Geografía almeriense de Carmen de Burgos (II)

Crónicas desde la ciudad

Nacida al final del reinado isabelino, se trasladó a Guadalajara y Madrid en el curso 1901/02. A Almería regresó en cuatro ocasiones, como periodista y para inaugurar en Alhama un busto de Salmerón

Geografía almeriense de Carmen de Burgos (II)
Antonio Sevillano / Historiador

29 de enero 2011 - 01:00

DOCENTE, pedagoga, escritora, periodista, corresponsal de guerra, viajera, conferenciante, agitadora cultural, feminista activa, republicana, miembro de una logia masónica, defensora de los valores humanos en general y de los derechos de la mujer en particular… Este es el atractivo perfil que distingue a Carmen de Burgos Seguí "Colombine" (Almería, 1867-Madrid, 1932). Ella, junto a María Pérez Enciso y Celia Viñas Olivella, forman el triunvirato de mujeres almerienses… que mayor y más brillante producción literaria legaron a las Letras españolas. Y, sin lugar a dudas, uno de los personajes femeninos más importantes del pasado siglo XX. Sus inquietudes intelectuales y el posicionamiento progresista asumido… le llevaron a batallar decididamente frente a caducas normas de convivencia enquistadas en la más rancia tradición española: ley del Divorcio, derecho al voto de la mujer y sufragio universal, paridad de esta ante la sociedad civil y libre capacidad para decidir sobre su propio destino.

Su vida y obra fueron ocultadas por la dictadura franquista a generaciones posteriores a la guerra civil y a la no menos oprobiosa posguerra. Su memoria histórica resultó borrada de los textos de enseñanza, obligatoria o privada, hasta la transición política que dio paso al estado de Derecho que hoy disfrutamos. Tal vacío ha sido paulatinamente cubierto a raíz de la generosidad de diferentes biógrafos que dedicaron parte de su tiempo al rescate de nuestro personaje.

Estas líneas servían de introducción a la mínima semblanza que -junto a Anyes Segura- elaboré para su edición por el IEA y la Universidad de Almería con motivo de los Cursos de Verano organizados hace un par de años por la institución académica. Como corolario al ostracismo, sufrió igualmente el ninguneo en el callejero de la ciudad: al fallecer en 1932 el Ayuntamiento acordó adjudicarle una calle y en el 40 la borraron. En 1977 la llamada Cinco Flechas (de Falange), en Ciudad Jardín, fue sustituida por La Colombine (el "La" sobraba). Ahora tenemos el anuncio del alcalde de que el Paseo Marítimo llevará tan ilustres apellidos. Todo un acierto aunque posiblemente tengamos que esperar a las elecciones municipales. En esa línea de interés, me permito rogarle que ordene corregir, de principio a fin, la página en Internet que el Área de Turismo le dedica. Más que lamentar la omisión de la fuente consultada (Anyes Segura y el que suscribe) de la que han fusilado sin empacho el 99 %, lo que causa verdadero estupor y vergüenza ajena son los 232 errores contabilizados. Han leído bien ¡doscientos treinta y dos! faltas de ortografía, una tras otra. Invito al lector a que acceda a la web oficial del Ayuntamiento y lo compruebe por si mismo. Yo, por si acaso la reelaboran y luego tratan de desmentirme, guardo una copia del texto original.

ARTURO ÁLVAREZ

Decía en una crónica anterior que el soberano error de Carmen fue su matrimonio con Arturo Álvarez Bustos, quince años mayor. Infidelidades, excesos etílicos, visitas a antros de dudosa reputación y otros devaneos, le amargaron su joven existencia ("Se pasaba la vida en tabernas y garitos. Un señorito juerguista, un tenorio que me fascinó", reconocería contrita más adelante). En realidad, sus relaciones de pareja fueron escasamente afortunadas. Las dos décadas vividas junto a Ramón Gómez de la Serna, su otro gran amor, terminaron de mala manera tras el turbulento y breve romance que el escritor mantuvo con ¡María, la propia hija de Colombine! Se casó muy joven, con 16 años, declaraba, pero sabiendo que sistemáticamente se restaba años, no resulta creíble. En atención al nacimiento de su primer hijo, lo más probable es que fuese en 1889. En cualquier caso, lugar y fecha es un enigma. He rastreado pacientemente en el Registro Civil de la capital sin resultado alguno ((la vía eclesiástica está cegada y la de Rodalquilar o Níjar también). Caben dos explicaciones: a) Que el párroco oficiante no la comunicara al Registro, circunstancia no descartable; o b) Que la inscripción, por la razón que fuese, solo figure, "encriptada", en el Registro Civil Central de Madrid. De soltera, y hasta la boda, Carmen vivió en el domicilio paterno (José Burgos Cañizares, vicecónsul de Portugal) de la calle Teatro (actual Dr. Gómez Ulla), a espaldas del Teatro Principal del Paseo hoy derruido.

Al contrario que el calavera de marras, su padre, Mariano Álvarez, era un respetado editor, republicano consecuente y concejal durante el Sexenio liberal-revolucionario del XIX. Él enseñó a Carmen los secretos de la confección de periódicos y revistas satíricas (Almería Jocosa, Almería Cómica, Almería Bufa) de las que el descarriado vástago era director. Y ella suplió sus continuas ausencias del hogar y de la redacción en la calle de Las Tiendas. El primer domicilio conocido es el núm. 2 de la C/. San Francisco; aquí nació (1890) el primogénito Arturito, fallecido como los dos hermanos siguientes sin cumplir el año. Hasta 1895 lo hicieron María del Mar, Arturo José y Mª Dolores, la única que alcanzó la mayoría de edad. El matrimonio vivió sucesivamente en casa de ambos progenitores: calle Murcia y Malecón del Parque. Abandonado por su esposa e hija, pobre, amargado y en el ocaso de su carrera periodística, socorrido por su anciano padre falleció en noviembre de 1906 en el Hospital Provincial víctima de unas fiebres tifoideas.

MAGISTERIO

Carmen encontró en la carrera de Magisterio la vía de escape al infierno matrimonial en que discurría su día a día, permitiéndole dejar atrás una sociedad provinciana pacata e hipócrita. Sin embargo, no creo que el rechazo social fuese tan acusado como a veces se ha dado a entender. Hay indicios que lo mitigan. Trabajó mano a mano con su suegro, personaje bien considerado; la escuela de niñas que atendió creció de un curso a otro en matriculaciones y Antonio Ledesma, rico e influyente terrateniente y novelista aceptó prologar su primer libro (Ensayos literarios) dado a la imprenta.

En junio de 1895 obtuvo la Reválida de Maestra en Granada, ciudad en la que se examinó por libre. Ese mismo año ya daba clases en un parvulario infantil ¿en C/. La Reina? y al siguiente curso es nombrada directora de la escuela municipal de niñas pobres "Santa Teresa", en la plaza San Sebastián (el Municipio estaba facultado para abrir establecimientos de enseñanza paralelos a los estatales). Aquí continuó hasta que en mayo de 1901 "Carmen de Burgos Seguí, de ésta vecina, mayor de edad, expone que habiendo ganado por oposición la plaza de profesora numeraria de la sección de Letras de la Escuela Normal de Maestras de Guadalajara, renuncia a la subvención que como directora tenía asignada (y consecuentemente a dicho cargo) para el alquiler de la casa… Y suplica que tal ayuda pase a la nueva directora Dña. Catalina de Burgos Seguí (la hermana siguiente en edad), que ha demostrado su suficiencia en el tiempo que por mi ausencia (exámenes en Granada) ha estado al frente de dicha escuela".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último