Éxito indudable en la segunda de abono de Terraza Carmona

Los comensales de la mesa vecina porfiaban en la equivalencia de nudos y millas náuticas al sistema métrico terrestre. No había acuerdo en si la medida de un nudo de velocidad es un kilómetro y ochocientos metros y pico, como tampoco en la longitud de una milla marina. Ante las simpáticas discrepancias recurrieron a la tecnología. Así, en un instante, cada uno de ellos manipulaba un esmarfone o una tableta. Como era de esperar, Google dio la respuesta exacta que le costó a uno de los apostantes la ronda de copas tras el café.

¿Qué relación tienen las tabletas y los esmarfones con las Jornadas Gastronómicas 'El Toro Bravo en la Cocina?Absolutamente ninguna. ¿O sí? El no escuchar soniquete alguno de llamadas telefónicas variopintas, ni ver a una oreja pegada al móvil en estado incandescente, es síntoma de que en estos días, como el resto del año, a Terraza Carmona se va a lo que se va, a disfrutar de la buena cocina como la de ayer en el segundo festejo de las XIX Jornadas Gastronómicas 'El Toro Bravo en la Cocina'. Sentó cátedra el restaurante 'La Noria', más de 30 años en el sector de la restauración allá en la localidad de Náquera, a escasos kilómetros de Valencia.

El chef de 'La Noria', Felipe Pastor, los arroceros Paquita Comino y Salvador Perez Gayete, se marcaron un faenón de 'Croquetas de rabo de Toro', a las que en armoniosa continuidad le siguió una 'Paella de Pollo de Corral con Albóndigas de Novillo'. A ver, cómo explicarlo. Fácil, son valencianos, los artistas del arroz. Sin más palabras para no estropearlo. Se fueron hasta los medios, parsimoniosamente, sin acelerarse con el 'Jarrete de Añojo Estofado con Verduras'. De quitarse el sombrero, la bufanda, y dejarse algo para el goce del 'Helado de Leche Merengada con Arnadí'que aquello fue para verlo, no, para degustarlo y pedir un bis.

Ya con la espalda en las tablas, el gerente del restaurante 'La Noria', Francisco Javier Pérez Gayete, se saca de la manga unas 'Horelletas', un dulce con miel que obliga a viajar a Náquera. Naturalmente, el comienzo de toda la faena corrió a cargo del restaurante argentino 'Kikä' y de Terraza Carmona con un 'Chato de huevos con puntilla, crema de patatas a lo pobre y tendido de roast beef de lidia'. Daba pena romper el huevo, pero, amigo, a Terraza Carmona se va a lo que se va, a disfrutar de la buena cocina, de la suya y de los restaurantes que lidian en las Jornadas.