Tribunales

La Guardia Civil señala que los disparos a la víctima del crimen de Gádor iban hacia una "zona vital"

  • Se empuñaron al menos cinco armas de fuego de las que tres llegaron a ser detonadas

Los cuatro acusados, del clan 'Minos', en el banquillo.

Los cuatro acusados, del clan 'Minos', en el banquillo.

La investigación realizada por la Guardia Civil en la calle Ossetia del Norte de Gádor ante la muerte por disparos de un vecino por la que se juzga a un hombre y sus tres hijos apunta que los disparos que se realizaron con una escopeta que presuntamente empuñaba I.F.S., para el que la Fiscalía pide hasta 42 años de prisión, se dirigieron hacia "una zona vital" situada "en torno a la cabeza o el cuello" de una persona que hubiera estado de pie.

Así lo ha manifestado a preguntas de la Fiscalía uno de los agentes del servicio de criminalística de la Guardia Civil que exploró el lugar de los hechos durante la cuarta sesión del juicio con jurado que se sigue en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, donde el principal acusado reconoció durante su declaración que efectuó disparos pero de carácter disuasorio, tanto contra un vehículo, al aire y al suelo, según su versión.

Del análisis del escenario del crimen, conforme a los impactos de bala registrados y los casquillos y restos de armas de fuego encontrados, la Guardia Civil ha determinado que en el lugar de los hechos se empuñaron al menos cinco armas de fuego de las que tres llegaron a ser detonadas, entre ellas una escopeta de calibre 12 de la que se hallaron cinco casquillos percutidos.

Así, fue con este arma con la que se registraron los disparos que ocasionaron daños en la furgoneta ante la que se encontraba la víctima y con la que, según el análisis realizado a posteriori, se disparó también al vehículo del hermano del fallecido en el cruce de coches que se produjo en la carretera durante la huida de los detenidos; arma que, según su propia declaración, también empuñaba I.F.S.

El agente, quien ha especificado que en el lugar de los hechos también se hallaron restos biológicos --un trozo de labio o nariz-- ha detallado que las vainas de las balas y cartuchos disparados se encontraron a escasos metros del lugar en el que se encontraba la víctima sin que llegaran a localizarse casquillos percutidos en espacios más lejanos, si bien el principal acusado y su padre aseguraron que algunos de los disparos que realizaron "al aire" fueron cuando se encontraban ya junto a sus vehículos, en la loma situada al final de la calle.

Además de la munición percutida correspondiente a armas de calibre 22, 12 y 9 largo, también se encontró munición no disparada de dos pistolas calibre 9 mm Parabellum, que se encontraba rota y para la que había dispuestos hasta 28 cartuchos, y 9 mm corto, así como un cargador que "pudo caerse de un arma". De otro lado, algunos de los casquillos hallados en la calle se corresponden también con una de las pistolas hallada en el registro efectuado en la vivienda de Figueras (Gerona) en la que se refugiaron tres de los acusados tras el crimen.

A preguntas de la acusación particular, el agente ha explicado que no se encontraron restos de balas o evidencias de disparos en la zona en la que se encontraban los acusados, lo que avalaría inicialmente la versión ofrecida por otros testigos que aseguraron que la víctima no llegó a disparar ningún arma o que, incluso, no la empuñaba.

Sobre las manchas de sangre halladas sobre la acera y que se corresponden con otro hermano de la víctima mortal, quien recibió un disparo en el glúteo, el investigador ha precisado que si bien estas recorrían la calle no se pudo determinar el sentido del avance, por lo que mediante este rastro no se ha podido determinar si el hombre se dirigía hacia los acusados en persecución o si, por el contrario, les dio la espalda y trató de huir.

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