Guillermo Fernández llena con su guitarra las noches de Lamarca
El artista almeriense, que se encuentra produciendo su primer disco en solitario, recupera obras clásicas y populares del Maestro Richoly y de Manuel del Águila
Como si se tratara de oro viejo pero con un aire fresco, joven e innovador, el guitarrista Guillermo Fernández inscribe sus notas musicales amenizando las noches del complejo Lamarca situado en Gregorio Marañón. No es de extrañar que la empresa comandada por Antonio Lorente haya depositado su confianza en el talento e imagen de este artista almeriense apostando por la cultura y avalándola con diversos proyectos, destacando entre los más recientes la presentación del nuevo himno de la Unión Deportiva Almería, titulado 'Generación Roja y Blanca', y un próximo disco que está produciendo actualmente, del que saldrá entre sus temas la que será sintonía publicitaria del Grupo Lamarca.
Cada noche del jueves, viernes y sábado, el restaurante selección de Gregorio Marañón vibra con las notas musicales de las canciones, composiciones y adaptaciones que nacen en las cuerdas de la guitarra y se funden con el aroma de los mejores vinos. El público reconoce el magnífico trabajo de Guillermo por ser capaz de invocar la nostalgia de épocas pasadas y poner la mejor compañía a unos momentos de relax.
Al oír y escuchar la guitarra de Guillermo, muchos almerienses recuerdan al inolvidable Maestro Richoly. Y es que en su repertorio caben muchos estilos, desde el folklore almeriense con Si vas pa la Mar, del querido Manuel del Águila; el himno a la Virgen del Mar, lo más popular de Carlos Cano; piezas del flamenco de Paco de Lucía o Vicente Amigo, así como otras de los grandes clásicos como Julián Arcas o Francisco Tárrega.
La improvisación y el camino de lo ecléctico hacen que este músico camine en el día a día. En los tiempos que corre, afirma el guitarrista, es importante sentirse como en casa. "Cada noche es diferente, y en función del público se improvisa el repertorio. Es gracioso ver como la gente identifica el Gran Vals de Tárrega con la sintonía más popular de un teléfono móvil, y no con el gran talento del romanticismo. Claro que también hay mucha gente que confunde la obra Romance Anónimo (Juegos prohibidos) con el Concierto de Aranjuez del Maestro Joaquín Rodrigo".
Es consciente de que resulta difícil de etiquetar para algunos críticos ya que, como él mismo considera, no es un guitarrista clásico ni flamenco, sino un músico con estilo propio, explorador en el mundo del arte. Parte de ese espíritu está en el grupo Tangai, del que es miembro desde sus inicios.
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