Golosinas y piedras, cara y cruz de las Viejas

Centenares de vecinos de la comarca disfrutaron ayer de una tradicional jornada en el campo Los niños apedrearon a las viejas para conseguir su dulce tesoro

Niños posan con las tradicionales Viejas en Turre.
Niños posan con las tradicionales Viejas en Turre.
Norberto López - Ricardo Alba

04 de marzo 2016 - 05:01

¡La vieja revieja, que triste que está, pensando la paliza q le van dar! Eso cantaban ayer centenares de vecinos de la comarca del Levante durante la tradicional celebración de las Viejas, el día a mitad de la Cuaresma en el que se da una alegría al cuerpo y se toma un descanso bien merecido. Al menos así lo cuenta la tradición, que cuando se guardaba ayuno y abstinencia durante el tiempo cuaresmal, el cuerpo daba de sí todo lo que tenía. Había que reponer fuerza.

A fe que ayer, en los alrededores de Vera, de Turre y de Mojácar (entre otros muchos puntos de la comarca levantina), el ambiente festivo daba paso al buen comer, a la buena plática e, incluso, a la buena siesta. Los más pequeños, con la impaciencia de la espera, merodeaban alrededor de la Viejas, ese pequeño muñeco con aspecto de vieja realizada sobre una cruz de madera con la cabeza de tela, rellena de caramelos. Previamente ha sido clavada en la tierra y son los mas pequeños los encargados de romperla, como a una piñata, para comerse los dulces que contiene y llenarse los bolsillos con las golosinas.

Y en esa particular fricción con las Viejas, fueron muchos los niños los que afinaron su puntería para encontrar el dulce tesoro con el que acompañar una jornada festiva en la que acompañó un sol magnífico y una temperatura que pedía sombra. En definitiva, un día de la Vieja que se disfrutó plenamente y que evidencia la gran salud que vive esta tradición tan arraigada en la comarca.

Muchos aprovecharon para sacar a sus inseparables caballos y disfrutar de un viaje hasta sus cortijos para reunirse con sus familiares y amigos alrededor de una buena paella, eso sí, con unos peculiares invitados: las Viejas, que a estas alturas de la película no asustan a los más pequeños, empecinados en acabar con su peculiar físico para conseguir el preciado botín. Y es que ellos son los principales protagonistas de este festejo. También es típico del día degustar el "hornazo", pan dulce alargado con una trenza que encierra un huevo duro, aunque la jornada, en general, se caracteriza por la abundancia de viandas de todo tipo.

Hay que recordar que la Vieja es la única fiesta de Andalucía no representada por ninguna advocación santoral, sino por una figura pagana, aunque tiene ecos religiosos.

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