Geografía urbana de Carmen de Burgos (I)
Crónicas desde la ciudad
Desde su nacimiento en 1867 hasta la definitiva marcha a Madrid, Carmen de Burgos Seguí, conocida por el seudónimo de Colombine, alternó su infancia capitalina almeriense con el valle de Rodalquilar
LA cita era el pasado viernes día 14 en la Plaza Vieja, al amparo de la venerable arcada decimonónica. La de soportales castellanos y aire moruno recitada por poetas y cantada en coplas… A la rueda, rueda, ay, Plaza Vieja, otrora centro administrativo, lúdico y social de la Ciudad y mentidero de la Villa. La convocatoria, abierta a cualquier ciudadano autóctono o foráneo, nos congregaba para ser testigos del descubrimiento de una placa en la casa donde vino al mundo Carmen de Burgos Seguí "Colombine" (sin el artículo "la", por favor). Junto a vecinos, representantes municipales y la Banda de Música, hasta aquí se desplazó también María Serrano, presidenta de la Fundación que lleva el nombre de la "periodista, literata y defensora de los derechos de la mujer", tal como reza el texto de la cerámica confeccionada, creo, en un taller de Alhabia. Con una caligrafía un tanto naif y/o infantil (para gustos, colores), la dedicatoria, encabezada por el Excmo. Ayuntamiento, se remata con el anagrama del Proyecto Urban, encargado -con fondos europeos- de iniciativas de mejora y rehabilitación del Casco Histórico.
Un centro histórico a través de cuya AA. VV. hemos conseguido poquito a poco hermosear la fachada de almerienses sumidos, tristemente, en el olvido: Gaspar Vivas, Relampaguito, Conchita Robles, Fermín Estrella y Tapia Garrido. El alcalde aprovechó la ocasión para anunciar -aunque con negligente retraso tras su aprobación en Pleno, bienvenida sea- que el Paseo Marítimo llevará el nombre de nuestra escritora. Pero el máximo munícipe parece condenado a no rematar limpiamente los actos más solemnes. Sin venir a cuento, por desconocimiento o mala fe deslizó un comentario desafortunado referido a Carmen de Burgos y a la negativa del Partido Socialista al sufragio universal de las mujeres. En fin, flaco favor a la verdad histórica, uno más, a la que parece abonada la actual derecha española.
ANCESTROS E INFANCIA
Frente a la extendida creencia de que Carmen nació en Rodalquilar, veremos que no fue así. El apellido Burgos goza de probada raigambre en la provincia. Conservadores o liberales, formaron parte de la más influyente burguesía local. Habitantes todos a intramuros de la ciudad conventual, varios de ellos amasaron considerables fortunas y ocuparon cargos en la administración y política. El abuelo paterno, José de Burgos Coronel, bien puede protagonizar un drama de capa, espada y alijos de matute. Casado en el primer tercio del XIX con Carmen Cañizares, de linajuda familia navarra con castillo en el citado valle de Rodalquilar, el prolífico matrimonio había traído al mundo nueve criaturas (seis niñas y tres niños) cuando un inexplicable (o si) asesinato acabó con la vida del progenitor.
Del notable suceso -motivo de comentarios y rumores de toda condición durante muchísimo tiempo- se hizo eco la prensa nacional, amén de que una lápida en el cementerio de San José es fedataria puntual y precisa. A la caída de la tarde del 22 de abril de 1850 la pareja, llevando de la mano a cuatro hijos de corta, se vio atacada por la espalda al tiempo que "una mano alevosa acabó con Dº José Burgos y Coronel, arrebatándole la vida de los brazos tiernos y amorosos de su esposa". Aunque sin certeza, creemos que fue al pie del "cubo" pétreo de la catedral presidido por el Sol de Villalán, donde se escucharon los estampidos de trabuco disparados por los dos embozados que le dieron "matarile". Lo publicado apunta a un turbio asunto de contrabando -tan "floreciente" por aquellas fechas en el litoral almeriense- del que el patriarca de los Burgos era "padrino" y cabecilla máximo. El BOE de la semana siguiente dictó una orden del gobernador, Juan Nepomuceno Garciahidalgo, de búsqueda y captura de los presuntos "autores del crimen José Martínez y Juan Diego Martínez, vecinos el primero de Terque y el segundo de Bentarique". Un lance novelesco recreado por la propia nieta en su novela Los inadaptados.
Un hijo de este José de Burgos Cañizares contrajo nupcias con Nicasia Seguí Nieto, hija a su vez de -dejémoslo ahí- Lorenzo Seguí, rico hacendado natural de Níjar. Carmen fue la mayor de una ruidosa prole de diez hermanas. Si había dudas en cuanto el lugar de nacimiento, igual suerte corría la fecha de aquel. Dudas alimentadas por ella misma ya que -por coquetería o razones que se me escapan- solía restarse, según la ocasión, diez o quince años. Fueron el poeta e historiador laujareño Florentino Castañeda, primero, y una de sus exhaustivas biógrafas, Concepción Núñez, después, quienes hallaron una copia de la Partida de Bautismo en su expediente académico de Magisterio. En ella el responsable de la parroquial de San Pedro hace constar que "en el día diez y nueve de diciembre de mil ochocientos sesenta y siete… bauticé solemnemente a María del Carmen Ramona Loreta, que nació el dìa 10 de los corrientes, a las tres de la mañana, hija legítima de… ". A Concepción Núñez se debe igualmente la precisión del domicilio familiar en la Plaza Vieja -con doble entrada por el nº 6 de la calle Mariana-, coincidente con un registro minero del padre.
La confluencia de ambas ramas, burgueses y terratenientes, le proporcionó el acceso a la cultura -se inició en la lectura con libros y periódicos de la biblioteca paterna- y una cómoda estabilidad económica. Aunque nacida en la capital, es cierto que buena parte de su infancia y adolescencia, seguramente la etapa más feliz de su existencia, discurrió en el cortijo materno de Rodalquilar (en el hoy Parque Natural de Cabo de Gata), de ahí en ocasiones la confusión. Carmen es muy explícita al respecto (en Autobiografía o Cartas sin destinatario):
"Me crié en un lindo valle andaluz (…) a la orilla del mar, frente a la costa africana. En esta tierra mora, en mi inolvidable Rodalquilar, se formó libremente mi espíritu y se desarrolló mi cuerpo. Nadie me habló de dios ni de leyes, y yo me hice mis leyes y me pasé sin dios (…) Pasé la adolescencia como hija de la natura, soñando con un libro en la mano a la orilla del mar o cruzando a galope las montañas".
MATRIMONIO
Dada la temprana edad al contraer matrimonio (no es posible concretar el año por razones que sería prolijo enumerar) o guiada por un amor que lamentablemente resultó efímero, Carmen de Burgos cometió el mayor error de su vida: casarse con Arturo Álvarez Bustos, periodista y director de distintos semanarios satíricos. A su padre, don Mariano Álvarez, editor, concejal y consecuente republicano, un hombre de bien, el vástago le salió rana. Brillante y apuesto, pero golfo hasta dejárselo de sobra. Una noche le veíamos en el Café cantante Lión d`Or del brazo de La Calandria, bailaora cañí de rompe y rasga, y a la siguiente en cualquier antro de perversión. La convivencia marital descendió a los infiernos. Lo que no fue óbice para que pariese un chiquillo tras otro, aunque se les murieran a los pocos meses. Aquí dejamos por hoy a Carmen de Burgos Seguí "Colombine", ya con su merecida placa en la Plaza Vieja. Salud.
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