Almería

Javier Ángel Soriano imparte la conferencia 'La espada y el crucifijo'

  • El subdelegado de Defensa de Almería habló sobre los valores presentes en el ámbito castrense

Javier Ángel Soriano Trujillo, Coronel de Estado Mayor del Cuerpo de Infantería del Ejército de Tierra y Subdelegado de Defensa en Almería, pronunció en el salón de actos del Instituto de Estudios Almerienses (IEA) la conferencia La espada y el crucifijo. Religión o milicia. Tras unas palabras de bienvenida e introductorias de Rafael Leopoldo Aguilera, Director del IEA, y la presentación de la trayectoria profesional de ponente por Ginés Valera, Jefe del Departamento de geografía y Ordenación del Territorio del IEA y Cofrade, el Coronel Soriano fue comentado a lo largo de toda su exquisita y objetiva intervención la relación que ha tenido en el devenir histórico la religión con la milicia, desde los tercios de Flandes donde surgen las capellanías militares, pasando por un régimen que tuvo a la Religión Católica como única oficial al actual Estado democrático, que es aconfesional, desglosando toda la normativa aplicable que contempla todos los supuestos de asistencia de militares a actos religiosos con participación tradicional castrense, precisamente para evitar innecesarias polémicas: desde el artículo 16 de la Constitución, a las Reales Ordenanzas y el Reglamento de Honores Militares.

Concluyó su disertación haciendo mención a los valores y convicciones presentes en el ámbito castrense.

A continuación tuvo lugar una interesante mesa redonda. Empezó Nicole Picat, Cónsul, realizando una exposición sobre la relación de la Religión y las Fuerzas Armadas en Francia. Encarnación Molina, presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías en Almería, comentó la distinta participación de los Militares en los desfiles procesionales almerienses desde los años 80 y concluyó Ginés Valera un breve turno expositivo, analizando una reciente sentencia del Tribunal Supremo que declara conforme a derecho el Reglamento de Honores Militares al compaginar el respeto a tradiciones arraigadas en la sociedad con el principio de libertad religiosa, destacando que la neutralidad de los poderes públicos en relación con el hecho religioso no excluye que tengan en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantengan relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

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