Almería

Hormigas 'mordedoras' echan del parque a los niños y abuelos

  • Dejan de acudir a la zonas verdes de la Rambla de la Iglesia de Aguadulce por la molesta presencia de miles de estos insectos · Los responsables municipales aseguran que se han tomado medidas

O lo recorres deprisa o directamente no vas. Es la disyuntiva a la que se enfrentan los usuarios habituales del parque de Aguadulce situado en la Rambla La Gitanilla, debido a la molesta presencia de miles de hormigas mordedoras en una zona habitualmente concurrida por la dotación de espacios infantiles y porque es dónde se encuentra la Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Carmen.

La presencia de estos pequeños insectos no tendría mayor importancia si sólo se limitaran a trepar por las piernas, pero estas hormigas, como explican los vecinos de Aguadulce, "te comen vivo". Carmen A. M. lo ha sufrido, con el inconveniente añadido de que las hormigas le provocaron una reacción alérgica que le llenó las piernas de sarpullidos. Estuvo diez minutos en el parque y tuvo que abandonarlo porque, asegura, "no lo soportaba más. Cuando llegué a casa, tenía las piernas plagadas de ronchones hasta las rodillas".

El Ayuntamiento de Roquetas de Mar ha explicado que la nutrida población de hormigas es consecuencia del aumento de los termómetros justo después de una época de lluvias que elevó el nivel de humedad. Ya se han adoptado las primeras medidas. El concejal de Salud y Medio Ambiente, Antonio García Aguilar, ha concretado que el Ayuntamiento está fumigando la zona afectada para evitar la proliferación de las hormigas.

"No hemos recibo quejas directas, pero somos conscientes de la situación", puntualiza García Aguilar. Ya el pasado verano, este parque tuvo el mismo problema y muchos vecinos decidieron dejar de llevar allí a sus hijos. "Fui un día, y no más", comenta Yasmina, que ayer evitaba recorrer con su pequeña los itinerarios internos de la zona de recreo. "Hay que andar de prisa porque, como te pares, se te llenan los pies y te muerden", añade Concepción González, quien ayer no tenía inconveniente en atravesar el parque puesto que "llevo calzado deportivo y pantalón largo pero con sandalias, ni se me ocurre".

La Iglesia Parroquial tampoco escapa a las hormigas, también presentes en sus cuidados jardines. Han tenido que fumigar para evitar su entrada al templo y a las dependencias aledañas, según ha explicado el párroco Francisco Guillén García. "Todos los años salen, es impresionante", dice. En las pasadas procesiones, los discretos manotazos a las piernas fue comentario entre los asistentes.

El tramo más afectado del parque es precisamente el que se extiende desde la Iglesia hasta la avenida principal Carlos III.

Vecinos de la zona (calle Santa Mónica y aledañas), han explicado, además, que las hormigas están afectando a viviendas colindantes al parque. "Han entrado dentro de la casa y no sé cómo acabar con ellas, habrá que buscarse trucos, pero el Ayuntamiento debería tomar cartas en el asunto", comentan María Teresa y Manuel.

Una de las viviendas que jalonan el parque es un centro de menores que, aseguran desde su dirección, no están notando en su interior ni tampoco en sus jardines un incremento de la población de hormigas ya que, explican, todos los años fumigan.

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