Luces y razones

Fastuosas obras, sin grúas

Imagen.

Imagen. / Juan Antonio Muñoz Muñoz

Las grúas tienen un uso consabido -aunque se empleen de modo cruel y macabro para ahorcamientos públicos-, por el que grandes cargas son levantadas para llevarlas donde costaría bastante sin el concurso de esas máquinas. Con tan rápido y preciso cometido, todavía se hacen más prodigiosas las grandes obras y construcciones hechas por el género humano sin otros recursos que la fuerza, algunos ingenios primitivos o elementales y la muy grande concurrencia de operarios, no pocas veces en condiciones de esclavitud. Las pirámides de Egipto, construidas con grúas, para colocar piedras extraídas de canteras y también labradas con maquinaria a propósito, no serían sino distracciones de un parque temático, sin más atractivo que el de la simulación. El progreso -cosa distinta al progresismo- contribuye no poco al perfeccionamiento y los adelantos, mas también atenúa o reduce singulares manifestaciones de la excelencia o del prodigio debidas al sencillo y primario obrar de los brazos y las manos, con herramientas o utensilios que solo aligeren la ancestral dureza de las faenas. No se entienda, con esto, una predilección por el atavismo, sino el perdurable reconocimiento que ha de otorgarse a las fastuosas obras, sin grúas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios