Gaspar Vivas, Barco y Ulpiano Díaz (y II)

Ostracismo. Es cierto que el Fandanguillo de Almería sigue sonando en distintos ámbitos, pero el nombre de su autor, Gaspar Vivas, se borró de la memoria colectiva hasta hace pocos años

Gaspar Vivas, Barco y Ulpiano Díaz (y II)
Gaspar Vivas, Barco y Ulpiano Díaz (y II)
Antonio Sevillano

03 de enero 2015 - 01:00

GRACIAS a la gentileza de Baltasar González en el artículo de la semana pasada pude incluir la fotografía que reúne a dos significados protagonistas del mundillo artístico capitalino (Gaspar Vivas y Rafael Barco) y a Ulpiano Díaz, influyente hombre taurino. En ella se muestra la dedicatoria de los compositores al tercero: "A nuestro buen amigo y padrino del pasodoble "La Alcazaba".

Aplaudido por la prensa madrileña y catalana (ABC, Blanco y Negro, El Heraldo, La Vanguardia, Radio Barcelona, Radio Ibérica) y ensalzado por tratadistas del género castizo musical (en este se englobaban los aires nacionales y andaluces) como Álvaro Retana. Aunque no gozó del carisma de un José Padilla, por ejemplo, fue igual de concienzudo y metódico a la hora de pautar el pentagrama. El permanecer alejado largas temporadas tampoco ayudó a acrecentar su popularidad entre los paisanos; no obstante, al establecerse definitivamente sí que gozó del general respeto de la prensa y de los "colegas" de por aquel entonces: Rodríguez Clemente, Francisco Gomis, Ortiz de Villajos, Leseduarte, Rafael Barco, Algarra… Prueba de ello es el banquete-homenaje que en el Hotel Simón le brindaron en febrero de 1922 con motivo de uno de sus viajes relámpago a la ciudad.

Autodidacta, como tantos otros genios de la musa popular, su capacidad compositiva fue especialmente fértil. Recientemente el buen amigo Pepe Nieto me ha facilitado el listado oficial, actualizado, de los 83 temas registrados en la Sociedad General de Autores (heredera de la Sociedad de Varietés y de Autores Españoles): zambras, pasodobles, fandangos, fandanguillos, jotas, canciones, cuplés, etc. Se da la circunstancia de que tales registros son muy tardíos teniendo en cuenta que las canciones son anteriores a los años treinta: la horquilla abarca de 1954 a 2001; figurando como detentadores de los derechos de autor los herederos de su hermano Juan (precisamente con Juan firmó el "Fandanguillo" para eludir ciertos problemas con la casa discográfica que representaba a Gaspar) y del Maestro Quiroga (Editorial Quiroga). Veamos algunos títulos de su copiosa creación: Gitanilla Primavera, El último Fandango, El tiempo es oro y Costa del Sol (en colaboración con Francisco Gomis); La Alcazaba, Gilí, La babuchera, La babuchera Mora y La Capuchinera (con Rafael Barco), Gitanillo (la primera grabada), El hijo del General, Fátima, Copla minera, La Canastera, Sevillana y Campanera, Tus ojitos negros, Percheleras, etc.

PRIMEROS PASOS

Adelantaba que los inicios de Gaspar Vivas fueron netamente flamencos, conviene enfatizarlo. Como guitarrista de acompañamiento asistió -además de bailes y serenatas- a José Sánchez "El Marmolista" en sendos mano a mano (finales de 1896, Teatro Principal) con "Canario chico" y Juan Breva. La vocación afloró en sus años mozos y a ésta no fue ajeno el castizo entorno de la Plaza Pavía. Pronto cayó en sus manos una modesta guitarra y a partir de ahí, el oído excelente y las innatas condiciones musicales, hicieron el resto. Solo quedaba arrimarse a los viejos aficionados del barrio para embeberse de todos y cada uno de los estilos jondos. Con ese bagaje -y el malestar de los padres- alzó el vuelo y vino a parar a Cartagena (en pleno auge minero), recién cumplidos los17, a ganarse el sustento como buenamente pudo. Atraído igualmente por el drama y la comedia, a la menor oportunidad asistía al Teatro Principal de la ciudad departamental. Ahí cambió su vida profesional al enrolarse como corista, quien lo diría, en la compañía de zarzuelas que dirigía el padre de la tiple cómica María López y con ellos marchó a Madrid; donde se casó con la antequerana Encarnación Gálvez García, de la que no tuvo descendencia.

Rápidamente aprendió las partituras del repertorio vodevilesco en boga, sin olvidar a su vieja amiga de las seis cuerdas. El Maestro Calleja supo de sus habilidades y le encargó un tema de aires granadinos, por tangos, para la zarzuela "El chato del Albaicín". Fue su partida de bautismo en el mundo de las variedades, del cuplé más o menos serio, del vodevil picante y sicalíptico, de las zambras y coplas aflamencadas. El segundo compromiso surgió de su amigo Paco Torres para el libreto de la revista "Música, luz y alegría": no cobró una peseta pero a cambio vio publicada, por primera vez en su carrera, su foto en las páginas de El Heraldo de Madrid. El tercero se lo encomienda el Maestro Luna para "El club de las solteras", revista de notable éxito en la capital y provincias. Una vez instalado, devengados ingresos por derechos teatrales y discográficos y un horizonte profesional despejado, al quedar viuda su madre la instaló con el resto de la familia en su casa madrileña.

FANDANGUILLO E

INTÉRPRETES

Por el alba una guitarra

lanzaba al viento rumores,

por la arena iban "postizas"

por el agua las canciones.

Fiarse de determinados costumbristas locales lleva indefectiblemente al error. Años atrás publiqué que en 1913 Dora la Cordobesita estrenó el Fandanguillo de Almería en el capitalino Café cantante Lión`Or. No era cierto. Ocurrió ese año y por la misma bailaora, pero en el Teatro Romea de Madrid. La aplaudidísima bailaora, esposa del renombrado diestro Chicuelo, lo incorporó inmediatamente a su repertorio, cosechando reiterados parabienes. Éxito refrendado en Almería, ahora sí, el 27 de junio de 1913 en el Teatro-circo Variedades; repitiéndolo al año siguiente en el Teatro Trianón de la Plaza Circular. Así la anunció la prensa: "Esta estrella del arte ha tenido la honra de ser llamada al palco regio por SS. MM. los Reyes de España, en el Circo Parish, de Madrid, y ser premiada con medalla de oro en el concurso de bailes gitanos". A ella le siguieron la mayoría de danzantes del noble Arte Andaluz, especialmente cuando actuaban en escenarios almerienses. La lista es extensa y viene encabezada por Amalia Molina, Teresita España (en el Salón Hesperia y Cervantes), acompañada del guitarrista Carlos Verdeal, o La Tempranica. Tras un amplio abanico flamenco (malagueñas, guajiras, soleares, cartageneras), María Albaicín solía rematar, como no, con el Fandanguillo, "que interpreta tal y como fuera la ensoñación de su inspirado compositor, Gaspar Vivas". Por último, Carmen Amaya, La Capitana, incluyó "La Tana" en su primer y casi único disco cantado.

FALLECIMIENTO

Se me ha muerto Gaspar Vivas,

el del latido de bronce,

el del alma de rosal

y los dedos ruiseñores

Una "miocarditis crónica" acabó con la vida de Gaspar Vivas Gómez el 15 de mayo de 1936 en su domicilio de Plaza Pavía. A su entierro asistieron decenas de personas pero no la Banda de Música ni nadie del Ayuntamiento, "demostrando nuevamente su ineptitud y poco afecto a las cosas del espíritu", ¿les suena la frase? El pésame sí constó en acta pero no rotularon a su nombre la calle acordada en el Distrito 3ª. Seis décadas tuvieron que esperar para que siendo alcalde Juan Megino lo hiciesen en las cercanías del Auditorio "Maestro Padilla".

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