Obituario

Fallece el roquetero Juanjo Ruiz Plaza, un ser para la vida

  • Después de más de 40 años en Roquetas, era y seguirá siendo conocido como el Maestro y se confesaba roquetero de corazón

Juanjo Ruiz Plaza dando un pregón de Semana Santa.

Juanjo Ruiz Plaza dando un pregón de Semana Santa.

En el día de ayer, 19 de marzo, festividad litúrgica de san José, “Dios me ayuda”, en plena semana de Pasión, nos enteramos del fallecimiento del profesor José Juan Ruiz Plaza un comunicador social que dominaba con sapiencia y sabiduría el arte de la cultura en su más amplia expresión historiográfica, literaria y religiosa. Una persona de bien, que con su sentido vocacional de servicio público al bien común de la sociedad, formó y educó a generaciones de niños y niñas, jóvenes y mayores, que en el día de hoy son gentes de bien, padres de familia, sacerdotes, catequistas, cofrades, y muchos ocupan lugares preeminentes en la vida social y política de la provincia de Almería, especialmente, de la capital y Roquetas de Mar.

A las 16:30 horas llegó en silencio el cortejo fúnebre con el féretro del maestro Juan José Ruiz Plaza a la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario Coronada, alcaldesa Perpetua y Honoraria de la ciudad de Roquetas de Mar, de cuya Hermandad patronal fue Hermano Mayor y gran impulsor del conjunto de actividades cívico-religiosas que se organizaron en torno al 225 aniversario del patronazgo de la Virgen del Rosario sobre Roquetas de Mar.

Supo siempre compatibilizar su amor ciudadano por la apostólica Catedral fortaleza de la Encarnación de Almería con la Iglesia mudéjar y barroca de la Virgen del Rosario, la Alcazaba y el Cerro de san Cristóbal con el Castillo de Santa Ana y el Faro, la vetusta Almedina con el paraje Punta Entinas-Sabinar, el coso taurino de la Avenida de Vilches con el coso Salinero en la Avenida Curro Romero, el puerto y el casco histórico de la ciudad de Almería con las salinas y las extensas playas de Roquetas de Mar, en donde se refleja en toda su extensión e intensidad la hermosura poética de la luz primaveral del mar mediterráneo.

José Juan Ruiz Plaza, magistral comunicador social, durante su etapa en este oficio eclesiástico de hermano mayor legó a los hermanos cofrades la genuina esencial de los sentires del estar y ser cofrade a través de la más honda espiritualidad en la expresión fervorosa y devocional a la Madre de Dios, en la imagen sagrada de la Virgen del Rosario. También, llevó durante toda su vida su vinculación fraternal con la Concepcionista y Universitaria Cofradía de los Estudiantes de la capital almeriense de la que fue Diputado Mayor de Gobierno – 1969-1973-y pronunció su XXIV pregón universitario en el año 2013.

Después de más de 40 años en Roquetas, era y seguirá siendo conocido como el Maestro y se confesaba roquetero de corazón, y a título póstumo para muchos que le seguíamos “in pectore” el ser “Hijo Adoptivo”, al ser ejemplo y testimonio para las generaciones actuales y venideras del servicio al bien común de la sociedad. Un vocacional sentir periodístico colaborando en prensa escrita y radio, presentando programas deportivos, taurinos y de entretenimiento. Sus grandes aficiones junto con la poesía y la música, marcaban su presente como poeta, recitador, director y coralista en el Coro Salinero Virgen del Rosario. También nos dejó un bellísimo pregón de Navidad en Roquetas de Mar en el 2011.

Una voz y dicción magistrales, que eran aplaudidas con emoción en sus intervenciones como conferenciante, mantenedor y presentador de eventos culturales y festivos, especialmente, en Roquetas de Mar. Escuchar la palabra acreditada de Ruiz Plaza, toda sapiencia y sabiduría, era un auténtico gozo para el corazón, el alma y la razón. Siempre, siempre, se quedaban grabadas en los rescoldos interiores del espíritu.

Pero quiero hacerme eco de las palabras emotivas y cariñosas que le dedicó el alcalde Gabriel Amat con motivo de la presentación del pregonero durante el pregón de la Semana Santa de Roquetas de Mar en el año 2016: “50 años que ha vivido entre nosotros el Maestro Juanjo, como le conocíamos, y que ha contribuido al desarrollo del municipio de Roquetas de Mar porque siempre ha estado ahí para ayudar con disponibilidad para lo que se precisara a nivel municipal, y personas como las de Juan José Ruiz Plaza han hecho que este municipio sea una municipio grande y tenga un encantamiento singular en su hacer social, cultural, turístico y religioso.”

También en palabras el vicario judicial y párroco Rvdo. Antonio Mata Cañizares con una mirada afectiva expresó, que la palabra del Maestro Juanjo subirán al Cielo por ser amigo, maestro y testigo, ratificadas estas palabras por cuantos les hemos conocido, porque forma parte de la historia viva del antes, del hoy y del mañana de Roquetas de Mar gracias a la Divina Providencia. Su amada esposa María del Carmen y sus tres hijos Maica, Juan y Antonio Javier, han quedado apenados, pero saben de su trayectoria como esposo y padre, como Maestro en toda su extensión familiar, y en la vida social de Roquetas de Mar. Un hombre de Iglesia, de parroquia, formando parte a nivel diocesano del Secretariado Diocesano de Catequesis. Toda su actividad personal y profesional lo hacía desde su intensa fe, un creyente cristiano que supo extender pastoralmente la Palabra de Dios.

Durante la misa exequial, en este tiempo cuaresmal, sentimos en el alma, la partida de nuestro hermano Juanjo, y todos en fraternal unión en torno a la liturgia de la Palabra y del Sacramento de la Eucaristía nos unimos al dolor esperanzador de la familia en estas circunstancias, deseándoles las palabras pronunciadas en un sentido sermón evangélico, de paz, resignación, consuelo y esperanza, al saber que el Maestro Juanjo ha muerto en la fe cristiana y Cristo nos aseguró : “El que cree en Mí no morirá para siempre”(Jn.11,26). Al celebrar la Eucaristía en sufragio por nuestro vecino, compañero y hermano cofrade, conmemoramos todos los presentes la Resurrección del Señor, y como el Maestro Juanjo sembró la semilla de la inmortalidad en su vida, día a día, en comunión eclesial, y comió del Cuerpo de Cristo, sabemos que vivirá eternamente en la alegría pascual del Domingo de Resurrección.

Como responso final: Requiem aeternam dona ei Domine. Et lux perpetua luceat ei. Requiescat in pace.

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