De los torneos de ajedrez a ser referente de ventas online de juguetes en Amazon

Las situaciones más adversas también son tiempo de oportunidades. Y ante la peor crisis planetaria desde la Segunda Guerra Mundial, con más de un tercio de la población mundial en confinamiento, hay quien llora y quien opta por vender pañuelos. Porque la buenas ideas o las que tienen un mejor desarrollo empresarial pueden valer su peso en oro. Una pyme almeriense fundada en 2006 por aficionados ejidenses al ajedrez, IndalChess, se ha convertido en uno de los negocios andaluces de mayor crecimiento durante la cuarentena a través del gigante del comercio electrónico Amazon.

La empresa especializada en juguetes y ocio para niños y adultos, con un catálogo de productos que incluye desde coches eléctricos, carritos de bebé y camas elásticas hasta maquetas de modelismo y puzzles, ha conseguido vender hasta cinco veces más en España durante la pandemia y un incremento exponencial de las transacciones en los mercados alemán y francés. La firma almeriense ha seguido precisamente los pasos de la multinacional de Jeff Bezos, que nació como librería online y luego diversificó sin límites su gama de productos, y hoy ve cómo desde Amazon han puesto en valor sus excelentes resultados para que sirva de inspiración a otras empresas afectadas por los efectos de la crisis sanitaria.

Indalchess opera a través de las cinco tiendas en Europa de la web líder del comercio electrónico y ha logrado superar los estados de alarma y las restricciones de los diferentes gobiernos a la movilidad de mercancías. Pedro Amat, uno de los fundadores de la empresa con sede en la calle Málaga de Vícar y denominación fiscal Indaltoys SL, explica que los envíos los canalizan a través de grandes agencias de transportes y que han podido mantener y hasta crecer en las remesas dentro y fuera del país, si bien entregas que antes se completaban en dos días ahora tardan cuatro. Lo que no ha supuesto ningún problema para sus clientes nuevos y habituales que valoran más la calidad de sus productos y otros aspectos como la garantía en sus compras. Y los tienen por todo el mundo.

Desde el almacén vicario salen a diario decenas de juguetes y juegos hacia Portugal, Italia, Reino Unido, Chile, Dubai y hasta República del Congo, siendo Francia y Alemania los principales puntos de venta, sobre todo en vehículos infantiles y también maquetas de modelismo en madera y en piedra -estas últimas sólo se fabrican en España-. Uno de sus compradores frecuentes, al que envían toboganes infantiles, reside en Krasnoyarsk, en el centro de Siberia, un desplazamiento de más de 8.500 kilómetros que dispara el precio del envío, por lo que comparten los gastos.

Durante el estado de alarma han sabido encontrar los filones menos dañados por la coyuntura pandémica, oportunidades de negocio en sectores más allá de los juguetes como son el mobiliario de jardín y urbano, parques infantiles y columpios y coleccionismo. Un nicho bastante alejado del plan con el que surgió IndalChess. “Empezamos con una idea y no nos podíamos imaginar que acabaríamos así”. Pedro Amat relata que eran aficionados al ajedrez, organizadores del memorial Jorge Álvarez de El Ejido y de los Juegos Deportivos Provinciales en esta disciplina, y decidieron iniciar el comercio electrónico de productos relacionados como los tableros, piezas, libros y material de escuelas.

De dar clases en pueblos y celebrar pequeños torneos antes de la crisis económica de 2007, dando los primeros pasos para la profesionalización del ajedrez en la provincia, pasaron a vender cada vez más artículos relacionados con el ocio y tiempo libre. Y ahora en otra crisis, de origen sanitario pero con un marcado impacto socioeconómico, vuelven a crecer en ventas en base a su estrecha relación con los clientes y estándares de su catálogo. “Si un producto no cumple con las expectativas se descarta al proveedor y se buscan otras opciones, siempre de primera calidad”, apunta el propietario.

Han ajustado el horario del almacén para que sea intensivo de mañana y sin atención al público durante el estado de alarma y han intensificado su posicionamiento y reputación online, además de proyectar y ampliar los canales de venta. “Hacemos vídeos en los que probamos los productos, trabajamos bien en el blog y las redes sociales”, argumenta Pedro Amat. También se promocionan en las principales ferias del juguete de Europa, como la de Nuremberg a finales de enero, después de la campaña de Navidad que es su mejor momento del año. No dejan de ser una pyme con siete trabajadores en plantilla y tres socios, de los que dos parten de la fundación, pero con la fortuna de hacerlo en un mundo global sin barreras para el e-commerce.

Y en plena pandemia han contado con una importante ventaja sobre competidores directos, su capacidad de logística y disponer de numeroso ‘stock’ en el momento que comenzaron las restricciones del transporte. “Esta crisis nos ha pillado con recursos suficientes en el almacén y no hemos dependido de lo que nos podrían hacer llegar los proveedores”, asegura. Han posicionado sus fortalezas en un mercado en horas bajas y sacado toda la artillería como el corcho que sale siempre a flote. No es un éxito ligado al tiempo de confinamiento, son múltiples los factores que avalan su crecimiento en los últimos años. Y lo hacen, además, sin renunciar a sus orígenes. Patrocinan el Indalchess Club de Ajedrez de El Ejido del que son miembros y en el que compiten. También han querido colaborar con los niños hospitalizados en el Poniente y han donado cuatro coches eléctricos para ayudarles a reducir el miedo a una intervención quirúrgica o pruebas diagnósticas.