se puede pensar que una alumna marroquí sabe francés, conoce por lo tanto un alfabeto latino. Sin embargo llegan a las aulas personas de cualquier nacionalidad analfabetas en árabe y en español", señaló el investigador. "Aprender otro alfabeto no es fácil, como bien saben los estudiantes de ruso y de todas las lenguas que nos dejan con la impresión de no saber leer", dijo. Dar el salto desde el español hasta el árabe quizá pueda ser algo más fácil que el proceso inverso, en opinión de Carlos. "Tengo la impresión de que hay más recursos pedagógicos y que la persona que te enseña sepa las dos lenguas ayuda", apuntó. Opina que crear un libro con recursos visuales atractivos y con tareas y lecciones que estén porque se haya demostrado previamente que son conceptos difíciles para el alumno árabe es la asignatura pendiente de filólogos, investigadores y editorialistas. "Porque libros con audiciones hay. Otra cosa es que realmente enseñen a escribir a los estudiantes", dijo. Con la defensa de este trabajo ha finalizado el Máster que la UAL imparte de enseñanza de español como lengua extranjera.
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