Almería

GÁDOR. El gadorense que retrató a la Corte

Paisaje minero

Paisaje minero

Distintas instituciones públicas y pinacotecas españolas y europeas disponen de colecciones con buena parte de su atractiva obra pictórica. Al amparo de un familiar sacerdote, los padres de José Díaz Molina se desplazaron a la capital tratando de superar la precaria economía doméstica. Nacido en la Villa el 8 de noviembre de1860, tenía 11 años cuando entró de meritorio en el despacho del abogado y juez Municipal Eduardo Pérez Ibáñez, a quien retrataría siendo ya alcalde de la ciudad. Simultaneó la escribanía con el Instituto, donde concluyó el bachiller en Arte y con 16 abriles logró, por oposición, la ayudantía de Dibujo con el pintor Andrés Giuliani y Cosci (1815-1889), del que había sido alumno distinguido. Aunque para poder subsistir debió hacer dibujos a lápiz que rifaba tras exponerlos en los escaparates de establecimientos céntricos. Diputación Provincial, “teniendo en cuenta sus excelentes disposiciones”, le concedió una beca para ampliar estudios en Roma, a la que marchó en 1883 tras eludir el servicio militar por padecer miopía.

En Italia volvió a sufrir penalidades hasta que el profesor Vicente Palmaroli le prestó apoyó y cobijó en su domicilio, enseñándole nuevas técnicas y corrigiendo defectos. Con ese bagaje aterrizó en Madrid en 1886, donde comienza a trabajar. De esta etapa es el cuadro pintado de María Cristina de Habsburgo, destinado a la Corporación provincial almeriense, a la que también regaló un San Jerónimo. Casado con Matilde Galán Izquierdo tuvieron dos hijos, José y Matilde. Al fallecer Giuliani, en 1889 vuelve a su tierra para hacerse cargo de la cátedra interina de Dibujo. Se establece en calle Martínez Campos y Trajano nº 4 y en los bajos abre Academia de Dibujo y Colorido. Aquí nacen cuatro hijos más, al tiempo que se suceden los encargos privados e institucionales dada su “temática variada: paisajes, retratos, naturalezas muertas, religiosas… Y comienza a darse a conocer como retratista. En ellos destaca la solidez del dibujo y el trazo… (Dionisio Godoy)“. Definitivamente fijó su residencia en Madrid en 1897 hasta su fallecimiento el 25 de octubre de 1891, sin renunciar a Almería, a la que volvió en distintas ocasiones. Al enviudar, volvió a matrimoniar con Mª Rosario Galán y fue padre de otras tres criaturas.

Eduardo Pérez Idáñez Eduardo Pérez Idáñez

Eduardo Pérez Idáñez

En la redacción de Nuevo Mundo

La biografía Díaz Molina se enriquece. Colabora en las revistas Nuevo Mundo e Ilustración Española y Americana y supimos de sus medallas y menciones honoríficas en exposiciones de Bellas Artes de Almería, Granada, Madrid, Barcelona, París o Panamá. Y de los continuos encargos del Estado, Ayuntamiento matritense y Museo Arqueológico Nacional (del que fue restaurador de 1901 a 1912): retratos de Alfonso XIII, de cuatro presidentes de Gobierno asesinados (Cánovas del Castillo, Prim, Canalejas, Eduardo Dato), alcaldes de la Villa y personajes de la nobleza y del Arte (sobresaliente es el del escritor Eusebio Blasco, admirado en París) o su autorretrato, propiedad del Museo del Prado. El listado es inabarcable.

Del primer maestro del Realismo decimonónico, en Almería se pueden contemplar, además de los citados, los de Nicolás Salmerón, Reina Regente, El Mendigo, alcaldes González Garbín y Muñoz Calderón y los obispos Zárate Martínez (adquirido por el Monte de Piedad) y Casanova Marzal. En una corta estancia en Guadíx pintó El bautismo de Santa Luparia, El martirio de San Frondila y al prelado Maximiano Fernández del Rincón. José Díaz Molina dispone de calle en la ciudad: la primitiva de Panaderos, limítrofe al Hospital y malecón de San Luis, donde tiene su sede el Centro Andaluz de la Fotografía, en el remozado edificio que fue Liceo Artístico.

La benefactora que hizo fortuna

La intrahistoria local reserva una de sus páginas a Soledad Alonso Guirado: Hija Predilecta de Gádor y de la Provincia. Desde su extrema pobreza –nació en las cuevas de la antigua calle del Bicho el 22 de junio de 1899; hija de los jornaleros Juan y Juana- a la “gran dama española, ejemplo de grandeza, señorío y generosidad; que puso su persona y su capital al servicio de la causa nacional”, como la calificaba con exultante patrioterismo Yugo, diario local del Movimiento, existe un notable paréntesis biográfico y personal no resuelto. Generosidad en forma de favores repartidos en Málaga, Madrid, Cabra, Vigo y en su pueblo natal: grupo de viviendas modestas, el colegio público que lleva su nombre, abastecimiento de agua y hospitalillo, entre otras obras civiles, amén de donaciones religiosas. Aunque hubo que esperar a 1950, fecha de su primer rencuentro con el Gádor que la vio nacer.

San Jerónimo San Jerónimo

San Jerónimo / José Díaz Molina. Colección Diputación Provincial (Almería)

Cuentan que muy jovencita emigró a Francia, “alternando el trabajo en la hostelería y estudios en el Instituto S.E. Bergerac”, asistiendo como enfermera voluntaria a hospitales parisinos durante la 1ª Guerra Mundial. Y de aquí a Argentina, donde matrimonio con el industrial Eric Gordon Drysdale, de origen inglés del que tomó el apellido y de quien, al enviudar, heredó una cuantiosa fortuna. Presidió el Socorro Argentino pro Reconstrucción de España y fundó los “Legionarios Civiles de Franco”, lo que le causó no pocos enfrentamientos con la embajada republicana española en el exilio. Su actividad falangista la llevó a remitir a la zona ocupada alimentos (carne y trigo), medicinas y ropas. Amiga de ministros, militares y eclesiásticos intervino en la venida a España de la presidenta Eva Perón.

Soledad Alonso Guirado estaba en posesión de la Gran Cruz de Isabel la Católica, del Mérito Militar y varias grandes cruces. Publicó tres libros: Diario íntimo de Dolly, Perfiles Humanos y Panocha. Falleció en Buenos el 26 de enero de 1971, siendo inhumada en el cementerio británico bonaerense.

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