Almería y sus personajes

  • Juan Miguel Garcés Piedra (delineante y kiosquero), nació en Los Molinos aunque pronto pasó a Regiones

  • Estudió Delineación y Perito de Minas, y desde 2012 regenta el kiosco de calle Santiago aunque hoy se jubila

Juan Miguel Garcés: "Hoy se vende un 50% menos de prensa que hace una década"

Juan Miguel Garcés en su kiosco de calle Santiago, una estampa que ya toca a su fin. Juan Miguel Garcés en su kiosco de calle Santiago, una estampa que ya toca a su fin.

Juan Miguel Garcés en su kiosco de calle Santiago, una estampa que ya toca a su fin. / JL Bretones

Escrito por

José Luis Laynez

El vertiginoso devenir de los tiempos hace que lugares y en-seres tradicionales desaparezcan poco a poco de nuestra vida. ¿Ha recibido alguna vez un telegrama o un fax? Ya no recibirá más. ¿Ha llamado en un viaje desde una cabina de teléfonos? Olvídese de repetirlo. ¿Suele comprar prensa del día o revistas en un kiosco? También éstos parecen tener sus días contados.

–Hoy se nos jubila Juan Miguel, uno de los últimos kiosqueros de Almería...

–Pues sí, ya me toca. Nací el 14 de Julio de 1957 en la barriada de Los Molinos y ya cumplo los 65 años reglamentarios. Tras estudiar Delineación en la Escuela de Formación, entré a trabajar en un estudio de Arquitectura; pero cuando llegó la crisis de 2008 tuve que cambiar de profesión y me quedé con el kiosco de calle Santiago. Hoy domingo 31 de Julio de 2022 lo cierro.

"Trabajé más de tres décadas en un Estudio de Arquitectura pero la crisis de 2008 me obligó a cambiar de labor”

–A ver, vamos a recordar tu infancia y tu juventud.

–Tuve una infancia feliz y con todo el tiempo del mundo para jugar y disfrutar de la niñez entre vaquerías y solares con mis dos grandes amigos de la infancia, Guillermo Soler y Salvador García. Iba al colegio San Antonio pero con 7 años nos trasladamos a Regiones, donde pasé mi juventud. Allí descubrir mis aficiones como la música en concreto la guitarra, la montaña, el medio ambiente y sobre todo el dibujo técnico.

–Y te matriculaste en la vieja Escuela de Formación.

–Sí, allí cursé FP1 y FP2 en las ramas de Industrial y de Construcción con profesores como Francisco Sánchez Cascales y Juan Uribe, con los que pasé los mejores días de mi juventud entre cartabones, escuadras y compases, Esta fue mi vida profesional durante más de 30 años.

"La última década he tenido el kiosco de calle Santiago y he hecho muchos amigos; pero hoy me jubilo y cierro”

–Pero un año fuiste marinero... en tierra seca.

–¡Ja, ja, ja! Es que hice la mili en la Armada Española, en Madrid. Recuerdo cómo surcábamos el lago de El Retiro con nuestra invencible barca de remos como auténticos marinos...

–Regresas a Almería, encuentras trabajo... y el amor.

–Empecé a trabajar en un estudio de arquitectura y al mes se incorporó a la plantilla Natalia de la cual me quedé prendado al instante de verla. Desde entonces no me he separado de ella y es la madre de mis hijos, Irene y Juan Miguel.

–Pero llega la crisis de 2008.

–Aquello fue un punto de inflexión en mi vida laboral en la que tuvimos que reinventarnos mas de uno y optar por profesiones que nada tenían que ver con la de toda tu vida. Hace una década me quedé con el kiosco de prensa de calle Santiago y esquina con Blas Infante continuando la labor de sus anteriores propietarios Martín Abel y Carmen.

En su añorada Sierra de Fondón. En su añorada Sierra de Fondón.

En su añorada Sierra de Fondón.

–Y hoy pones fin a tu última década laboral...

–¡Quién me lo iba a decir a mi que tras haber estudiado Delineación y Perito de Minas, iba a jubilarme como kiosquero! Este trabajo es muy sacrificado. Hay que darse un madrugón cada día y cada vez se vende menos prensa de papel. A raíz de la pandemia se vendió un 50% menos que hace una década y no se ha llegado a recuperar ni de lejos las ventas anteriores. Por ello tenemos que vender de todo: chuches, estampas, libros, refrescos, macetas...

–Ahora, a tu añorado cortijo de Fondón...

– Dedicaré más tiempo a la familia y retomaré mis aficiones de siempre: disfrutar de viajes, de conciertos, de mi refugio en la sierra de Fondón con la compañía de un buen libro y buena música, de excursiones andarinas con mi amigo Javier Alonso... Comienzo otra vida.

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