Almería

FELIX. Historiador felisario

Cerro de la Matanza

Cerro de la Matanza

Amigo común, prologuista de su obra de referencia y felisaria vía matrimonial, Francisco Moncada -decano de la Radio almeriense- no dudó en señalarme a Luis López Navarro como la persona que mejor representa el espíritu de Felix. Por su acendrado amor a la pintoresca villa natal y los vastos conocimientos históricos-generacionales depositados en <Felix. En torno a su vieja historia>. Y a fe que acertó en el consejo. Con rigor y entusiasmo al ocuparse del pueblo antaño perteneciente a la tahá de Almexíxar, a la “joya que acuna la Sierra de Gádor”.

Luis López, presentación de su libro Luis López, presentación de su libro

Luis López, presentación de su libro

Luis López es un respetable y culto nonagenario, cordial y lúcido, con el que converse distendidamente en un establecimiento próximo a su domicilio capitalino en la Avda. Pablo Iglesias. Cuarto de seis hermanos, vino al mundo el 13 febrero de 1927. Hijo de Amparo Navarro y de José López, oficial mayor de su ayuntamiento y secretario ocasional. Casado con Carmen González, felisaria igualmente, de la que enviudó hace una década. Del matrimonio nacieron cuatro hijos: Felix (fallecido en un accidente en Sevilla), José Luis y las mellizas Carmen y Amparo. Asistió a la escuela pública, colaborando en la casa y ayudando a su padre en las tareas municipales. Labor que le hizo conocer a fondo la documentación depositada en su archivo y a rescatar “papeles viejos” condenados a la destrucción. Asimismo frecuentaba la oficina de Correos a cargo del padre de la profesora Maruja González, gracias al cual pudo acceder a la lectura de los libros que llegaban a casa de este. Lectura un tanto heterogénea con la que no obstante inició su formación autodidacta y en la que tuvieron cabida novelistas populares y grandes figuras de la narrativa española: de Pérez Galdós y Blasco Ibáñez a Miguel Delibes, salvo Valle Inclán y Unamuno “cuyas páginas se me atragantaban”.

Tras el servicio militar en Valencia, opositó a RENFE. Con tan buena nota que logró en propiedad el puesto ofertado merced a su notable cultura general y al hábil manejo de las antañonas máquinas de escribir. Fue su único destino laboral durante décadas. Al principio en Valencia y seguidamente en Almería, donde se jubiló en las oficinas de la estación ferroviaria con el rango de jefe de negociado. Para atender a la economía familiar y poder y proporcionarles carrera universitaria a sus hijos, debió pluriemplearse de agente comercial a tiempo parcial. Representando, entre otras firmas, a la marca de moda Marie Claire. De acendrada fe católica, ha colaborado habitualmente en diversas parroquias en tareas de apostolado como “ministro de la comunión”. Amigo de distintos historiadores provinciales (Tapia Garrido, Gabriel Cara o Juan Pedro Vázquez), a los que proporcionó información referida al pueblo y al conjunto de la taha de Almexíxar. En la actualidad mantiene casa familiar en Felix, aunque dada su edad las visitas se producen más espaciadamente.

Laureano de los Llanos

En los 25 capítulos de que consta el antedicho libro referencial cabe señalar el dedicado al asalto y toma del pueblo por las tropas cristianas al mando del marqués de Los Vélez durante la sublevación morisca de la Alpujarra a finales del siglo XVI y en el que tuvo lugar el trágico episodio que pasó a llamarse Cerro de la Matanza. Asediados y sin escapatoria posible, miles de felisarios mudéjares -mayoritariamente mujeres y niños- optaron por el suicidio colectivo, arrojándose sobre los puntiagudos riscos: “Atemorizadas las moras al ver aquel estrago y que a nadie se daba cuartel, puestos en la orilla del tajo que miraba al mar, se abrazaban unos con otros y gritando dolorosamente se derrumbaban abajo… “.

Otro epígrafe trata de las dos sagas familiares más poderosas económica y políticamente de la zona. Conservadores y progresistas, encabezados respectivamente por el propietario minero de origen navarro, Indalecio de Fuentes, y del médico leonés Martín de los Llanos. Un hijo de este, Laureano, cobró especial protagonismo. Liberal moderado “participó con serenidad y acierto en las cuestiones públicas que afectaban a los partidos de Felix y Berja”. Diputado de 1836 a 1859 y presidente de la Junta municipal en el convulso mayo de 1843, se casó en Madrid con Mª del Carmen Calderón de la Barca, emparentado así con tan linajudo apellido.

Maruja González Maruja González

Maruja González

Su hijo menor, en cambio, resultó un personaje singular e inquieto desde que se trasladó a Madrid años después de quedar huérfano. Pérez Galdós lo define en sus <Episodios Nacionales> como avispado, frenético sectario y un tanto socarrón. Participó en diferentes movimientos de agitación política en favor del advenimiento de la República desde su tertulia del Café Platerías, citado asimismo por Valle Inclán en <La Corte de los Milagros>. No obstante, su carácter tornadizo lo enemistó con Nicolás Salmerón, amigo de la familia. Al punto que se alineó al rebelde almirante Contreras, cabecilla del levantamiento cantonal en Cartagena, acompañándole en las fragatas “Victoria” y “Almansa” que en julio de 1875 pretendieron apoderarse de Almería. La intentona le valió el destierro (no cumplido) a Filipinas. De la vida y obra del felisario Virgilio de los Llanos Calderón de la Barca bien podría confeccionarse un documental sobre costumbres y aventuras.

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