Llenos de gozo, alegría y bajo la protección de la Santísima Virgen del Rocío, regresaron este pasado martes los hermanos de la Hermandad de la Virgen del Rocío de Almería, filial número 69 de la Matriz de Almonte. Tras diez días, la corporación capitalina llegó a San Pedro, con su carreta, y llevó nuevamente a su Simpecado a la hornacina. Por detrás, diez intensos días en los cuales la hermandad ha dado un pasito más para seguir creciendo, tanto de forma humana como de forma cuantitativa. El Camino de 2023, uno de los más numeroso hasta el momento en la historia de la hermandad, deja atrás estampas como la noche de convivencia junto a la Hermandad de Guadix; el cruce por la barcaza en Coria del Río, en el cual la lluvia hizo acto de presencia; la presentación del lunes en el querido pueblo de Benacazón, como ocurre desde hace 25 años; el paso por un Vado del Quema sin agua, este año, pero en el cual se sucedieron los rezos, plegarias y bautizos; y la presentación ante la más antigua de todas, la Hermandad de Villamanrique.

En todos los actos del Camino y Aldea, la hermandad estuvo acompañada por sus ahijadas de El Ejido, Santander y Roquetas

Precisamente el lunes, ese día tan especial para todos los almerienses, el consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, acompañó a su hermandad en la visita a las distintas corporaciones del municipio sevillano, a su Patrona y al propio ayuntamiento. La hermandad hizo su entrada en la Aldea por el Puente del Ajolí el jueves, pasada las una y media de la tarde, tras un retraso incomprensible de la Hermandad de Jaén -que tenía su entrada a las 12:00-. Los llantos, los abrazos, los vivas y las sevillanas colmaron ese momento que marca el final del Camino, cada año, y el inicio de la Romería para tantos peregrinos. La carreta, ya en El Rocío, visitó varias casas de reuniones almerienses como las de Francisco Lupión, José María Cazorla Salinas o la casa donde se ubicó la Hermandad de El Ejido, corporación ahijada de la Hermandad de Almería.

Por su parte, el viernes 26, una representación de la hermandad acompañó a la filial de Garrucha en su presentación ante la Blanca Paloma. El sábado, entre tanto, llegó el turno de la corporación capitalina. Sobre las nueve de la noche, la carreta con el Simpecado de malla se presentó en la puerta principal del Santuario de la Virgen del Rocío para mostrar sus respetos a la Patrona almonteña. Al llegar a su casa de hermandad tuvo lugar una noche de convivencia junto a todos los hermanos y simpatizantes. La jornada del Domingo de Pentecostés arrancó con la Misa Pontifical en El Real. Esta fue cantada por el Coro de la Hermandad de la Puebla del Río acompañado por la Orquesta Sinfónica de la Puebla del Río. Por la tarde tuvo lugar la Misa de Tamborileros, carreteros y coheteros mientras que por la noche llegó uno de los momentos más importantes de la hermandad almeriense en esta Romería de 2023. Y es que, por vez primera en cuatro décadas, su coro cantó el Santo Rosario de hermandades previo a la salida de la Blanca Paloma.

La comitiva almeriense en su trayecto hacia Almonte

Casi sin quererlo, y sin previo aviso, la Hermandad de Almería fue precisamente la primera en llegar a la Plaza de Doñana justo en el momento en el cual el coro arrancó su actuación. El Simpecado de Almería se volvió a todos sus componentes, que llenaban el escenario instalado, en un momento que quedó en la retina de todos los allí presentes. Tras este, llegaron el resto de Simpecados (hasta 127), siendo el de Almonte el último en llegar a este enclave. Mientras transcurría el Santo Rosario, con las voces del Coro de la Hermandad de Almería sonando de maravilla, tras muchos meses de trabajo y esfuerzo, salieron todas las hermandades por orden desde la más nueva a la más antigua. El sacerdote almeriense Jesús Zapata, como ocurre cada año desde hace varios, fue uno de los ministros que rezó el Santo Rosario mientras el citado coro iba enlazando distintos temas. Sorprendió a todos los allí presentes introduciendo instrumentos tan novedosos como un bajo o un saxofón, además de unos bongos. La propia Hermandad Matriz felicitó a la corporación almeriense, y en particular a su coro, por tal bella actuación.

El momento más esperado para todo rociero llegó a las 2:56 de la madrugada del lunes día 29. Los almonteños saltaron la reja, pero aguardaron la llegada de su bendito Simpecado, el cual tuvo que adelantar a las últimas representaciones de la Virgen debido para acudir lo antes posible al encuentro de su Patrona. Comenzó en ese momento una procesión de doce horas, durante la cual visitó la Virgen del Rocío a sus 127 filiales comenzando por Huévar del Aljarafe y concluyendo con Moguer antes de hacer su entrada a las 14:23 horas. Pasadas las once de la mañana, la Reina de las Marismas se postró, después de cuatro años, ante el Simpecado de Almería. El sacerdote José María Sánchez fue quien rezó la Salve en compañía de los cientos de almerienses allí presentes. Las lágrimas inundaron los rostros de todos ellos al paso de la Blanca Paloma y, más aún, tras este largo tiempo de espera. El resto de la jornada, la hermandad tomó un merecido descanso hasta emprender el viaje de vuelte este pasado martes. El viernes, 2 de junio, será la Misa de Acción de Gracias a partir de las 20:30 horas en la Parroquia de San Pedro con la cual se pondrá el broche de oro definitivo a esta Romería de 2023. Al concluir, la hermandad abrirá su bar para pasar una jornada de convivencia.