Almería

Felicidades, don Paco

FELICIDADES don Paco por las cien primaveras que alcanzará el mes de abril próximo. Y gracias por todo lo dado a sus paisanos a cambio de tan poco recibido. Vivimos, usted lo sabe, en una sociedad estúpida que desprecia -por ignorancia o necedad- los más dignos sentimientos de quienes nos son más próximos. Reitero los casos de Antonio de Torres, Villaespesa, Gaspar Vivas, Luis Iribarne, José Padilla o Juan Cristóbal, reconocidos en su tierra sólo cuando plumas ajenas cantaron sus valores. Sin ánimo de establecer paralelismos que no proceden, don Francisco Gomis Peinado pasa por parecido trance olvidadizo. Espero que en su centenario el ayuntamiento de la Ciudad al menos lo felicite oficialmente.

A principios del pasado siglo en la calle Ulloa se empadronó Vicente Gomis, joven maestro procedente de Valencia. Aquí se casó con la gergaleña Pura Peinado, de cuyo matrimonio nacieron Vicente, Antonio, Francisco y Alicia. De La Almedina se trasladaron a la plaza Castaños (don Paco vino al mundo junto a la Catedral) y posteriormente al nº 3 de la calle del Cid (hoy Eduardo Pérez), donde en 1914 reabrió su escuela de 1ª Enseñanza, con clases para niños mañana y tarde, y de noche, gratis, a obreros interesados en adquirir un mínimo de cultura general. De su prestigio da cuenta Fermín Estrella Gutiérrez, almeriense emigrado a la República Argentina en la que llegó ostentar el cargo de viceministro de Educación. Alumno predilecto y agradecido, en su primer regreso a Almería (marzo, 1929) visitó a su maestro; y en la segunda venida (noviembre, 1974), inició la conferencia pronunciada en la Biblioteca Villaespesa de esta guisa: "Fue un maestro extraordinario, que influyó poderosamente en mí, pues era un ejemplo de viva nobleza, de honradez y de ecuanimidad. Sabía mucho y sabía transmitirlo". Su hijo Francisco recibió tales virtudes en herencia, añado.

Paquito Gomis sólo tenía que cruzar la acera para asistir a la academia de música, pintura y literatura de Joaquín Martínez Acosta y Gracia Luque -calle Real de la Cárcel- donde estudió seis años de solfeo y piano. Con tal aprovechamiento que le permitió debutar en el Café Colón sustituyendo a la pianista -enferma durante unos días- del Trío Sinfónico Ruso (Albert Dudas, Cecilia y Arthur Lissing), en una serie de concierto ofrecidos en noviembre de 1928. Más adelante acompañaría a Antonio Machín y a diversos artistas en el desaparecido Café del Paseo. En EAJ 60 Radio Almería -colaborador desde que la inaugurasen en 1934- lo anunciaban como "El pianista misterioso", aunque todos los oyentes sabían de quien se trataba.

El joven Gomis estudió en la Normal de Magisterio y en la Escuela de Comerció, sin abandonar su pasión por la música. Afición que le llevó a participar intensamente en los Carnavales. En 1932 formó la Tuna Estudiantil Almeriense (auspiciada por la Congregación de San Luis Gonzaga). La prensa le distinguió del resto de comparsas: "Lo único que llamó la atención fue la Tuna Estudiantil Almeriense que dirige don Francisco Gomis, no sólo por su presentación, sino también por la parte coral y musical, y además por el objeto benéfico de recaudar fondos de ayuda para la Tienda Asilo".

Parte de la guerra la pasó con la familia en Níjar y los últimos meses detenido en la prisión de Murcia por su ideario católico. Terminada la contienda incivil se casó con María Luisa Medina Garcés, naciendo la pareja Marisa y Francisco. Don Paco trabajó en la Fiscalía de Tasas, organismo recaudador del Movimiento, hasta que en junio de 1952 marcharon a Madrid, en cuya Delegación provincial cesó al suprimirse las cartillas de racionamiento alimenticio en la España de posguerra. Al concluir su etapa funcionarial, pasó a un negocio de alquiler y venta de coches de lujo de la época, con distintas Embajadas y organismos extranjeros de clientes preferenciales.

Hasta que se jubila y regresa a Almería en 1973, don Paco fue secretario vitalicio de la Hermandad de la Virgen del Mar en Madrid, fundada en 1958; participando en la confección de su boletín y en distintas tareas organizativas. De aquellos pioneros sólo vive él y el nonagenario ohanense Miguel Vizcaíno Márquez. En la actualidad, pese a los achaques de la edad, aún asiste a las anuales comidas de la Hermandad en Almería.

Educación y Descanso

Previo a su etapa madrileña, dio varios cursos clases de música en el Colegio La Salle e ingresó en la Obra Sindical de Educación y Descanso que dirigía Santiago Frías y Cristóbal López Lupiáñez. Como responsable de su Cuadro Artístico, don Paco, dio muestras de su excelente preparación musical y escénica montando un vasto repertorio de zarzuelas: La Revoltosa, La verbena de la Paloma, La rosa del azafrán... En aquellas representaciones contó con músicos y voces de reconocido talento: Rafael Barco, Richoly, Angel Barceló, Quiñonero, Miguel García… La nostalgia le llevaba a evocar al teatro Apolo donde conoció y cedió la batuta al maestro Jacinto Guerrero cuando este vino a dirigir en Almería una obra lírica.

Gaspar Vivas

Hace un par de décadas le pregunté por el piano que preside el salón de su casa en Doctor Carracido. Con satisfacción y orgullo me contestó: Niño, perteneció a Gaspar Vivas y al morir se le compré a su viuda en 450 pesetas, más otras 25 que me costó el traslado desde la plaza Pavía a mi domicilio. De su amistad y colaboración con el autor del Fandanguillo de Almería surgieron cuatro partituras conjuntas de las dieciocho contabilizadas en la SGAE (el listado me lo ha facilitado el también compositor Pepe Nieto): Costa del Sol, El tiempo es oro, El último fandango y Gitanilla Primavera. Sin registrar tiene otras tres por las que siente predilección: Nacida del mar, Alas victoriosas y Salutación a la Virgen del Mar. Con Eduardo Fuentes compartió pentagrama y libreto del sainete lírico "La Alcazaba", representado en junio de 1950 en el Apolo a beneficio de la Cruz Roja que presidía Adela Pérez. Al fallecer su esposa en 2005, don Paco cerró la tapa del piano y nunca más volvió a sonar. No obstante, recordaba emocionado la zarzuela "En mi jaca jerezana", de su amigo Rafael Barco, ya que ella, doña Mª Luisa Medina, fue la primera voz femenina anunciada en el Teatro Cervantes al estrenarse en diciembre de 1935.

Archivo Municipal

El Pleno Extraordinario de 25 de mayo de 1999 aceptaba agradecido la donación de don Francisco Gomis Peinado de 182 partituras musicales, originales y reproducidas. Así correspondía él a tantas atenciones recibidas en el Archivo Municipal -compartido con el de la Diputación- por parte de su responsable, Adela Alcocer, y demás funcionarios. No creo que le quedara legajo por consultar ni documento por estudiar, aunque no hallase unas descatalogadas Pragmáticas regias y Breves Pontificios. Nada de la historia de Almería le era ajeno, todo le interesaba. Acudió solo muchos años y cuando le falló la vista acompañado de sus nietos Paco, Mª Luisa, Inma y María del Mar. Allí eché buenos raticos y alguna controversia con el señor Gomis. Concluyo, don Paco: Felicidades por el siglo que va a cumplir. Un abrazo.

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