Parte de los miembros de 'Funámbola' en la nave en la que realizan sus actividades.

Oculta entre talleres y almacenes, en la capital almeriense se encuentra una nave industrial que es una auténtica forja de futuros circenses, que en breve se propone llevar los diferentes espectáculos del circo hasta "el espacio" en una gala en la que no faltarán payasos, malabaristas o acrobacias con telas. 

Se trata de 'Funámbola', la sede de la asociación homónima, puesto en marcha en 2017 por un grupo de amantes del "nuevo circo" de Almería que ya había puesto en marcha años atrás diferentes espectáculos de calle, con el objetivo de compartir, entrenar, investigar y crear nuevos espectáculos de circo contemporáneo. 

Un "laboratorio" de teatro, circo y arte en el que también promover el desarrollo corporal y personal, que además servir de lugar de entrenamiento, acoge diversas actividades formativas dirigidas a los más pequeños. 

Uno de sus miembros es Javier Gutiérrez Estruch, natural de Gandía (Valencia), que tuvo su primer contacto con el circo a los 17 años, cuando comenzó con un "monociclo y un diábolo en el parque". "Poco a poco me fui enganchando", afirma Gutiérrez Estruch en una entrevista con Efe, apuntando que su siguiente paso fue apuntarse en una "escuelecita de Barcelona". 

Uno de los miembros de 'Funámbola' en la nave en la que realizan sus actividades.

Tras esto, comenzó a participar en espectáculos organizados con sus compañeros en "cabarés" y a viajar, actuando de semáforo en semáforo - lo que le ha "dado de vivir"-, hasta llegar a la capital almeriense, dónde hoy es posible encontrarlo a diario en el cruce ubicado junto a la Audiencia Provincial de Almería. 

Aquí conoció a este "grupo de gente maravillosa" que puso en marcha 'Funámbola', donde Gutiérrez Estruch, entre otras actividades, participa como profesor de un taller de equilibrismo, en el que jóvenes a partir de 14 años pueden aprender y evolucionar en diferentes disciplinas de circo como monociclo, cuerda floja, rolabola, esfera de equilibrios y zancos. 

'Funámbola' cuenta también con una "escuela de circo" para niños a partir de los 6 años que dispone de hasta cuatro profesores fijos y otros invitados -como el propio Gutiérrez Estruch-, en el que los pequeños aprenden también equilibrios, acrobacias con telas, etc. 

Asimismo, disponen de un curso específico de acrobacias con telas -en este momento interrumpido por una lesión de su profesor-, y el de "circomotricidad" que imparte Pablo Hidalgo López, para niños de entre 2 y 5 años, en que se desarrollan diferentes aspectos de la psicomotricidad a través de las técnicas circenses y la música. 

En este último, que se desarrolla por primera vez este año, se trabaja el equilibrio, la fuerza, la "sonrisa y la alegría" de los niños, con una estrecha colaboración por parte de los padres. 

Gutiérrez Estruch sostiene que el circo "tiene muchísimas salidas", no sólo profesionales, ya que a mucha gente "le sirve de psicólogo, para desahogarse un rato" o para "investigar sus emociones", como deporte, o también para ganarse la vida, bajo la carpa o "en semáforos, pasacalles" y talleres. 

'Funámbola' también es el espacio que ha acogido ya dos galas, la primera dedicada a la primavera y la segunda al mar, en la que los socios de la entidad y los alumnos de estos cursos y talleres tienen la oportunidad de subirse al escenario ante el público, en algunos casos por primera vez. 

Una de los miembros de 'Funámbola' en la nave en la que realizan sus actividades.

El 21 de marzo tendrá lugar la tercera de estas galas, "que va sobre el espacio y tendrá muchas sorpresas". "Va a haber telas, payasos, malabaristas y muchas cosas más", dice el circense. 

¿Por qué una gala con el espacio como tema? "Se le ocurrió a un amigo (...) queríamos saltar la norma de ver en qué estación estamos y como a esto -el inmueble en el que se desarrollan las actividades- lo llamamos la nave, una compañera dijo que despega la nave y nos vamos al espacio", revela finalmente Gutiérrez Estruch.