Flamenco, deporte y pétalos de rosas para honrar a San Agustín
Cien atletas tomaron la salida en la maratón que llenó de deporte las calles de Mojácar · La Reina de las Fiestas y las Damas de Honor fueron las protagonistas del primer días, tras el pregón oficial
Un centenar de mujeres y niños vestidas de faralaes unas y con el vestido tradicional de Mojácar otras, esperaban impacientes en La Fuente el inicio del camino hacia la Iglesia de Santa María. Mientras, arriba, en la Plaza Nueva, otro centenar aproximadamente de atletas aguardaban el pistoletazo de salida de la 'Maratón Ciudad de Mojácar' con ejercicios de calentamiento y estiramiento antes de acometer los kilómetros de carrera. Poquito a poco el grupo de mujeres con las en su mayoría niñas, todas con un ramo de flores entre sus brazos y agua de la Fuente mojaquera, subían la cuesta serpenteante que bordea el llamado 'Valle de las Pirámides'. La reina de las Fiestas, Sara Dellana, y sus damas de honor, abrían la marcha entre aplausos y olés de los espectadores apostados en la acera o en las terrazas de las viviendas próximas. Las cámaras de fotos y de vídeo precisaban del botijo para refrescarlas, todos querían llevar testimonio del momento, amén del sobreentendido "todas son guapas; ahora, como mi niña, ninguna". Y era verdad, ninguna iba más guapa que otra. Todas, desde la menor a la mayor, tienen una belleza especial, especialmente a la hora de hacer la ofrenda a San Agustín, el patrón de Mojácar.
La tarde del sábado avanzaba al compás de los volantes y las batas de cola. En el arco de salida, los maratonianos ansiaban liberar energía, querían adelantar las horas del tiempo. En la plaza Nueva de Mojácar ambos grupos, deportistas y damas de flor y agua, se entremezclaron por un momento. Al instante, cada quién a lo suyo. La comitiva llegó a la iglesia de Santa María, cada una de sus componentes tomó asiento, el párroco recordó el carácter religioso de la fiesta y el motivo de la ofrenda floral para, a continuación, animar a la concurrencia al canto de la última estrofa de la Salve rociera, la que cuándo, cómo y dónde se escucha o se canta eriza los vellos. Tras la Reina de las Fiestas y sus damas de honor, de uno en uno y organizadamente, cada cual se acercó con su ramo de flores al trono en el que posaba la imagen de San Agustín. Las concejalas María Luisa Pérez y Raquel Belmonte de Haro se encargaban de colocarlos hasta que San Agustín quedó envuelto casi en filigranas de pétalos. De nuevo en la plaza del pueblo, ocho de la tarde, pistoletazo y a correr. Todos los participantes en el maratón Ciudad de Mojácar salieron a la carrera. El recorrido era duro, con dos subidas rompe piernas al pueblo, cuestión en la que es experto nuestro amigo Elio, vamos, no en romperse las piernas, sino en correr maratones.
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