Urbanismo
  • El 14 de julio de 1866 se puso la primera piedra del Teatro Cervantes y del Círculo Mercantil

  • 55 años después se inauguró tan bello edificio (16-VII-1921) cuyo centenario pasó desapercibido

Historia de Almería: los 101 años de vida del Círculo Mercantil

Francisco Balcázar, presidente ante una vitrina con documentos históricos. Francisco Balcázar, presidente ante una vitrina con  documentos históricos.

Francisco Balcázar, presidente ante una vitrina con documentos históricos. / Rafael González

Escrito por

José Luis Laynez

Corría el año 1857. Almería crecía imparablemente gracias a la minería y a la exportación uvícola. El Puerto bullía en actividad de barcos cargados barriles de uvas y mineral de hierro. La población de la ciudad aumentó considerablemnte en apenas una década. Había que modernizarla. Una de las construcciones esenciales debía ser un Teatro para dar cabida a mil o dos mil personas ya que el único existente, el Teatro Principal, era muy pequeño; igual que pasaba con la plaza de toros pero esa es otra cuestión.

En aquel año, los potentados Jover, Burgos y Spencer presentaron a la sociedad almeriense los planos del que sería el nuevo Teatro. Cinco años después Juan Cassinello redactó un escrito animando a los almerienses a sumarse económicamente a la empresa. El proceso fue lento y dos años más tarde, sólo se habían suscrito 109 acciones. Pero los empresarios no se desanimaron y compraron en el Paseo del Príncipe mil m2 a Hacienda, cuatro mil a José Duimovich, resultando un triángulo de 30 x 60 m2. Pero claro, aquello había que pagarlo. A pesar de que se rebajó el precio de las acciones las obras no comenzaron hasta el 14 de julio de 1866, con la colocación de la primera pìedra. Se proyectaba hacer un gran Teatro con cabida para dos mil personas.

La economía seguía maltrecha. Pero un inesperado golpe de suerte vino a aliviarla: les tocaron 20.000 reales en la Lotería de Navidad. Además dieron un ultimátum a los morosos para pagar sus cuotas y vendieron la parte trasera del solar, casi cien metros, por 3.717 reales. Con todo ello, la economía de la sociedad se reactivo y las obras continuaron a mejor ritmo. Sin embargo, el 4 de julio de 1874 recibieron un escrito del Ayuntamiento expropiándoles los metros necesarios para ordenar el Paseo y la calle que a él daba. El valor de la expropiación era de 32.335 pts y les traería muchos quebraderos de cabeza.

La entrada, de grato sabor colonial. La entrada, de grato sabor colonial.

La entrada, de grato sabor colonial. / Rafael González

Unos años más y otros menos, las obras del futuro Teatro Cervantes, cuya fachada que daba al Paseo sería el Círculo Mercantil e Industrial de Almería, como explico en el despiece inferior, hasta 1919. Aquel fue un año clave en su construcción ya que el presidente, Eulogio Romay, sustituyó al director de obras, López Rull gravemente enfermo, por Álvarez Redondo. Además, atendiendo a los nuevos tiempos que corrían, solicitó un préstamo al Banco Hipotecario de Madrid de 150.000 pts, algo que le fue concedido con un 5% de intereses anuales a pagar en 50 años y poniendo como grarantía el inmueble resultante, el Teatro Cervantes. Aquel fue el pistoletazo final de las obras de uno de los edificios más bellos y nobles que ha habido y, afortunadamente, aún exuste en Almería aunque estuvo a punto de ser derribado en los años sesenta. Pero esa es otra historia. Ya con dinero en la nueva cuenta del Hipotecario, las obras avanzaban a su recta final y hasta echando la casa por la ventana Basta ver la decoración en blanco, oro y grana.

Y así llegamos al 16 de julio de 1921, día de la inauguración del Teatro Cervantes y, por ende, del Círculo Mercantil. El laujareño Francisco Villaespesa se ofreció a escribir una obra para la inauguración pero no cuajó laidea. Finalmente se representó el diálogo en prosa ‘La sombra de Cervantes’ y la comedia en verso ‘La calle de la Montera’. En 2021 ‘el Cervantes’ cumplió un siglo pero no se celebró nada por culpa de la pandemia. En estos cien años largos ha habido luces y sombras incluido el asesinato de Concha Robles a los pocos meses de la inauguración; y aquel mismo año se alquiló el Teatro a un particular para adecentar la situación económica. Quizá los años más duros fueron los 90 del pasado siglo en que estuvo a punto de desaparecer. En 1995 llegó a la presidencia Francisco Balcázar, nuestro amable guía por los salones, que ‘heredó’ una deuda de 90 millones de pts. Su Directiva renegoció el alquiler del Teatro y alquiló los bajos para abrir un bar de copas, el Burana. Y la salud del enfermo Círculo Mercantil volvió a ser excelente.

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